Tres poderosos mensajes que me deja ‘Del revés 2’ como madre de una niña que llega a la pubertad

El nuevo taquillazo de Disney, 'Del revés 2', no solo ha sido una película para disfrutar en familia: también se trata de una historia cargada de lecciones y aprendizajes sobre las emociones, especialmente las que se viven durante la adolescencia.

Como madre de una niña que está por llegar a la pubertad, ver esta película no solo me hizo sentir identificada con algunas cosas que suceden en la vida de Riley y su familia, sino que también me ayudó a adentrarme un poco en el cerebro de una adolescente y poder entender mejor cómo viven ellas esta etapa.

Estos son tres poderosos mensajes que me deja ‘Del revés 2’ como madre de una niña que llega a la pubertad y que considero es importante que tengamos presentes todos los que tenemos hijos que están próximos a iniciar la adolescencia.

Si una etapa compleja para nosotros, para ellos lo es mucho más

En las conversaciones entre padres la mayoría del tiempo suele haber una opinión unánime sobre la adolescencia: es una de las etapas más difíciles de la crianza. Atrás quedan los niños que conocimos durante más de una década, para dar pie a unos adolescentes que nos cambian todas las reglas del juego.

Nosotros dejamos de ser vistos como sus modelos a seguir, siendo desplazados por sus amigos. Nuestros hijos comienzan a vernos con una lente diferente, lo que hace que en esta etapa sea común y esperado que tengamos ciertos choques que nunca antes habíamos experimentado, y que sintamos que el camino de la crianza se llena de nuevos retos y complejidades.

Pero antes de perder la paciencia y quejarnos de lo complicado que es criar en esta etapa, o cuestionarles por qué actúan apáticos, distantes, malhumorados o incluso rebeldes y desafiantes, tenemos que recordar que si para nosotros es difícil, para nuestros hijos lo puede ser aún más. ¿O acaso ya se nos olvidó nuestra propia adolescencia?

El olor corporal, la montaña rusa de emociones, los cambios en el cuerpo... ¡ser adolescente no es fácil!

Además de los notorios cambios físicos y emocionales, que ya por sí solos no son poca cosa y pueden hacer que se sientan muy confundidos o temerosos, hay mucha presión sobre ellos mismos en la adolescencia: lograr encajar con sus iguales, dar una buena impresión, tratar de hacer o decir lo correcto...

Así que antes de pensar que están siendo insolentes, habremos de detenernos por unos minutos e intentar ponernos en su lugar. Después de todo, nosotros también fuimos adolescentes una vez, y también pudimos haber sentido muchas de las emociones que ellos hoy están experimentando.

Darles su espacio, pero seguir disponibles para ellos

Uno de los retos más grandes para algunos padres es el comienzo de la independencia al entrar a la adolescencia. Pasamos toda nuestra vida de padres y madres cuidando y criando a una personita que dependía totalmente de nosotros, acostumbrándonos a su presencia constante, cuando llega la adolescencia y nos mueve a un segundo plano.

Pero aunque es verdad que nosotros ya no seremos el centro de su universo como lo fuimos mientras eran pequeños, todavía somos parte de éste y, aunque pueda parecernos que no es así, nuestra presencia y acompañamiento sigue siendo importante y necesaria para ellos.

De hecho, aunque es saludable darles su espacio y libertad para descubrir quiénes son y que se formen su propia identidad, la pubertad y adolescencia conforman un periodo de su vida en el que necesitan aún más de nuestra comprensión, apoyo y amor.

Amarles incondicionalmente, siempre

Finalmente, me quedo con una frase preciosa de 'Del revés 2' que dice el personaje de Alegría como una reflexión final, y que resume perfectamente algo que como padres siempre debemos tener presente: "Amamos a nuestra chica, cada parte desordenada y hermosa de ella".

Con la llegada de la adolescencia habrá muchos días en los que quizás no entienda a mi hija (y, probablemente, ni ella se entienda a sí misma), pero es importante tener siempre presente que el amor debe prevalecer en los días buenos y malos.

Porque aunque como madre sé que mi corazón siempre amará a mi hija, también debo amar cada parte de ella, incluso las que quizás en un determinado momento no entienda o comprenda.

Fotos | Inside Out 2

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