Todo lo que me habría gustado saber para prepararme mentalmente de cara al postparto

Simpre he dicho que el postparto es la época de mi vida en la que más vulnerable me he sentido. Esa mezcla de miedo, responsabilidad, los cambios en mi cuerpo, el cansancio y el aplomo que exigía mi nuevo papel se convirtieron en un cóctel para el cual, haciendo la vista atrás, no estaba preparada psicológicamente.

Hoy en el Día Mundial de la Salud Mental Materna he querido hacer introspectiva y hacer una lista con aquellas cosas que me hubiese gustado saber en mi primer postparto porque me habrían sido de gran ayuda para sobrellevarlo mejor. Todos sabemos que es fundamental velar por el bienestar físico, pero a veces olvidamos que tambien lo es velar por el emocional en esta etapa tan importante en la vida de una mujer.

Es normal que sientas miedo en cada situación que se te presente

Cuando nos vemos abocados a situaciones desconocidas, el miedo es una herramienta de la que se vale nuestro cerebro para gestionarlas de una forma prudente.

La maternidad te pone a prueba constantemente y por muchos libros que leas y muchos consejos que te den, hasta que no lo vives no sabes exactamente a lo que te enfrentas. Por eso el miedo es una sensación normal y no te debes sentir culpable por sentirlo.

Tu intuición es tu mejor aliada, confía en ella

Esta es una las cosas que compruebas cuando miras hacia atrás. El tiempo siempre se encarga de darte la razón a eso que tanto defendiste aunque muchos te dijesen que eso "no se hace porque el bebé se malacostumbra", como querer tener en brazos al bebé, acudir siempre que llorase o dar el pecho para calmarle (estos son ejemplos personales que en mi entorno no llegaban a entender del todo).

Nunca desconfíes de ti misma porque la intuición es un súper poder que trae consigo la maternidad. Aún después de casi ocho años de haber dado a luz a mi primera hija, sigo sin poder explicarme como pude solucionar tantas cosas (muchas veces titubeando), y darme cuenta ahora que mis decisiones fueron acertadas. Confía en tí, eso es lo primero.

Nunca desconfíes de ti misma porque la intuición es un súper poder que trae consigo la maternidad. Confía en ti, eso es lo primero

Hay momentos de tristeza

Aunque se dice que la maternidad es el momento más feliz en la vida de una mujer, esto no siempre sucede e idealizarla no ayuda nada.

Todos los cambios que sufres a nivel físico y mental, la presión que sientes por querer hacerlo lo mejor posible y el cansancio que acumulas de forma trepidante por las noches sin dormir pueden hacer que te sientas triste (a veces durante más momentos de los que te gustaría).

Por eso es importante hablar, dedicarte momentos para ti misma, pedir ayuda en caso de que el agotamiento te está afectando demasiado, y si ves que no lo puedes gestionar, pedir ayuda `profesional. La depresión postparto es una realidad y ninguna estamos exentas de vernos en esa situación.

Se puede llorar de cansancio, a muchas nos ha pasado

Esta es una de las cosas que más me sorprendió y que nunca llegué a contar hasta pasados varios años después de haberlo vivido. Las noches en vela pueden llegar a ser una bomba de relojería porque no ves el fin. Por eso es tan importante la corresponsabilidad, delegar y pedir ayuda. Tu salud física y mental pueden verse seriamente afectadas por encadenar noches enteras sin dormir.

La maternidad trae consigo una dosis de soledad

Creo que aún hoy este sigue siendo un tema tabú. La maternidad se vive como una especie de duelo por la mujer que has dejado de ser (porque esto te cambia para siempre y no hay vuelta atrás), y la que ha nacido con el bebé.

Ese cambio trae consigo la soledad que implica ese cambio. Muchas veces te verás sola con tus pensamientos, te sentirás incomprendida por la gente que está a tu alrededor, especialmente si no han sido padres, y sentirás que todo el mundo sigue haciendo su vida menos tú.

Con el paso del tiempo te darás cuenta que también se trata de un sentimiento generalizado y que muchas pasamos por esto en la adaptación de nuestro nuevo rol de madres. Reconozco que no debería ser lo normal, y por eso es necesario hablar de esto, especialmente con nuestra pareja.

Habla con tu pareja sobre todo lo que estás sintiendo

Descargar todos estos sentimientos es fundamental para compartir esta pesada carga. Obviamente la persona con las que deberíamos hacerlo es nuestra pareja, ya que es quien mejor nos puede acompañar y apoyar en el proceso que estamos viviendo (ellos viven el suyo propio y es importante tenerlo en cuenta).

Tener un bebé es una prueba durísima para nosotras como mujeres y para la pareja en conjunto y el diálogo es la mejor herramienta que tenemos para salir airosos y fortalecidos. Nunca des por sentado que él sabe por lo que estás pasando o lo que estás sintiendo porque no es así: habla, comparte, desahógate y pide su ayuda cada vez que lo necesites. Ese es el "trabajo en equipo" que mejor funciona cuando tenemos un bebé.

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