Los cigarrillos electrónicos están de última moda entre los adolescentes. El conocido como "vaping", en referencia al vapor que se inhala, da la falsa percepción de que es "cool" y que, a diferencia del tabaco, es inofensivo para su salud.
Sin embargo, esta nueva moda no es inocua. El 90 por ciento de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, sustancia muy perjudicial para su salud que engancha a los chicos y convierte esta nueva moda en la puerta de entrada hacia el tabaquismo.
Qué es un cigarrillo electrónico
El cigarrillo eléctrico o cigarro electrónico, también llamado vaporizador, vapeador, vapera, eCig o eCigar, es un dispositivo electrónico inhalador con una pequeña batería para calentar y vaporizar una solución líquida que se aspira a través de una boquilla.
Esta solución suele tener diferentes sabores que atraen a los adolescentes (menta, chocolate, regaliz o vainilla) y también contienen, en un su gran mayoría, nicotina líquida, que es adictiva, además de otras sustancias químicas potencialmente dañinas.
El vaping como precursor del tabaco
Los cigarrillos electrónicos surgieron como un método para dejar de fumar, pero rápidamente se convirtieron en un producto de deseo para los más jóvenes. Un estudio publicado el año pasado en la revista PLOS ONE concluye que los cigarrillos electrónicos no son demasiado efectivos para dejar el tabaco, pero sí para captar a nuevos fumadores, en especial entre jóvenes adultos y adolescentes.
La OMS considera que solo un 1% de los que vapean consiguen dejar de fumar. Otro estudio publicado por la AAP (Asociación Americana de Pediatría) concluye que el uso de cigarrillos electrónicos en jóvenes que nunca fuman puede aumentar el riesgo de que se inicien posteriormente en el uso de cigarrillos.
A corto plazo, el uso de estos dispositivos irrita la vía aérea y altera la función pulmonar, mientras que se desconocen sus efectos a largo plazo al no haber aún estudios concluyentes.
El peligro de los cigarrillos electrónicos
El líquido de los cigarrillos contiene nicotina en dosis que oscilan entre 0 y 36mg/ml. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) explica la composición de los cigarrillos electrónicos y sus efectos para la salud:
"En el vapor que liberan los CE se detectan diferentes sustancias: formaldehído, acetaldehído y acroleínas. Estas sustancias también están presentes en el humo de los cigarrillos manufacturados, aunque en mayor cantidad que en los CE. El formaldehído y la acroleína se forman como consecuencia del calentamiento de la glicerina. Por otro lado, metales como níquel, cromo y plomo han sido encontrados en el vapor de los CE. Es de destacar que los niveles de níquel encontrados en el vapor de los CE son más elevados que los detectados en el humo de los cigarrillos. La International Agency for Research on Cancer clasifica todas estas sustancias como carcinogénicas, sin determinar un umbral de seguridad para su consumo. Además, algunas de estas sustancias tienen capacidad para producir daño en el intersticio pulmonar".
La epidemia del vaping entre los adolescentes
Según datos del Plan Nacional de Drogas, en una encuesta realizada a más de 30 mil adolescentes españoles de entre 14 y 18 años, uno de cada cuatro probó alguna vez un cigarrillo electrónico. A medida que aumenta la edad, el porcentaje aumenta, alcanzando el 19,5% en el grupo de jóvenes de 18 años.
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) lo ha calificado como un problema de proporciones epidémicas. Para hacerle frente ha lanzado un fuerte plan de acciones para evitar la venta y comercialización de cigarrillos electrónicos a los niños. En septiembre lo anunciaban así:
"Vemos señales claras de que el uso de cigarrillos electrónicos por parte de los jóvenes ha alcanzado una proporción epidémica, y debemos ajustar ciertos aspectos de nuestra estrategia integral para detener este peligro claro y presente".
Por su parte, los Centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC) lo considera una preocupación de salud pública y aconseja:
Restringir el uso de cigarrillos electrónicos cerca de los adolescentes: no permita que nadie use cigarrillos electrónicos u otros productos de tabaco cerca de las personas jóvenes. Los jóvenes no solo observan los comportamientos de los otros como ejemplo sino que también corren el riesgo de estar expuestos a la nicotina u otras sustancias químicas que pueden ser dañinas para la salud.
Visitar lugares donde esté prohibido el tabaco. Evite los restaurantes y otros lugares donde se permita el uso de productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos.
Asegúrese de que en la escuela esté prohibido el tabaco. Verifique con la administración escolar para asegurarse de que en la escuela o universidad a la que asisten sus hijos esté prohibido el tabaco, incluso los cigarrillos electrónicos.
Prohibir el tabaco dentro de su hogar. Prohíbales a sus familiares, amigos e invitados el consumo de todo tipo de producto de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, dentro de su hogar y vehículos. Esta es una medida adicional para proteger por completo a sus hijos de estar expuestos al humo de segunda mano de los cigarrillos y al aerosol o vapor de segunda mano de los cigarrillos electrónicos.
Dé el ejemplo. Sea un ejemplo para los jóvenes al no consumir tabaco. Aun en el caso de que esté dejando de consumirlo, comparta las razones por las cuales quiere hacerlo y pídales que lo apoyen en su intento.
LA SEPAR pide a las autoridades sanitarias españolas que regulen el cigarrillo electrónico y sus accesorios como una medicación.
"De esta forma se controlaría el consumo indiscriminado del mismo que está ocurriendo en el momento actual, con el consiguiente peligro no solo para la salud pública, sino también para que los jóvenes se inicien al consumo del tabaco a través de él y, además, se perjudique el proceso de des-normalización del consumo de tabaco en lugares públicos consecuencia de la actual Ley reguladora del consumo del tabaco".
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