La adolescencia es una etapa llena de muchos cambios y retos para todos. Comenzando por el propio adolescente, que está pasando por una etapa transformadora en la que comienza a definir su identidad, hasta el resto de la familia, que deberá acompañarlo de la mejor forma posible durante su adolescencia.
Si bien los padres continuamos siendo sus guías y responsables, durante esta etapa hay muchas cosas que cambiarán de acuerdo a la evolución de ellos y hay algunas que deberemos tener cuidado de evitar. Te compartimos 13 cosas que no debes hacer si eres padre o madre de un adolescente.
Hacer comentarios negativos sobre su cuerpo
La adolescencia es una etapa llena de grandes cambios físicos y psicológicos. Los adolescentes ahora se encuentran descubriéndose a sí mismos y tratando de comprender la transformación por la que están pasando. Un tema que puede ser difícil para ellos, son los cambios físicos que se presentan en esta etapa.
Por ello, debemos evitar hacer cualquier comentario negativo acerca de su cuerpo, ya que esta es una etapa complicada por todos lo cambios físicos que está experimentando. Recordemos que durante la adolescencia, es cuando pueden comenzar a aparecer trastornos alimenticios, por lo que es importante cuidar cómo nos expresamos acerca de su imagen.
Exigirles más de lo apropiado
Los adolescentes ya no son unos niños, pero eso no significa que debamos tratarlos como adultos y les exijamos más de lo que pueden sus capacidades. Es cierto que como padres debemos vigilar que continúen mejorando y teniendo un buen desempeño tanto social como académico, pero debemos tener presente que en esta etapa hay muchas cosas que antes no eran tan importantes.
Desde obtener buenas notas, verse bien y encajar socialmente, nuestros adolescentes comienzan a sentir esa presión por tratar de llegar a todo. Hagamos lo posible por motivarlos a hacer las cosas bien y cumplir sus metas, pero teniendo cuidado de no exigirles más de lo apropiado.
Tratarlos de forma condescendiente
"Yo sé lo que es mejor para ti", "He elegido esto porque te conviene/queda mejor", "Yo lo hago, que tú aún no sabes de esas cosas", son algunas frases condescendientes que podemos decir a nuestros hijos, muchas veces sin mala intención. Es cierto, nosotros somos los adultos y seguramente sabemos más que ellos, pero decirles frases como éstas puede minar nuestra relación con ellos al minimizar sus capacidades de decisión y/o acción simplemente por el hecho de que sean menores de edad.
No escucharlos o interrumpirlos cuando están hablando con nosotros
Es cierto que durante la adolescencia la relación entre padres e hijos cambia, y es común que ellos pidan más espacio, comiencen a ser más reservados y deseen mayor independencia. Sin embargo, aún habrá ocasiones en que deseen compartirnos algo y como padres debemos estar siempre dispuestos a escucharlos.
No importa si se trata de algo serio o de algo que a nosotros puede parecernos absurdo. Para ellos, es importante y han elegido compartirlo con nosotros. Escuchémosles sin interrumpirles o ignorarles y dejémosles siempre claro que en nosotros tienen un espacio seguro y de confianza.
Interrogarles o forzarlos a que nos cuenten sus cosas
En este mismo tema, hay otra cosa que debemos evitar: forzarlos a que nos cuenten sus cosas o tratar de interrogarlos. Para algunos padres puede costar un poco de trabajo entender que ellos ahora pidan mayor privacidad, pero debemos entender que ellos necesitan este espacio.
Lo que sí podemos hacer, es continuar fomentando un vínculo cercano con ellos a base de respeto y amor, de modo que se sientan con la seguridad y confianza de acudir a nosotros para consultar temas importantes o contarnos las cosas que les interesan.
Evitar hablar de sexualidad con ellos
Tener "la conversación" puede ser algo inquietante o vergonzoso para algunos padres, pero no es necesario que lo hagamos como se muestra en las películas: los padres nerviosos (o demasiado serios) que le piden al hijo sentarse a conversar sobre algo muy importante ahora que ha llegado a cierta edad.
Hablar de sexualidad con nuestros hijos es algo que debemos hacer de la forma más natural posible, y no solamente durante una conversación en la que los saturemos de información y consejos, sino de forma gradual desde que son pequeños e ir enseñándoles más sobre este tema conforme vayan creciendo y desarrollándose.
Durante la adolescencia, es cuando más importante y necesario es hablar con ellos sobre sexualidad, y no porque ya pueden tener un embarazo, sino porque hacerlo les ayudará a evitar conductas sexuales de riesgo (como sexo sin protección) y favorecerá una actitud positiva y responsable ante el sexo.
Burlarnos o reírnos de sus intereses
Que si se viste de una manera, que si comienza a escuchar otro tipo de música, etcétera. La adolescencia es una etapa experimental en la que los jóvenes van definiendo sus gustos, por lo que es normal que comiencen a interesarse por otras cosas, como la ropa o cantantes que están de moda.
Admitámoslo, a veces esos nuevos gustos o intereses pueden parecernos ridículos, pero eso no significa que tengamos derecho de burlarnos o reírnos de ellos. Siempre y cuando sea seguro, permitámosles tener esta experimentación en la que poco a poco definen quiénes son.
Hacer comparaciones
"A tu edad yo ya...", "¿Por qué no eres como...?". Nunca es bueno comparar a tu hijo con alguien más, ni hacerle sentir que estuvieras más orgulloso si fuera como otra persona. Pero especialmente durante la adolescencia, hacer comparaciones, solo ocasionará que sienta que hay algo mal en él o ella, alimentando las inseguridades que suelen aparecer en esta etapa.
Si lo que buscas es ayudarlo para que mejore, la única persona con la que debes compararlo es con él mismo, pues suficiente tendrá él con las presiones y cambios de esta etapa, que harán que comience a compararse con otros. Mejor, apóyalo de una manera amable y respetuosa, reafirmando todo lo positivo que hay en él.
Criticar a sus amistades o relaciones
Debido a todos los cambios físicos que están experimentando, durante la adolescencia los amigos comienzan a tomar mayor importancia al estar viviendo lo mismo que ellos, por lo que los padres comienzan a pasar a un segundo plano.
Es cierto, debemos estar atentos a la clase de personas con las que se relacionan, pero no debemos criticarlas solo por el hecho de que no nos agraden pues esto ocasionará justamente un efecto opuesto al que deseamos: se aferrarán más a ellos. Lo ideal, es educarlos para que sepan elegir de forma inteligente sus relaciones y amistades.
Darles completa libertad
Ahora, el hecho de que ya no nos necesiten tanto como antes e inicien el camino hacia la vida adulta al comenzar a tomar su propio camino, no significa que debamos dejarlos a su buena suerte y permitirles que hagan lo que deseen.
Nosotro seguimos siendo responsables de ellos en esta etapa en la que aún hay muchas dudas y también, es cuando más suelen ser vulnerables a ciertos comportamientos de riesgo para su salud, como las drogas, el alcohol, el tabaco o el sexo sin protección.
Enseñarles malos hábitos
Claro, como padres nunca buscaremos hacerle algún daño a nuestros hijos, sin embargo, esto va de la mano con el punto anterior. La adolescencia es una etapa experimental en la que descubrirán muchas cosas acerca del mundo que les rodea y también, es una etapa en la que comienzan a definir la persona que son. Probablemente tendrán su primer acercamiento con el alcohol, algo que muchos padres prefieren enseñar ellos mismos en casa.
Y aunque es bueno hablar de estas cosas antes de que las conozcan por alguien más, es importante dejarles claro las consecuencias de consumirlo. Tengamos cuidado de no caer en el error de que puedan adquirir malos hábitos, al pensar que porque nosotros bebemos ocasionalmente, significa que es algo que no tiene importancia o que deba tomarse a la ligera.
Invadir su privacidad
Actualmente es común que al llegar a la adolescencia, muchos jóvenes tengan un móvil o tablet para su uso personal. Desde luego, como padres debemos hacer lo posible por seguir cuidando el tipo de contenido al que tengan acceso, en especial en esta etapa en la apenas están comenzando a madurar psicológicamente.
Pero también debemos entender, que en esta etapa ellos comienzan a necesitar mayor privacidad y tienen derecho a tener intimidad. Leer sus mensajes a escondidas o espiar lo que hacen, no solamente es violar su intimidad, sino traicionar su confianza en nosotros y herir nuestra relación.
Lo que debemos hacer, es buscar fortalecer nuestro vínculo con ellos, a través de una comunicación clara y abierta, dirigiéndonos uno al otro con respeto. Claro está, que si tenemos sospechas de que está sufriendo bullying o siendo acosado por alguien más, entonces sí que deberemos tomar cartas en el asunto.
Tratarlos como si ya no nos necesitaran
Esta es una etapa en la que dejan de ser niños y comienzan a formar su propio camino. La relación con los padres evoluciona a una menos apegada, pero el hecho de que ya acudan tanto a nosotros como cuando eran pequeños, no significa que no nos necesiten.
De hecho, durante la adolescencia es cuando más nos necesitan, y aunque puedan aparentar que desean estar solos, aún desean que les acompañemos, aunque no de forma tan cercana como en la infancia, sino a la distancia.
La adolescencia puede ser una etapa complicada o retadora para toda la familia, sin embargo, hay formas de llevarla de mejor manera, por lo que esperamos que estos consejos acerca de las cosas que no debes hacer si eres padre o madre de un adolescente los ayuden a mantener una relación respetuosa y de confianza.
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