Un estudio llevado a cabo por neurocientíficos de la Universidad de Carolina del Norte, publicado en la revista JAMA Pediatrics, ha relacionado el uso de las redes sociales con cambios cerebrales en los adolescentes.
Los investigadores descubrieron que los adolescentes de 12 años que consultaban con frecuencia las redes sociales mostraban una mayor sensibilidad a las recompensas sociales (por parte de sus compañeros), aunque la causa de estos cambios no está clara.
En cambio, los adolescentes que menos participaban en las redes sociales mostraron un interés cada vez menor en las recompensas sociales. Esto podría tener consecuencias a largo plazo hasta entrada la etapa adulta, y con el tiempo podría sentar las bases para su desarrollo cerebral.
¿En qué consistió el estudio?
Los investigadores escanearon de forma sucesiva el cerebro de 169 estudiantes de entre 12 y 13 años (durante estos años su desarrollo cerebral es especialmente rápido).
Se dividieron a los adolescentes en tres grupos según la frecuencia en la que informaron consultar las redes sociales de Facebook, Instagram y Snapchat, en usuarios habituales, moderados y no habituales.
Mientras que los usuarios habituales informaban de revisar sus redes 15 veces o más al día, los moderados las consultaban entre una y 14 veces, y los usuarios no habituales, menos de una vez al día.
Los participantes, mientras jugaban a un juego computarizado que les daba recompensas y castigos en forma de compañeros sonrientes o con el ceño fruncido, fueron sometidos a escáneres cerebrales completos tres veces, en intervalos de aproximadamente un año.
Se activan tres áreas cerebrales en los adolescentes que invierten más tiempo en redes
¿Qué vieron los investigadores? Que mientras realizaban la tarea, los usuarios frecuentes de redes sociales mostraron una activación creciente de tres áreas cerebrales:
- Los circuitos de procesamiento de recompensas (que responden a experiencias como ganar dinero o asumir riesgos).
- Las regiones que determinan la relevancia (permiten seleccionar lo que destaca en el entorno).
- La corteza prefrontal (que ayuda en la regulación y el control de la conducta).
Esto significa que estos usuarios más habituales muestran una hipersensibilidad a las respuestas de sus compañeros (recompensas sociales), es decir, que para ellos estas respuestas de sus compañeros tienen una importancia destacable.
Y así lo explica Telzer, autora del estudio: "Los resultados hallados sugieren que los adolescentes que crecen revisando las redes sociales con más frecuencia se están volviendo hipersensibles a las respuestas de sus compañeros".
Por contra, los adolescentes con menos participación en su día a día en las redes sociales, mostraron un interés cada vez menor en este tipo de recompensas o refuerzos sociales.
Sensibilidad social: ¿beneficiosa o perjudicial?
Sin embargo, los hallazgos no permiten cuantificar la magnitud de estos cambios cerebrales, tan solo su existencia. Y además, tampoco queda del todo claro si los cambios son beneficiosos o perjudiciales.
Por un lado, la sensibilidad social puede ayudar a los adolescentes a conectar más con las personas, pero también puede generarles ansiedad social, depresión o frustración si sienten que sus necesidades sociales no están cubiertas y si esa sensibilidad es, en realidad, una respuesta exagerada (hipersensibilidad).
Los cambios en el cerebro: ¿causa o consecuencia del uso de las redes sociales?
Este estudio es uno de los primeros intentos en registrar los cambios en la función cerebral relacionados con el uso de las redes sociales durante un periodo de años. Aunque también tiene limitaciones, tal y como reconocen sus autores.
Por ejemplo, al ser la adolescencia un periodo donde las relaciones sociales se multiplican y cobran especial relevancia, estas diferencias cerebrales podrían deberse a esta etapa natural, que a su vez impulsaría un uso más frecuente de las redes sociales.
Por lo tanto, no se sabe con exactitud si estos cambios (que pueden ser "naturales" debido a la etapa de la adolescencia donde proliferan las relaciones sociales), son causa o consecuencia del uso de las redes sociales. Y de hecho, una de las autores del estudio, Eva H. Telzer, profesora asociada de Psicología y Neurociencia en la Universidad de Carolina del Norte, así lo afirma:
"No podemos hacer afirmaciones causales de que las redes sociales están modificando el cerebro."
Lo que sí está claro es que el cerebro adolescente sigue siendo un misterio en muchos sentidos, que las redes sociales tienen su impacto y que es importante seguir investigando para llegar a resultados tan interesantes como este.
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