Mamá: no lo estás haciendo mal, simplemente la maternidad a veces puede ser muy dura

No sé si a todas las madres en el mundo les suceda lo mismo, pero he notado que además de sentir un inmenso amor por nuestros hijos, hay otro sentimiento que muchas mamás compartimos: la sensación de que no estamos haciendo las cosas lo suficientemente bien.

Pareciera que, por alguna razón, las madres tenemos tendencia a dudar de nuestra capacidad para hacer las cosas. Por eso, hoy quiero dedicar un mensaje a todas las madres que alguna vez han se han sentido así y decirles lo siguiente: no lo estás haciendo mal, simplemente la maternidad a veces puede ser muy dura.

Ser madre: una aventura sin manual

En mi día a día como madre, muchas veces me he encontrado haciéndome esta pregunta a mí misma: ¿estaré haciéndolo bien? Pero, si tú también te lo has preguntado, sabrás al igual que yo que no es la primera vez que esa duda pasa por nuestra mente.

En realidad, debemos remontarnos mucho tiempo atrás, específicamente a esos primeros días (o primeras horas) tras descubrir que estamos embarazadas. Nos vemos llenas de miedos, miles de preguntas y una enorme interrogante sobre nosotras mismas: ¿podré hacerlo bien?

Y es que ser madre no puede solamente resumirse en la espera y nacimiento de un bebé. Ese es únicamente el inicio. Ser madre, es una nueva experiencia que estará llena de retos y nuevas emociones. Pero sobre todo, ser madre es una aventura sin manual.

Podremos leer mucho durante el embarazo, llenarnos de información acerca de los cuidados del bebé y de lo que podemos esperar durante los primeros años. Pero la verdad, es que nada te prepara realmente para todas las cosas que estás a punto de vivir. Nadie te prepara para esos momentos difíciles de ser madre.

La maternidad es maravillosa, pero también puede ser muy dura

Personalmente, me encanta hablar de todo lo bonito y hermoso que nos regala la maternidad. De esos momentos al lado de tus hijos en los que te mueres de amor y de ese maravilloso crecimiento emocional y personal que experimentas tras convertirte en madre y vas adquiriendo experiencia con el paso de los años.

Pero también, me gusta hablar de la maternidad desde una perspectiva realista y sincera, así que te lo diré: la maternidad a veces puede ser muy dura. Empezando por el postparto, que en mi opinión, es una de las etapas más oscuras y confusas de la maternidad, por toda la serie de cambios físicos y psicológicos, que llegan a la par de la nueva responsabilidad de cuidar a un recién nacido.

Afortunadamente, no dura para siempre y es solo de las múltiples etapas de la maternidad. Sin embargo, durante las próximas décadas nos encontraremos con muchos retos y muchas situaciones que pondrán a prueba nuestra paciencia, y que sin duda nos harán pensar que no estamos a la altura de este papel.

Pero hoy quiero decir algo: mamá, no es tu culpa. No estás haciendo mal las cosas. Simplemente ser madre es muy duro. Intentar criar a tus hijos y al mismo tiempo mantener la casa en orden y llevar la rutinas de toda la familia es muy duro. Tratar de buscar un momento de descanso, mientras tienes esa lista enorme de pendientes dando vueltas en tu cabeza es muy duro.

Buscar hacer lo mejor para tus hijos, y al mismo tiempo sentirte confundida y conflictuada por todos los miles de consejos que existen sobre maternidad, no es tu culpa y no quiere decir que no tengas la capacidad de decidir.

Si llegas al punto del agotamiento, si te sientes agobiada, si deseas un respiro de todas tus actividades, si anhelas unas vacaciones o 48 horas de sueño ininterrumpidas, no quiere decir que no seas buena madre o que no tengas la capacidad de serlo. Simplemente es muy duro.

Lo estás haciendo bien

Todo esto podría parecer una larga queja sobre ser madre y lo cansado que es. Y sí, es agotador, retador, demandante y muchas cosas más. Pero no todo es cansancio y sacrificio, y la maternidad también está llena de muchos momentos positivos, de muchas sorpresas y sonrisas diarias.

Solamente quiero decirte todo esto, porque no quiero que pienses que eres menos madre o que estás fallando épicamente en este asunto de la maternidad. Puede parecer que solo a ti te va mal o solo tú estás agotada, pero te diré un secreto: todas nos hemos sentido así. Todas en algún momento nos hemos visto perdidas al nos saber qué hacer, pero no solemos hablar de eso.

Y te voy a decir otro secreto: lo estás haciendo bien. Así que deja la culpa, deja de criticarte y sé más amable contigo misma. Estás aprendiendo a ser madre, al mismo tiempo que tus hijos están aprendiendo sobre la vida.

Y si alguna vez sientes dudas o piensas que no estás a la altura, solo voltea a ver la sonrisa de tus hijos y ahí obtendrás la respuesta que necesitas. La maternidad a veces puede ser muy dura, pero eso no quiere decir que lo estés haciendo mal.

Fotos | iStock, Unsplash

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