Quizás es porque comienzo a considerarme vieja, pues crecí en una época donde las películas en DVD eran lo más novedoso. Tal vez son mis problemas de apego, pues soy de esas personas a las que se les dificulta soltar y guarda todo "por si acaso". ¿O quizás soy un poco maniática? Bueno, dejemos las bromas de lado.
Los servicios de streaming, que alguna vez también fueron la novedad, se han convertido en la norma. Después de todo, ¿a quién no le gusta sentarse a ver una película con el mínimo esfuerzo? Basta con encender el televisor, escoger una peli y listo.
Sin embargo, a pesar de la comodidad y practicidad que nos ofrecen servicios como Netflix o Disney+, sigo conservando mis viejos DVDs y todavía compro ocasionalmente alguno - aunque últimamente me inclino más por los Blu-Ray.
No es porque sea una coleccionista ni crítica de cine o prefiera únicamente películas que no están en streaming. Mis motivos, en realidad, son mucho más simples pero definitivos. Estas son las razones por las que no pienso deshacerme de mis DVDs, por mucho que estén obsoletos.
Por seguridad
Como le decía hace algunas semanas a otro amigo cinéfilo: tener muchas ganas de ver una película y darme cuenta que no está en ninguno de los servicios de streaming que tengo, me pone de malas. No es el fin del mundo, ni me va a pasar nada grave, pero cuando realmente quiero ver una peli, eso quiero: poder verla.
Si algo he aprendido en varias ocasiones, es que no te puedes fiar del streaming si eres de los que mágicamente se acuerda de alguna peli y tiene ganas de verla, porque existe la posibilidad de que no esté en el catálogo. O solo esté en ese otro servicio que no tienes contratado.
Tener mis películas y series favoritas en formato físico garantiza que voy a tenerlas disponibles siempre. Además, es a prueba de fallas en la conexión a internet.
Porque quiero verlos mil veces
Hay veces que una película o serie sí está en el catálogo, pero solo al estilo Prime Video: tienes alquilarla. Y no es que yo sea tacaña ni mucho menos, pero eso de alquilar las cosas en formato digital para verlas una sola vez no me encanta.
Porque así como a los niños les gusta ver sus películas favoritas una y otra vez, yo también quiero ver mis películas de confort cada vez que me apetezca hacerlo. Pero no pienso estar alquilándolas a cada rato ni arriesgarme a que un día estén disponibles y al otro hayan desaparecido.
Porque algunas pelis y series son ignoradas
Por otro lado, aunque no soy de esas personas que únicamente ven películas de arte o extranjeras, me he encontrado con que algunas películas no están ni han estado en ninguna plataforma por un largo tiempo.
A veces esto sucede porque no son muy populares o porque ya son algo antiguas. En otras ocasiones, simplemente sucede lo que le ha ocurrido a algunas series que son canceladas: las eliminan del catálogo para no volver a ser vistas nunca.
Igualmente, hay cosas que (probablemente) nunca estarán en streaming y por eso las busco en DVD, como conciertos, ciertos musicales y ediciones especiales o extendidas de algunas películas.
Porque nada cambia
Finalmente y pasándonos a temas más técnicos, otra de las razones por las que no pienso deshacerme de mis DVDs es por su edición. A veces los relanzamientos de algunas películas pasan por cambios en el material original, desde cambiar las voces hasta eliminar escenas, haciendo que la versión en streaming sea distinta a su versión original.
Tenerlas en formato físico garantiza que puedo ver la edición que prefiero y, ahora que muchos servicios de streming están agregando publicidad, pueda verlas sin interrupciones ni cambios.
Foto de portada | Andrea Piacquadio en Pexels