Los primeros años de la infancia son una etapa de rápido crecimiento y desarrollo, tanto a nivel físico como emocional. Durante este tiempo, los niños están formando su sentido de identidad, aprendiendo a relacionarse con el mundo que los rodea y desarrollando sus habilidades sociales y emocionales.
Los padres y adultos de referencia que crían y educan al niño juegan un papel fundamental en la construcción de su autoestima. En este sentido, si los padres son capaces de educar con respeto y actitud positiva estarán influyendo significativamente en la autoestima de sus hijos, y contribuyendo a que crezca con autoconfianza, independencia y resiliencia.
Así son los padres que crían a sus hijos con actitud positiva y favorecen su autoestima.
Aman a sus hijos tal y como son
El amor incondicional es el pilar de una crianza positiva. Los padres que aman a sus hijos incondicionalmente los aceptan tal como son, independientemente de sus logros o errores.
Los padres que practican el amor incondicional elogian a sus hijos por sus esfuerzos, y no por sus resultados, y les alientan a seguir esforzándose para alcanzar sus metas. Esto les enseña a valorar el proceso de aprendizaje y a no temer el fracaso, pues los errores se ven como oportunidades para seguir creciendo.
Se comunican y escuchan de forma activa
Los padres que crían con actitud positiva fomentan la comunicación abierta y respetuosa con sus hijos. Esto implica escuchar de forma activa sus preocupaciones, pensamientos y emociones, y evitar las críticas, los sermones y los juicios.
Cuando los niños sienten que pueden hablar con sus padres sin temor a ser juzgados, desarrollan una mayor confianza en sí mismos y en su capacidad para expresar sus pensamientos y sentimientos. Asimismo, la comunicación positiva también favorecerá el vínculo entre padres e hijos y la relación de confianza.
Saben decir "no" de forma constructiva
Un pilar importante de la comunicación positiva es saber decir 'no' de forma constructiva. Y es que en contra de lo que mucha gente cree, criar de forma respetuosa a los hijos no significa decirles a todo que sí, sino guiarles y corregirles de una forma constructiva.
Decir "no" de manera constructiva implica establecer límites de forma respetuosa y razonable, comunicando las razones detrás de la negativa y ofreciendo alternativas cuando sea posible. Esta habilidad contribuye al desarrollo de la confianza, la autonomía y la autoestima de los niños, al tiempo que fortalece la relación entre padres e hijos.
Ponen límites con respeto y empatía
Muy relacionado con lo anterior, también es importante que los padres sepan establecer límites y normas de forma clara, respetuosa y positiva. Explicar a los hijos de una manera comprensible las decisiones y reglas, les va a ayudar a entender lo que hay detrás de las normas y lo que se espera de ellos, desarrollando con ello su sentido de la responsabilidad y autonomía.
Fomentan la independencia de sus hijos
Otra de las características que presentan los padres que crían con actitud positiva es que son capaces de fomentar la independencia de sus hijos, permitiéndoles que asuman responsabilidades acordes a su edad y habilidades y favoreciendo la toma de decisiones.
Los padres fomentan la independencia de sus hijos cuando les involucran en las tareas en el hogar, les permiten asumir ciertos riesgos acordes a su edad, dejan que elijan su propia ropa, no los rescatan cuando cometen un error, no hacen las cosas por ellos, no piden los deberes en el chat de padres del cole...
Este tipo de actitudes va a permitir a los niños asumir responsabilidad e ir logrando poco a poco pequeñas victorias que les harán sentirse válidos y realizados.
Inculcan a sus hijos pensamientos positivos y resiliencia
Los padres que crían con actitud positiva alientan a su vez el pensamiento positivo en sus hijos. De este modo, en lugar de proteger a los niños de todos los desafíos y dificultades, les enseñan a enfrentarlos con una mentalidad fuerte y resiliente.
Fomentar el pensamiento positivo implica elogiar los esfuerzos en lugar de los resultados y enseñar a los niños a ver los desafíos como oportunidades para aprender y crecer. Los padres deben predicar con una actitud positiva ante los obstáculos y alentar a sus hijos a no darse por vencidos cuando se enfrenten a dificultades.
Enseñan a sus hijos a resolver conflictos
Los conflictos son una parte natural de la vida, y los padres que crían con actitud positiva enseñan a sus hijos a manejarlos de manera constructiva. Esto implica fomentar la comunicación abierta, el respeto por las diferencias y la búsqueda de soluciones pacíficas.
Los padres que enseñan a sus hijos a expresar sus sentimientos de manera asertiva, escuchar activamente a los demás y buscar compromisos, están permitiendo a los niños adquirir habilidades importantes para las relaciones interpersonales y la resolución de conflictos en la vida adulta.
Apoyan y guían, pero no rescatan
La vida está llena de desafíos, y los niños enfrentarán momentos difíciles a lo largo de su desarrollo. Si los padres les rescatan continuamente de los problemas, no les estarán enseñando las habilidades necesarias para enfrentarse a la vida.
Esto permitirá a los niños desarrollar la confianza que necesitan para afrontar los desafíos con valentía, seguridad en sí mismos y actitud positiva, sabiendo que cuentan con el respaldo de sus padres para superar cualquier obstáculo.
Fomentan la creatividad y curiosidad
Alentar la curiosidad y la creatividad de los niños les proporciona oportunidades para explorar, descubrir y aprender, lo que a su vez favorece el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales.
Los padres pueden fomentar la curiosidad de sus hijos permitiéndoles moverse libremente, explorar, jugar en la naturaleza, potenciar el aprendizaje por descubrimiento, poner a su alcance libros que satisfagan sus intereses, fomentar sus talentos, dar respuesta a sus pasatiempos e intereses...
Pasan tiempo de calidad con sus hijos
El tiempo de calidad es un componente esencial de la crianza positiva. Los padres que pasan tiempo de calidad con sus hijos fortalecen los lazos familiares y crean recuerdos significativos que permanecerán el resto de la vida. Pasar tiempo con los padres también va a permitir que los niños desarrollen su sentido de pertenencia, y se sientan valorados y amados.
El tiempo de calidad implica jugar juntos, tener conversaciones significativas, leer cuentos antes de dormir, hacer deporte en familia, realizar excursiones o actividades.... Lo importante es la conexión emocional que se crea durante ese tiempo compartido.
Cuando los padres presentan estos comportamientos en la crianza de sus hijos, están fomentando en ellos una actitud positiva ante la vida, lo que a su vez les va a permitir crecer con confianza en sí mismos, respeto por los demás y habilidades para enfrentar los desafíos. Pero la crianza positiva no solo beneficia a los niños, sino que también enriquece la vida de los padres al fortalecer los vínculos familiares y crear un hogar lleno de amor y apoyo.
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