¿Cómo afecta el estilo de crianza de los padres al desarrollo cerebral de los hijos?

¿Cómo afecta el estilo de crianza de los padres al desarrollo cerebral de los hijos?
8 comentarios

En la década de los ochenta, las políticas sociales desastrosas y los graves problemas económicos que sufrió Rumanía hizo que muchos niños se quedaran sin posibilidad de ser cuidados por sus familiares. Alrededor de 65.000 niños acabaron en orfanatos, siendo el 85% de ellos bebés con apenas un mes de vida. La ratios de niños por cuidadora era de 10:1 (10 bebés por cuidadora) y de 20:1 cuando los niños eran mayores de 3 años.

Estas ratios podrían sonar medio bien, comparándolas con las ratios de las escuelas infantiles actuales. Sin embargo, comparándolas con el papel de un padre y una madre, es como si una madre tuviera diez hijos de un mes que cuidar día y noche, y otra madre tuviera 20 hijos de 3 años. Esto hacía que la mayoría de bebés llegaran a pasar hasta 20 horas al día en sus cunas. Estos niños fueron adoptados por familias de Reino Unido y EE.UU., y algunos investigadores quisieron estudiarles incluso cuando ya llevaban mucho tiempo con sus nuevas familias. El resultado, que podéis ver en la imagen, sirvió para conocer cómo puede afectar el estilo de crianza de los padres en el desarrollo cerebral de los hijos.

En el momento de la adopción...

En el momento de ser adoptados, a edades dispares, pero cerca de los 2-3 años de media, los niños presentaban trastornos del desarrollo psicomotor, dificultad social y retrasos en el lenguaje. A los 4 años fueron estudiados de nuevo, habiendo pasado ya un tiempo con sus padres adoptivos y, aunque muchos habían mejorado en su desarrollo general, los efectos de la falta de atención en la infancia seguían siendo evidentes. Dos años después, con 6 años, aún se veía la huella de esos primeros años faltos de amor y cariño.

Estudiando a los niños

En un estudio que se considera ya un referente para los profesionales de la educación actual y una clara muestra de que el estilo de educación autoritaria debe cambiar hacia otra cosa, se estudiaron los cerebros y el comportamiento de diez de los niños que vivieron en los orfanatos de Rumanía. Seis de ellos eran niños y las cuatro restantes niñas, y tenían una media de edad de 8,8 años (edades comprendidas entre los 7 y los 11 años). Todos estos niños entraron en los orfanatos teniendo entre 4 y 6 semanas de edad y permanecieron ahí una media de 38 meses (rango de entre 16 y 90 meses). Fueron adoptados por familias norteamericanas, con quienes llevaban una media de 67,2 meses (rango de entre 15 y 113 meses).

No fueron incluidos en el estudio aquellos niños cuyos padres mantuvieron contacto con los niños estando en el orfanato, aquellos que tuvieron problemas durante el embarazo o el parto, los hijos de madres que abusaban de sustancias que pudieran afectar al bebé o aquellos que ya tuvieran alguna discapacidad de nacimiento.

Compararon estos niños con dos grupos. Un grupo de 17 personas adultas normales con una media de edad de 27,6 años y un grupo de 7 niños de entre 7,9 y 13,5 años, con epilepsia.

Todos los niños en el estudio rellenaron tests para conocer el desarrollo general, verbal, para saber cómo era la comprensión del lenguaje y expresión, cómo la memoria visual y verbal, cuál era la destreza con las manos, cuál el grado de atención e impulsividad, etc. Además estudiaron sus cerebros con escáneres cerebrales para compararlos.

Resultados de las pruebas

A la hora de analizar los resultados de los tests, vieron que los niños que habían pasado su infancia temprana en los orfanatos de Rumanía tenían peores puntuaciones en el terreno intelectual (con puntuaciones cercanas a 82, siendo 100 la puntuación normal), en la inteligencia no verbal (puntuaciones de 90), en el lenguaje (alrededor de 80), en la memoria (78), en la atención (77), impulsividad (52) y eficiencia cognitiva (72) y en la psicomotricidad fina o destreza manual (80).

Observando el comportamiento de los niños, siendo 50 una puntuación normal, vieron que tenían más problemas de comportamiento (70), ansiedad y depresión (68), problemas sociales (69), problemas mentales (71,3), problemas de atención (75), comportamientos delincuentes (63) y comportamientos agresivos (65).

Vamos, que aún habiendo pasado la mayoría de ellos más tiempo con una familia adoptiva que en los orfanatos, la huella de ello resultó ser terriblemente evidente incluso en edades avanzadas, con casi 9 años de media.

Resultados de los escáneres cerebrales

A la hora de comparar los escáneres cerebrales observaron que estos niños, que habían recibido los cuidados básicos en el orfanato, con comida, cobijo, una cuna y ropa limpia, pero que carecieron del cariño y la atención de unos padres, tenían zonas inactivas en muchas partes del cerebro (en negro las zonas no activas, en rojo las más activas). Centrándose en las zonas inactivas, vieron que eran sobre todo los lóbulos temporales, donde se procesan y regulan las emociones. Al no haberse activado como en los otros niños, la lógica decía que estos niños podían tener una menor capacidad social y emocional, y como vieron en las pruebas, esto se confirmaba.

Conclusiones

Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el cerebro de los bebés no es un músculo al que hay que entrenar con las desgracias y frustraciones de la vida, privando a los niños de cariño, de cogerles en brazos o de nuestra compañía para que aprendan a ser más autónomos.

Es obvio que ningún padre o madre en sus cabales proporcionará a sus hijos una crianza como la de un orfanato, basada en darle lo que necesita físicamente y dejándole hasta 20 horas en la cuna, pero es interesante saber qué pasaría si nos fuéramos a ese extremo. Sin llegar a ello, haciendo caso de las voces, opiniones y teorías que nos recomiendan dejarles llorar, hacer que duerman solos en sus cunas por la noche, aunque sufran, dejarles llorar un rato, que es bueno para que sus pulmones se expandan y para que aprendan que en la vida no lo van a tener todo, etc., podríamos lograr algo similar. Probablemente los defectos serían menores, probablemente habría menos áreas inactivas del cerebro, pero si la falta de cariño, amor, afecto y apoyo en un bebé puede hacer que las repercusiones sean visibles incluso a los 9 años de edad, está claro que lo que hagamos con nuestros hijos, incluso cuando son pequeñitos, podrá determinar en gran medida quiénes serán en la edad adulta.

A mí siempre me gusta comparar la infancia temprana de los niños, digamos los primeros 4-5 años, con la estructura de un edificio. Una estructura que se hace con paciencia, de manera estudiada en base al terreno y la climatología, con los mejores materiales y reforzada tanto como necesite aguantará siempre más "lo que le echen" que una estructura hecha con peores materiales, rápido para acabar antes y con menos cuidado en su creación. Quizás aguante también lo mismo que la primera, pero quién sabe si las grietas no serán mayores, si cualquier día empieza a caerse el techo de los balcones o si las humedades aparecen antes de que lo que se espera. "Ya, pero un edificio no sólo depende de él mismo, también depende del terreno en el que esté ubicado", me diréis. Y yo os respondo: exacto. Un edificio depende de sí mismo, de su estructura y, obviamente, depende de dónde esté. Por eso un bebé no sólo depende de sí mismo, sino también del entorno en el que vive, y ahí es donde nosotros podemos hacer mucho, muchísimo, como acabamos de ver.

Vía | Estudio (inglés) En Bebés y más | El amor materno mejora el cerebro del niño, ¿Cuál es la diferencia entre estos dos cerebros? El amor de la madre, La violencia afecta de manera negativa al cerebro de los niños

Temas
Comentarios cerrados
    • Hola,

      A mi me ha pasado un poco como a Bruman. Hay tantas variables diferentes entre el grupo de estudio y control que atribuirlo a la falta de cariño me parece exagerado y partidista. Es evidente que la falta de estímulos que recibieron esos bebés hizo que se desarrollara peor su cerebro...pero no sabemos si la falta de amor lo haría... Seguramente también, pero me inclino porque tenga más peso la falta de estímulos. Pero es que además esos niños con toda seguridad estaban malnutridos, como indicaba el compañero con el percentil, por lo que no debieron recibir los nutrientes suficientes para desarrollar adecuadamente su cerebro, y más en momentos tan claves como las primeras semanas-meses de vida. Y otra cosa, que no se si se comenta en el artículo, es si el grupo control también careció de lactancia materna como les pasó a los abandonados. Si no se tuvo en cuenta, fatal, todos conocemos los beneficios de la leche materna en el desarrollo del los bebés en general, y del cerebro en particular.

      Así pues, a parte de las carencias de rigurosidad del estudio, atribuir las diferencia a la falta de cariño me parece excesivo, la falta de estímulos, malnutrición y la falta de lactancia materna me parece que estarian afectando más a su desarrollo que la falta de cariño, que también.

      Besos

    • Interesante artículo.
      Para mí, con algunos fallos y carencias, pero interesante aún así.
      Parece casi obvio que la ausencia de una figura de referencia desde los primeros meses, sumada a un desarrollo con graves deficiencias de cuidados puede suponer un trauma con consecuencias físico-psíquicas, pero nunca está de más intentar comprobarlo y medirlo, como la Ciencia siempre sugiere.

      Lo que me parece rizar el rizo, es la extrapolación que haces en tus conclusiones, intentando contraponer el estudio a esas "voces, opiniones y teorías que nos recomiendan dejarles llorar" (evitemos nombres y apellidos).
      Entiendo que queráis que la cruzada que lleváis contra el "método de marras" vaya apoyada científicamente, pero vamos, que intentarlo con estos artículos es según mi punto de vista (de alguien con formación científica), digamos, un poco ideológicamente sesgada.

      Saludos.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de brumam Respondiendo a brumam

      Hola Bruman, gracias por tu comentario. Es cierto que lo ideal sería que se hiciera un estudio comparando a niños "dejados llorar", tanto de día como de noche, porque no me centro sólo en el método en cuestión, sino en un estilo de crianza con niños criados con más apego. Ahora bien, el ideal no creo que sea factible, primero porque puede ser difícil encontrar a padres convencidos en dejar llorar a sus hijos para ver qué pasa y segundo porque ni siquiera creo que sea ético hacer un estudio así.

      Dejando esto a un lado, como digo en el artículo las imágenes y las conclusiones que se extraen dicen que una crianza "no crianza" en los primeros años de vida sería terrible para los niños, y que eso no lo hace ningún padre o madre que quiera a sus hijos. Sin embargo me parece interesante acercarnos a ese extremo para conocer las consecuencias máximas (sin siquiera serlo, pues a los 3-4 años muchos fueron con familias adoptivas). ¿Sesgado? Claro, la relación no es concluyente, pues no es un estudio que trate de explicar lo que yo pregunto. Sin embargo, a falta de algo mejor, me parece muy interesante dejarlo caer porque lejos del extremo, o quizás no tanto, el autoritarismo y la falta de empatía hacia los niños no creo que sean buenos métodos para ningún niño.

    • Cerrar respuestas
    • interesante

      Gracias Armando por tu respuesta.

      No sé, igual no me explicado bien. Es que creo que mezclamos churras con merinas.
      Perdonadme si el rollo que voy a echar es exagerado, pero este tema me produce mucha curiosidad.
      En cuanto al estudio en sí, yo también tengo un problema con los controles. Dejando a un lado los datos de niños epilépticos, las comparaciones se hacen entre los niños procedentes de los orfanatos rumanos y una población "normal". (aparte del tamaño muestral, solo 10 niños, pero eso lo pasaremos por alto).
      A lo que yo me refería era a que las diferencias entre la población en estudio y la control son muchas:
      1.- Niños vs adultos (esto lo medio justifica con un estudio propio anterior. Bueno)
      2.- Niños rumanos vs adultos no rumanos (no especifica nacionalidad, porque los datos control vienen de un estudio anterior que no tenía que ver con huérfanos y mucho menos rumanos, pero en las premisas de estudios en animales, se aclara que " long-term effects of stress are mediated by both exposure and genetic variables" O sea, la variable genética es fundamental).
      3.- Niños huérfanos (parental GLOBAL deprivation) vs hijos biológicos.
      4.- Niños en situaciones límite de atención vs hijos criados en sus familias biológicas (suponemos atendidos).

      O sea, que ligar los cambios detectados en actividad cerebral SOLO al déficit de afecto (que es mucho, inhumano, 20 horas solos en la cuna) ya es demasiado. (de hecho, los autores no concluyen eso)
      Por no hablar de que en un momento del estudio "confiesan" que casi el 60% de los niños estaban por debajo del percentil 5 cuando fueron adoptados (!). O sea, el trato insuficiente no era solo psicológico sino también físico.

      El estudio es descriptivo y la revista es NeuroImage.

      Y esas cosas hay que tenerlas en cuenta al comentar y sobre todo al sacar conclusiones propias y divulgarlas a pobrecitos progenitores como nosotr@s.

      De ahí que tu conclusión del tipo "como esto es el extremo, damos por hecho que la Estivillización causará lo mismo aunque en grado menor" ("podríamos lograr algo similar" según tus palabras), es una extrapolación errónea a mi modo de ver, por muchos motivos, pero a lo mejor el principal es que estás igualando stress episódico a stress crónico.

      Trabajo en otro campo, no la pediatria, pero a mi no me parece tan difícil hacer un estudio demostrando de una vez por todas todo lo que se atribuye al método Estivill. Hay miles de niños que lo han "sufrido/seguido" y hay miles de familias que reniegan y lo vituperan y utilizan otros métodos (o ninguno). Se cerraría el debate, y ayudaría a millones de padres/madres/criadores y la cuestión se reduciría a "eso está prohibido", si se demostrara daño para el niño, o a "yo prefiero hacerlo así y tú asá" y nos dejaríamos de insultos, demandas y discusiones estériles.

      Quizás estos estudios existen ya y yo lo ignoro, no sé . Personalmente, como nosotr@s no hemos seguido el método, no tenemos el libro "A dormir" que por lo visto incluye las referencias bibliográficas científicas de Estivill. Desde el otro bando siempre que he ido a comprobar fundamentos "científicos" de sus teorìas, me he encontrado siempre con las mismas extrapolaciones cuanto menos, "arriesgadas", medias verdades, y simplificaciones tendenciosas.

      O tal vez es que tanto a Estivilles por un lado y a Jovés y Gonzálezes por otro les convenga que el debate siga siempre encendido e inconcluso para forrarse por un lado y por otro.

      Saludos.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de brumam Respondiendo a brumam

      Cierto, como dices puede haber muchísimas variables que afecten en mayor o menor medida los resultados del estudio, y cierto que el que realiza la conclusión soy yo, y no los autores del estudio. Obviamente, mi opinión es sesgada porque no soy uno de los investigadores y porque parto de la base de que el método me parece cruel.
      Digamos que, en el fondo, tampoco deberían hacer falta estos estudios, sino tener claro que lo ideal es tratar a los bebés y niños con respeto. ¿Si un estudio dijera que dándole un sopapo diario a un niño éste sería más inteligente lo haríamos? ¿Si este mismo estudio dijera que los niños rumanos de los orfanatos acabaron siendo más sociables, inteligentes y hábiles que el resto haríamos todos lo mismo, dejar a nuestros hijos 20 horas al día en sus cunas?
      Yo no, porque mi manera de educar a los niños no se basa en la ciencia en realidad, sino en lo que siento que es mejor para ellos y en lo que siento que debo y no debo hacer.

      No sé si a los autores que comentas les va bien o no que el debate exista... quizás sí. El caso es que como no son investigadores (Estivill quizás sí, porque publica estudios, pero no creo que en ellos hable de repercusiones a medio-largo plazo) no será por mano de ellos que lleguen esos resultados que pides. Habrá que seguir esperando y quizás jugando con este tipo de extrapolaciones arriesgadas (que asumo que no es correcta metodológicamente hablando, pero que en esencia tengo tan claro que es así, que no puedo reprimirme a fallar).

      Un saludo igualmente y un placer recibir tus correcciones.

    • Cerrar respuestas
    • Ya, entiendo. Pero lo que un@ "siente" al criar a su hij@ está muy influenciado por su educación y por su formación. Si fuera tan fácil como seguir los sentimientos, no existirían blogs como el tuyo.
      El instinto también es ciencia, por eso intentamos explicarlo y que nos lo expliquen, con bases empíricas. Pero de instintos errados, o que crean dinámicas perjudiciales, también están las urgencias llenas (y las consultas de psicología y psiquiatría, por cierto).

      Además, para justificar unos métodos u otros, vosotr@s mism@s apeláis a estudios científicos.
      No he sido yo quien ha escrito ni titulado este post ;o)

      No podemos negar tampoco la evidencia de que l@s progenitor@s, muchas veces creyendo que hacen lo mejor para sus hij@s (así lo "sienten") siguen pautas dañinas, tanto por exceso, como por defecto de atenciones y/o normas. Hablo de educación (y de buenos sentimientos), no de violencia, aunque much@s quieran/queráis equiparar ésta última con un cierto método.
      Volviendo al método (que insisto, no hemos seguido, ni siquiera lo conozco 100%), me parece más que lícita, y no precisamente egoísta, la pregunta que muchos p/madres se hacen: Es mejor que mi criatura llore, bajo esas pautas, dos noches y que empiece a dormir bien, o que durante 4 años se despierte cada noche 10 veces?
      Y las respuestas que un@ encuentra son casi siempre tajantes, por ambos lados.
      Un@s lo llaman método científico, y otr@s lo llaman/ís egoísmo, crueldad, maltrato... Una pena.

      Más saludos (y no son correcciones, son comentarios!) ;)

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de brumam Respondiendo a brumam

      El problema es que unos duermen mal dos noches y luego bien, pero otros duermen mal muchas más noches, luego un tiempo bien (si a bien se entiende el despertarse, sentir que necesitas a tus padres, pero no llamarlos porque sientes que es inútil) y muchas veces, con el tiempo, vuelven a demandar algo lógico: la presencia de tus padres, o sea, que vuelven a dormir mal y hay que volver a hacer el método.

      En el otro lado están los bebés que se despiertan más a menudo durante unos años. Cuatro años 10 veces cada noche me parece tan minoritario como el grupo de niños que tras dos noches mal duermen siempre bien, así que habría que decir que ni uno es tan bueno, ni el otro tan malo. Es duro criar a un bebé, es duro entender que por las noches se despiertan a menudo para comer y porque su maduración cerebral no es la misma que la de los adultos, pero uno acaba entendiendo que es una cuestión de madurez y que al final, no haciendo nada, duermen también bien, sin necesidad de que el niño llore por nuestra causa.

    • "Todos estos niños entraron en los orfanatos teniendo entre 4 y 6 semanas de edad y permanecieron ahí una media de 38 meses."
      No entiendo que hoy en día todavía tengan que pasar los niños por los orfanatos, con tantas familias que hay en lista de espera para una adopción (con todas las pruebas de idoneidad ya pasadas). Creo que esto pasa porque son niños y para los gobernantes son ciudadanos de segunda (no votan=no cuentan), la burocracia siempre está por encima de la la lógica y la moral. Hay que velar por la seguridad de los niños, por supuesto, y no entregarlos a cualquier persona; hay que intentar evitar el desarraigo y tratar de que este trámite sea lo menos traumático posible (no darlo a una familia y luego pasarlo a otra, no separar a los hermanos, apoyar a las familias biológicas para evitar el abandono...)
      ...Pero que un bebé con semanas entre en un orfanato y permanezca allí hasta los 3 años me parece una falta de respeto total hacia su persona.

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información