Si no les explicas bien las cosas a los niños, pueden recurrir a la imaginación y pensar cosas que no son

Cuidar la comunicación con nuestros hijos es importante; y para hacerlo, no solo debemos atender a la forma en la que nos expresamos (es decir, cómo nos comunicamos), sino también al contenido (qué les decimos).

Es importante hacerlo porque los niños, cuando preguntan sobre algo, o cuando les falta información sobre esa temática, y no se lo resolvemos, lo que hacen es "rellenar" esa laguna mental con información que a veces es errónea.

Es decir, recurren a su imaginación para entender qué está pasando. Y claro, eso hace que a veces lo que piensen no sea cierto, o esté sesgado, lo que puede generarles confusiones, malentendidos o incluso, malestar.

Y no se trata tampoco de sobreinformarlos de todo, sino de responder a sus preguntas siempre en la medida que consideremos, dándoles la información que nos parezca adecuada, y de acuerdo a su edad. En este artículo hablamos de cómo podemos comunicar las cosas adecuadamente a los niños y qué ocurre si no lo hacemos.

¿Por qué es tan importante ser claros con la información que damos a los niños?

Nuestro cerebro, y el de los niños, cuando tiene lagunas de memoria (o le falta información para entender una historia, o un recuerdo, en su totalidad), recurre a la imaginación para rellenar esas lagunas.

Pero también recurre a otros elementos, como: suposiciones, creencias, ideas preconcebidas, historias del pasado... es decir, se basa en su propia experiencia para construir su realidad. Porque la memoria siempre busca esa coherencia, busca autocompletarse, aunque la mente nos engañe a veces.

Por ello, especialmente con los niños, es importante responder a sus preguntas cuando las tengan y explicarles bien las cosas, según su nivel de entendimiento, porque sino completan esa información con cosas que imaginan o les dicen los demás, pudiendo ser esto erróneo.

El cerebro humano, cuando tiene lagunas de memoria (o le falta información para entender algo), recurre a la imaginación y a otros elementos para rellenar esas lagunas.

La imaginación en los niños

Pero, ¿qué es esa imaginación que utilizan los niños? Según el psicólogo ruso Lev Vigotsky, en su trabajo Imaginación y creación en la edad infantil, "en la vida cotidiana se llama imaginación o fantasía a todo lo que no es real, a lo que no concuerda con la realidad y lo que, de esta forma, no puede tener ningún significado práctico serio".

¡Y los niños tienen mucha imaginación! A través de ella representan mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en realidad (o que existen solo en parte), o que son o fueron reales pero ya no están presentes.

Lo cierto es que la imaginación es una habilidad muy útil y enriquecedora cuando los niños crean otros mundos u otras historias, escriben, son creativos... Sin embargo, para entender su realidad (de forma objetiva) o temas importantes, no es tan beneficiosa, porque les puede sesgar.

Entonces, teniendo en cuenta todo esto, ¿cómo comunicarnos con nuestros hijos adecuadamente? Y sobre todo, ¿cómo hacerlo ante notícias difíciles (cuando es más probable que recurran a la imaginación para entender, si les falta información)? Os damos algunas claves.

La imaginación es una habilidad muy útil y enriquecedora cuando los niños crean otros mundos, pero para entender su realidad no siempre puede ser beneficiosa, porque les puede sesgar.

Comunicar las notícias difíciles

A veces hemos de comunicar a nuestros hijos notíficas difíciles de diferente envergadura; por ejemplo, una enfermedad en algún miembro de la familia, el fallecimiento de un ser querido, de un animal...

En estos casos, a veces tendemos a distorsionar, maquillar la realidad o incluso mentirles, para "evitar dañarlos", y muchas veces lo hacemos de forma inconsciente, pero esto puede generar justamente el efecto contrario.

Maquillar la realidad, suprimir partes de la historia (que la hacen incomprensible), o distorsionarla, puede generar aún más ansiedad y malestar en los niños. Precisamente por lo que comentábamos, porque entonces, al tener la información incompleta, o sentir que "algo no les encaja", lo que hacen es rellenar esas lagunas mentales con información errónea.

Maquillar la realidad a los niños, suprimir partes de lo que les contamos (que necesitan para entender), o distorsionarlo, puede generar aún más ansiedad y malestar.

Por ejemplo, si les hemos dicho que esa persona (que ha fallecido) está de viaje en un lugar lejano, y no que ha muerto, pueden imaginarse posibles desenlaces (lógicos para ellos) o razones para entender y sostener esa historia; "volverá algún día y me traerá regalos", "si está lejos puede tardar mucho en volver", "si se ha ido de viaje es porque no me quiere"... Y todas estas razones, lógicamente, les dañan. Porque no son verdad.

Cómo comunicar las malas notícias

Entonces, ¿cómo comunicamos las notícias difíciles o dolorosas a los niños? Algunas pautas que deberéis tener en cuenta y que os pueden ayudar son:

  • Adapta tu lenguaje a su nivel de comprensión. Evita utilizar palabras que no pueda entender, recurre a sinónimos si hace falta.
  • Evita la sobreinformación; recuerda, no es lo mismo dar detalles innecesarios, que mentir. Puedes evitar dar detalles que duelen dando solo la información importante (o la que necesitan para entender qué ha pasado).
  • Empatiza; recuerda que estás compartiendo una notícia difícil o dolorosa. Ponte en su lugar (físicamente, a su altura, sostén su mano, etc.) y emocionalmente (utiliza un lenguaje cuidadoso y empático).
  • Pregúntale si tiene dudas y resúelveselas; evita que queden cosas en el tintero, para evitar esto que comentábamos de que rellenen ellos mismos la información que les falta o que no entienden.
  • Cultiva su confianza para que no tenga miedo a preguntarte; "¿tienes alguna duda?", "sabes que puedes preguntarme lo que necesites".

La importancia de fomentar su confianza para preguntar

Como decíamos en el apartado anterior, es fundamental que los niños vayan adquiriendo poco a poco la confianza de preguntarnos las cosas que no entienden. Eso sí, nosotros siempre seremos proactivos a la hora de contarles las cosas, como adultos que somos; no debemos hacer que la responsabilidad recaiga sobre ellos, pero sí fomentar su confianza en nosotros.

A veces les da miedo o vergüenza preguntar, no quieren molestarnos o piensan que nos sentiremos mal si preguntan muicho, no saben cómo preguntarlo... Y por eso, lo evitan. Por ello hemos de acompañarles en adquirir esa confianza y perder el miedo a hacerlo, para evitar que puedan montarse historias erróneas que les dañen aún más. Entonces, ¿cómo lo hacemos?

Hemos de acompañar a los niños en adquirir esa confianza para preguntar las cosas y evitar que puedan montarse historias erróneas.

Por un lado, es importante ofrecerles la oportunidad y el espacio para preguntar; les daremos libertad para hacerlo, pero si nuestro hijo es más tímido o introvertido, le facilitaremos su expresión a través de preguntas.

Por ejemplo: "¿hay algo más que quieras saber?", "¿te ha quedado alguna duda? Recuerda que puedes preguntarme lo que quieras, no quiero que te quedes con ninguna duda o preocupación", "sé que para ti es díficil/doloroso hablar de ello, pero puedes hacerlo abiertamente conmigo para que pueda ayudarte mejor", "estoy a tado", etc.

A veces también va bien pedirles que nos expliquen con sus palabras qué han entendido de lo que les hemos dicho, para ver si realmente lo han entendido. "¿Lo has entendido? ¿Me lo puedes explicar con tus palabras?".

Fotos | Portada (Freepik)

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