Rodearse de niños o tenerles cerca hace que los adultos seamos más compasivos y generosos

No hay duda que cuando nos convertimos en padres y madres, comprobamos que los adultos somos los modelos a seguir de los niños. Para quienes tenemos hijos, esto nos motiva a trabajar en ser mejores personas pues después de todo, nuestros pequeños observan y escuchan todo lo que hacemos.

Sin embargo, aparentemente este efecto no solo se limita a quienes tienen hijos, pues de acuerdo con un nuevo estudio, estar cerca o rodeado de niños ayuda a que los adultos seamos más compasivos y generosos.

Publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, el estudio analizó la influencia que tiene la presencia de los niños y niñas en los comportamientos y motivaciones de los adultos, ya que algunos estudios anteriores habían observado que los adultos tendían a ser más empáticos y a sentir una mayor responsabilidad social cuando había niños presentes.

Tomando en cuenta esto, el estudio se dio a la tarea de revisar si la presencia de los niños hacía que los adultos fueran más generosos, realizando ocho experimentos con más de 2.000 participantes, así como un estudio de campo en una calle comercial, donde se pedía hacer donaciones para una organización benéfica a los transeúntes.

Tras finalizar los experimentos y el estudio de campo, así como diversos cuestionarios en los que se pedía a los participantes de los experimentos que describieran cómo percibían a los niños, se llegó a la conclusión de que la presencia de niños hacía que los adultos se volvieran más compasivos y generosos.

Curiosamente, este efecto no se limitaba únicamente a quienes tenían hijos, pues de acuerdo con los investigadores, su influencia era evidente también en personas sin hijos, hombres y mujeres de diversas edades, e incluso en personas que solían tener actitudes relativamente negativas hacia los niños en general.

Los investigadores comentan que la evidencia anterior ha demostrado que generalmente los adultos somos más útiles y empáticos con los niños, pero este nuevo estudio muestra que "la presencia de niños provoca una amplia motivación prosocial y un comportamiento de donación hacia causas que no están directamente relacionadas con los niños".

El equipo concluye que este efecto positivo que tienen los niños en los adultos es uno que debe tomarse en cuenta y que demanda una mayor integración de los niños al momento de tomas de decisiones importantes, donde las voces de niños y adolescentes sean escuchadas.

Foto | iStock
Vía | Eurekalert
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