Se está acabando el mes de Octubre y el frío parece que ya llega para quedarse, así que acompañándole llegan los resfriados, los mocos, las bronquitis, las laringitis y en definitiva todos los “itis" que estén asociados al sistema respiratorio.
Esto hace que muchos padres busquen prevenir antes que curar y busquen soluciones antes de que aparezcan los problemas. Entonces es cuando llegan los diálogos entre padres del “a mí me funciona esto" y el “a mí me va genial con…", entre los que se encuentra la frase: “yo leche no les doy, porque produce mocos".
Así que cuando un niño se resfría o enferma, además de tomar las medidas pertinentes para solventar los síntomas, muchos padres dejan de dar leche a sus hijos. Otros, aún más atrevidos, no les dan aunque estén sanos, para evitar el primer moco.
La realidad es que, a día de hoy, no hay ninguna evidencia que pueda demostrar que la leche de vaca produce mocos y si no se puede demostrar que exista dicha relación se puede decir que se trata de un mito o de una leyenda urbana sin fundamento que está haciendo que muchos niños no tomen leche.
Leche y mocos, juntos, pero no revueltos
Lo que tienen en común los mocos con la leche es que los que más viven con ambas cosas son los niños. Los primeros años de los niños son un ir y venir de infecciones de todo tipo, básicamente porque los niños son personitas cuyo sistema inmunológico es todavía inmaduro y no solo lo cogen todo, sino que les cuesta soltarlo. Si a esto sumamos que hoy en día la mayoría va a la guardería o al colegio, tienes un montón de niños juntos que se van pasando los virus como quien se pasa una pelota.
En esos primeros años los niños beben mucha leche y lo hacen porque es uno de los alimentos esenciales en esa etapa: es fuente de calcio y vitaminas (sobretodo A y D) y contiene lactosa, que ha demostrado ser un elemento importante a la hora de absorber correctamente el calcio.
Entonces, coincidiendo en el tiempo un alto consumo de leche (materna, artificial o de vaca) con un gran número de infecciones, toses y mocos, alguien debió de hacer una de esas asociaciones absurdas que acaban calando hondo y que llegan a generar un consejo de salud (“deja la leche, que produce mocos”) que mucha gente acaba siguiendo porque se lo cree.
Pero, podemos vivir sin leche
Se duda mucho de la conveniencia de tomar leche de vaca o no hacerlo los primeros años, hasta el punto que muchas familias han dejado de dar leche de vaca a los niños, sustituyéndola por bebidas a base de soja o almendra, que poco tienen que ver con la leche (empezando por que ni es leche, ni tiene lactosa, por ejemplo).
La realidad es que sí, los niños necesitan beber leche. Prueba de ello es que durante los primeros años todos toleramos (excepto los que nacen ya con la intolerancia) la lactosa sin problemas para después ir perdiendo las lactasas, enzimas que digieren la lactosa. Esto es porque venimos preparados para tomar leche de nuestra madre y, una vez hecho el destete, las lactasas empiezan a disminuir (más o menos se calcula que un niño que después del periodo de amamantamiento no toma lácteos de vaca tendrá, a los 4 años, un 90% de la lactasa que tenía cuando era más pequeño).
Si un niño, tras destetarse, sigue tomando lácteos de vaca de manera habitual, lo más probable es que siga produciendo lactasa y no llegue a ser intolerante, aunque hay un 15% de personas que en la edad adulta sí tendrá dicha intolerancia (hablo de España).
Los adultos podemos vivir sin leche, como podemos vivir sin fruta, sin verdura o sin pan. Otra cosa es que sea recomendable hacerlo o que simplemente encontremos las fuentes de calcio y vitaminas en otra parte. Los niños, en cambio, sí necesitan leche: es lo primero que buscan cuando nacen y es con lo que se alimentan de manera exclusiva los primeros seis meses. Pasados esos meses, e incluso pasados los 4 años que hemos mencionado más arriba, sigue siendo igual de buena e igual de recomendable.
Pero el médico me dijo…
Lo más extraño del asunto, o quizás no tanto, porque muchos consejos médicos carecen de fundamente científico, es que muchas veces son los propios médicos y pediatras los que recomiendan evitar los lácteos en época de mocos. Esto hace que muchos niños no estén tomando leche en una época en la que necesitan más calcio que nunca, porque están creciendo.
No es que no se pueda vivir sin leche, que ya hemos dicho que se puede, el problema es que muchos niños, si no toman leche, podrían no llegar a tomar el mínimo de calcio necesario o tomarlo y no llegar a absorberlo correctamente.
Repito: no hay relación entre los mocos y el consumo de leche, así que si tu hijo tiene mocos, que beba mucha agua y que siga bebiendo leche y comiendo yogures y queso como siempre.
Más información | Pediatría basada en pruebas, Diario de una mamá pediatra
Foto | Fotomontaje realizado con fotos de jayneandd y redeye^
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