Los defectos en la posición de la dentadura y sus huesos correspondientes pueden comenzar a manifestarse a temprana edad, generalmente cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes definitivos. El dentista será quien nos aconseje el uso de ortodoncia para corregir ciertos defectos.
El uso de aparatos dentales requiere de un cuidado especial, así como de una higiene bucodental muy minuciosa. Si tu hijo tiene que llevar aparato o acaban de ponérselo recientemente, te contamos cuáles son los consejos que dan los profesionales para mantener una correcta higiene bucodental.
Tipos de ortodoncia
La Sociedad Española de Odontología Pediátrica (SEOP) recomienda que la primera visita al dentista se realice al primer año de vida, y a partir de ese momento las revisiones se vayan haciendo de forma periódica con el fin de corregir a tiempo cualquier defecto bucodental que pudieran presentarse.
Las principales asociaciones ortodóncicas del mundo, entre ellas la Sociedad Española de Especialistas en Ortodoncia, insisten en la importancia de una primera revisión por parte de un especialista en ortodoncia cuando el niño cumple los seis años.
De este modo, en caso de detectarse algún problema, éste podría resolverse de forma sencilla, al contrario de lo que ocurre cuando se detectan en la edad adulta, en donde los tratamientos se vuelven más costosos y complejos.
"Mientras el niño se encuentra en etapa de crecimiento se pueden tratar de forma precoz ciertas maloclusiones de una forma muy sencilla, simplemente con un aparato removible (que se pone y se quita por las noches), que en cambio, cuando se trata de un adulto o incluso un adolescente, hay que recurrir a la cirugía para solucionarlo” - señala el Doctor Pérez Varela, presidente de la Sociedad Española Ortodoncia (SEDO) y antiguo presidente de la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia (AESOR).
Durante el periodo que abarca la niñez y la adolescencia, de los seis a los 14 años, es cuando la mayoría de pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia, en función de la salida de los dientes y muelas permanentes, y del crecimiento del maxilar y la mandíbula, cuyos defectos manifiestos requieren de una corrección inmediata.
Existen dos tipos de ortodoncia en función de la gravedad del defecto a corregir.
Por un lado estaría la ortodoncia removible, es decir, aquel aparato que puede ponerse y quitarse de forma relativamente sencilla. Sirve para corregir defectos leves o moderados, y el tipo de aparato suele ser cómodo para el que lo lleva y no requerir de ningún cuidado especial, salvo el de retirarlo antes del cepillado dental y lavarlo a fondo y cuidadosamente antes de volverlo a colocar en la boca.
Por otro lado estaría la ortodoncia fija que es el tratamiento con brackets. Se trata de unos soportes pegados a los dientes que alojan unos alambres especiales que proporcionan la energía necesaria para los movimientos.
Su efectividad es mayor que la de los aparatos removibles, estando especialmente indicados para corregir los defectos acentuados o graves. Sin embargo, y dada su complejidad, requiere que el paciente que los lleve preste especial atención a los cuidados e higiene bucodental.
Hemos hablando con el odontólogo Héctor Sánchez, y estas son las recomendaciones que nos ha dado para mantener una correcta higiene bucodental si nuestros hijos deben llevar brackets.
1) Cuidado de llagas y rozaduras
El uso de brackets puede llevar aparejado un aumento de la sensibilidad dental y aparición de molestias en la boca, como llagas en mejillas, lengua, labios o encias, sobre todo al principio hasta que el niño se va acostumbrando.
Lo normal es que estas molestias desaparezcan de forma espontánea, pero es aconsejable consultarlo con el pediatra o el dentista para que valore la opción de recomendarnos alguna pomada o crema protectora que acelere el proceso de cicatrización y alivie el dolor.
"Es probable que tras colocar un aparato, el dentista recomiende utilizar unas ceras específicas protectoras que actúan como escudo evitando la aparición de úlceras traumáticas en la mucosa labial interna o en las encías, provocadas por el rozamiento" - señala el Doctor Héctor Sánchez - "En cualquier caso, en las revisiones se verá si es necesario cortar o ajustar el aparato para evitar, en la medida de lo posible, este tipo de lesiones"
2) Elevar el tiempo de cepillado dental
Los expertos nos recuerdan que el cepillado dental diario es un hábito que debemos inculcar a los niños desde muy temprana edad. Es fundamental que aprendan la importancia de cepillarse los dientes al menos dos veces al día (y hacerlo siempre antes de irse a dormir), que utilicen la pasta dental más apropiada y que el proceso sea supervisado por un adulto (al menos al principio hasta que el niño lo sepa hacer correctamente).
Pero cuando el niño lleva brackets, la limpieza debe ser mucho más exhaustiva si cabe, ya que el aparato dental favorece la acumulación de restos de comida y placa bacteriana. Por eso, hay que elevar el tiempo de cepillado y hacerlo de forma cuidadosa.
Además, el cepillado dental tiene que hacerse siempre después de cada comida, prestando especial atención si hemos tomado alimentos demasiado azucaradoas, y no olvidarse de cepillar también la lengua y las encías, que suelen estar más inflamadas.
3) Complementos al cepillado diario
Pero además de elevar el tiempo y la frecuencia de cepillado dental, es importante que el niño se limpie la boca a conciencia, despacio y prestando mucha atención a cada cuadrante para no dejar ningún área sin cepillar.
Igualmente, es aconsejable completar la higiene con un cepillo especial para brackets, que permita eliminar más fácilmente los restos depositados alrededor del aparato, así como con cepillos interdentales y pasta fluorada (recordemos que, según la Sociedad Española de Odontología Pediátrica los niños a partir de los dos años deben utilizar una pasta de dientes con una concentración de flúor adecuada y específica a cada edad).
"Yo también recomiendo utilizar un enjuague bucal específico para niños, ya que ayuda a completar el cepillado, que además, recomiendo que esté supervisado por un adulto" - recalca el Doctor Sánchez.
4) ¡Ojo con algunos alimentos!
Otro tema que debemos vigilar cuando hay ortodoncia es el tipo de alimentación:
- Es preferible evitar tomar alimentos duros, como ciertos tipos de turrón o los frutos secos, por ejemplo. Recordemos, además, que independientemente del uso de brackets, los frutos secos hay que introducirlo en la dieta de los niños con mucha precaución, primero por el riesgo de alergias que conllevan y segundo por el riesgo de atragantamiento.
"Los brackets necesitan unos cuidades específicos para evitar que se despeguen. Ello implica que algunos alimentos tienen que limitarse o cuidar como se toman. Por ejemplo, conviene evitar tomar la fruta a mordiscos, como la manzana o la pera, así como bocadillos. Los alimentos duros pueden hacer que se despeguen los brackets, se salga el arco o se caigan los topes" - señala la especialista, Lydia Almansa.
- Evitar alimentos pegajosos como caramelos, gominolas, chicles o fruta escarchada.
"Los alimentos pegajosos pueden quedar adheridos al aparato y doblar los arcos, por eso es conveniente evitar tomar chocolate o caramelos, como los clásicos caramelos tipo toffee" - puntualiza el Doctor Sánchez.
Igualmente, es importante que el niño no muerda ni chupe bolígrafos, lápices o cualquier otro objeto duro con el que pueda lastimarse o dañar el aparato.
5) Cuidado con los golpes en la boca
Por último, hay que tener mucho cuidado con los golpes en la boca, que tan habituales pueden ser entre los niños: primero por el dolor y heridas que puede ocasionar una contusión cuando hay un aparato dental, y segundo porque este podría deformarse, especialmente si se trata de aparatos removibles.
En cualquier caso, si se produjera un golpe fuerte en el área de la boca (balonazo, caída, choque con otro niño...), el doctor Sánchez nos recomienda visitar cuanto antes al odontopediatra para que valore que ni los dientes, ni el aparato han sufrido ningún daño.
"Si ha habido una contusión fuerte se pueden producir desde úlceras traumáticas en los labios al rozar con el aparato, hasta daños en el diente y el hueso. El odontopediatra, a través de radiografías y exploración clínica, deberá valorar en profundidad los daños sufridos y, si fuera necesario, frenar la ortodoncia temporalmente"
Fotos vía iStock
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