No hay que renunciar a la lactancia materna por cuestiones laborales, el miedo a perder el trabajo o la responsabilidad que nos hayamos forjado en él, no deben prevalecer sobre un acto que beneficia considerablemente al bebé y también a la mamá, además, hay que recordar que este hecho refuerza considerablemente el vínculo que existe entre madre e hijo. En nuestro país todavía podemos encontrarnos mujeres que no conocen exactamente sus derechos dentro del ámbito laboral y por ello no amamantan a sus bebés. Otras mamás trabajadoras solicitan a sus respectivos médicos información sobre cómo pueden cortarse la leche porque no quieren seguir amamantando a sus bebés por motivos laborales.
Según algunos especialistas, el trabajo es una de las principales causas por las que se desecha la intención de amamantar al bebé, en algunos casos se puede comprender, aunque existen muchas otras causas como las grietas o el inconveniente de tener que amamantar al bebé cuando se encuentra precisamente en la calle o en un local público. No hay que permitir que estas meras cuestiones nos sobrepasen y neguemos al bebé algo tan importante y vital como es la lactancia materna.
La mayoría de las empresas españolas conocen este derecho y no deben obviarlo, el trabajo no debe ser un problema que impida la lactancia materna. En nuestro juicio, poner cualquier tipo de traba que imposibilite alimentar de forma natural al bebé es un modo de atentar contra él, no renuncies a la lactancia materna, está en su derecho.
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