De madre a madre: estos son los momentos más bellos e inolvidables que vivirás con tus hijos en cada etapa de su crianza

Es normal sentir cierta nostalgia a medida que nuestros hijos van creciendo. Pero como madre de tres hijos que se encuentran en diferentes etapas evolutivas, diría que cada fase tiene algo maravilloso que me hace adorar el momento de crianza que estoy viviendo, sin echar de menos especialmente el período que quedó atrás.

Desde el flechazo de amor tras el parto, hasta los juegos de bebé, los primeros balbuceos, la etapa de los "por qués" o las conversaciones preadolescentes sobre temas que nunca pensé que acabarían llegando. Estos son, desde mi experiencia, los momentos más inolvidables que vivirás con tus hijos a lo largo de su crianza.

Primeros meses de vida

Para mí, el momento más bello de los primeros meses de vida de mis hijos era cuando se quedaban dormidos en mis brazos, o acurrucados en posición ranita sobre mi pecho. Sentir su pausada respiración, su adictivo olor a bebé, y los latidos de su corazón es algo que jamás se olvida.

Y esta es una de las razones por las que siempre recomiendo el porteo, ya que es una actividad que te permite tener bien pegadito a tu bebé en todo momento, regalándole besos sin cuartel y aprovechando esos momentos únicos que aporta el piel con piel.

El inicio de la alimentación complementaria también me ha resultado siempre muy emocionante, y aunque no he tenido prisa por iniciar este momento, reconozco que he disfrutado mucho preparando las primeras comidas de mis hijos y acompañándoles en esta etapa desde la práctica del BLW, que siempre me ha dejado fotografías y vídeos desternillantes.

De 12 a 36 meses

A partir del primer año de vida del bebé todo parece cambiar a un ritmo vertiginoso: comenzamos a descubrir el mundo a través de sus ojos y a transitar por un sendero maravilloso acompañándoles en sus primeros pasos. Y es que si algo destacaría de esta etapa es, precisamente lo mucho que nuestros hijos nos enseñan desde su inocente y mágica perspectiva, y desde sus continuos "por qués".

De los tres a los seis años

Siempre me ha parecido que los tres años de nuestro hijo nos marcan el comienzo de una nueva etapa como padres, en la que decimos adiós al bebé y damos la bienvenida al niñito que nos sorprenderá cada día con sus continuos progresos y ocurrencias.

El pañal ha quedado atrás, quizá también el chupete, los biberones o la cuna, y el colegio ha comenzado. ¡Los sentimientos se agolpan sin darnos apenas tregua para digerir lo que vivimos! Por eso, mi consejo es exprimir al máximo esta etapa en la que los acontecimientos parecen sucederse a toda velocidad, y no dudar ni un segundo en jugar con ellos, o perder la vergüenza y desinhibirnos cantando o bailando a su lado.

Otra de las cosas que más disfruto de esta etapa es poder vivir junto a ellos la magia de la Navidad y de las primeras visitas del Ratoncito Pérez. Cuando son más pequeños son poco conscientes de ello, y a medida que crecen esa ilusión se va perdiendo, por eso, creo que esta es la edad ideal para crear este tipo de recuerdos.

De los seis a los diez años

Aunque quizá pueda parecernos que en esta etapa se produce un cierto "estancamiento" en lo que a crianza se refiere, personalmente creo que son unos años maravillosos, en donde las nuevas habilidades que van desarrollando los niños nos brindan un sinfín de oportunidades para convertir cualquier acto cotidiano en una divertida anécdota junto a ellos.

Ocurre por ejemplo cuando comienzan a leer o a realizar operaciones matemáticas sencillas. Este importante paso en materia educativa se convierte en una genial oportunidad para integrarles en otro tipo de tareas domésticas, como preparar la lista de la compra junto a nosotros, o ayudar con el ahorro familiar. Además, la lectoescritura nos abre un gran abanico de posibilidades para disfrutar junto a ellos de un ratito de lectura compartida, y seguir fortaleciendo así nuestro vínculo.

Y al igual que la lectura y las matemáticas, el resto de conocimientos que los niños van adquiriendo en su etapa de primaria también nos permite exprimir de forma más intensa los momentos de ocio a su lado, y de este modo descubrir y potenciar sus intereses y ponerlos en común con los nuestros.

A menudo escuchamos decir que la maternidad es difícil y agotadora, y buscamos "quemar etapas" rápidamente para descubrir lo que nos deparará la siguiente. Pero en todas ellas tenemos mucho que aprender, vivir y disfrutar. Así que, de madre a madre: ¡exprime al máximo cada momento!

La preadolescencia y adolescencia

Popularmente se tiene la creencia de que la adolescencia es una etapa complicada, en la que se produce una brecha entre padres e hijos que propicia distanciamiento e incluso problemas de convivencia.

Como madre de un preadolescente he de confesar que la etapa que se nos avecina me produce cierta inseguridad, aunque por el momento vamos preparando el terreno con una relación firme y sólida, basada en la confianza, el respeto mutuo y el acompañamiento emocional.

Desconozco lo que nos deparará la adolescencia, pero puedo afirmar que la preadolescencia está siendo una etapa especialmente divertida y rica en matices, en la que se suceden las conversaciones de todo tipo y la resolución de dudas que nunca pensé que llegarían tan rápido. En definitiva, creo que este momento nos hace crecer de golpe como padres y quiero seguir disfrutándolo durante mucho tiempo más.

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