Seis hábitos que disparan mi dopamina y me ayudan a ser una madre más feliz, recomendados por psicólogos

Seis hábitos que disparan mi dopamina y me ayudan a ser una madre más feliz, recomendados por psicólogos
Sin comentarios
HOY SE HABLA DE

Se dice mucho sobre los hábitos: que tenemos que dejar los malos, ser constantes para adoptar los buenos, y que practicar o dejar algunos hábitos específicos puede ayudarnos a vivir más y mejor. Todo esto, desde luego, es cierto.

Pero además de los beneficios que los buenos hábitos pueden aportar para nuestra salud física, éstos también nos pueden ayudar a ser más felices. Y personalmente, creo que ser una mamá feliz es algo que se refleja en nuestra forma de crianza, por lo que los hábitos que adoptemos para ello terminarán por beneficiar a nuestros hijos.

Te comparto los seis hábitos que practico para disparar mi dopamina, recomendados por psicólogos y avalados por mi experiencia como madre.

La dopamina, como seguramente has escuchado, es una de las hormonas de la felicidad. Ésta en particular juega un papel crucial en nuestro sistema de recompensa y motivación, liberándose cuando realizamos actividades que nos resultan placenteras.

En pocas palabras, generar dopamina nos ayuda a sentirnos más felices, y estos son seis hábitos recomendables para lograrlo.

1) Escuchar música

Es sabido que la música tiene un efecto poderoso en nosotros y nuestras emociones, por lo que el primer hábito que recomiendo -y que además es uno de los más fáciles de seguir pues requiere poco esfuerzo- es escuchar música.

Desde el punto de vista psicológico, algunos estudios han encontrado que la música puede ayudarnos a disparar los niveles de dopamina en el cerebro. Así que escoge a tu artista favorito o elige una lista de canciones que te motive y te haga sentir bien.

2) Aprender algo nuevo

Como ya lo he mencionado, la dopamina está relacionada con nuestro sistema de recompensa y motivación, y si hay algo que nos da ambas cosas es el aprendizaje. Sucede que las experiencias novedosas activan ambos sistemas, haciendo que nos sintamos más felices y entusiasmados.

No es necesario inscribirte a una clase o invertir mucho tiempo en ello para volverse experto (que sé que como madres a veces no nos da la vida), algo tan simple como escuchar un audiolibro que nos parezca interesante y que tenga información nueva para nosotros también es aprendizaje.

3) Hacer ejercicio

Está comprobado que hacer ejercicio ayuda a elevar nuestros niveles de dopamina y serotonina, otra de las hormonas de la felicidad. Pero como madres, especialmente si nunca has tenido el hábito, hacerlo se vuelve algo complejo. En mi caso, aunque tuviera la motivación de iniciar una rutina o anotarme en un gimnasio, a los pocos meses terminaba dejándolo, muchas veces porque no encontraba el tiempo para continuar "adecuadamente".

Finalmente, con ayuda de mi psicóloga entendí que lo importante no es la cantidad del ejercicio, sino el manterme activa dentro de mis posibilidades. Si un día, por alguna razón, no logro hacer ejercicio, ya no me fustigo ni lo abandono como antes.

Con esta mentalidad he logrado mantenerme más activa: camino con mayor frecuencia que antes y hago una rutina de pesas varias veces por semana, en el horario que me es posible. Además de sentirme con más energía, me pone feliz ver los resultados físicos y mentales que he obtenido y me motiva a continuar.

4) Dormir ocho horas cada noche

El sueño es una de esas cosas que brilla por su ausencia en los primeros años de la crianza. Pero con el paso de los años la cosa va mejorando y eventualmente volvemos a dormir del tirón. El problema es que nos acostumbramos a dormir tan poco, que a veces continuamos con ese ritmo de no dormir lo suficiente cada noche.

Pero de acuerdo con algunos estudios, cuando no dormimos las horas necesarias se reducen los niveles de dopamina en nuestro cerebro, haciendo que nos sintamos cansados y se nos dificulte concentrarnos, como si estuviéramos nadando en una piscina de miel, algo que seguramente las personas que tenemos hijos hemos experimentado más de una vez.

Así que hagamos lo posible por dormir ocho horas cada noche (las recomendadas para adultos). Si se te dificulta conciliar el sueño, puedes practicar algunas posturas relajantes de yoga para ayudarte a dormir mejor.

5) Reducir el estrés

Esto no sorprenderá a nadie: el estrés reduce los niveles de dopamina. Y esto podemos notarlo cuando nos sentimos estresados, pues andamos menos pacientes, más irritables, un poco más pesimistas...

Para contrarrestar esto, habremos de hacer lo posible por reducir el estrés siempre que podamos. Algunas personas recurren a la meditación, pero también es posible reducirlo haciendo actividades que nos ayuden a relajarnos o que nos hagan felices. Leer antes de dormir, por ejemplo, es una actividad que puede ayudarnos a reducir el estrés hasta en un 68% (y uno de mis pasatiempos favoritos).

6) Practicar la gratitud

Por último, un hábito que en definitiva eleva la dopamina: practicar la gratitud. Cuando nos sentimos agradecimos y apreciamos las cosas que tenemos en la vida, se estimulan las áreas del cerebro relacionadas con la recompensa.

En mi caso, algo que me ha ayudado es apuntar en una libreta, ya sea por la noche o por la mañana, tres cosas por las que me siento agradecida. Y recuerda que todo cuenta: desde lo más notable hasta lo más pequeño.

Foto de portada | Xander Miadelko en Pexels

Temas
Recibir por e-mail:

      Inicio
      ×

      Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información