La adolescencia es una época llena de retos, tanto para quienes se encuentran en este momento del ciclo vital del desarrollo como para los padres.
Y es que se trata de un periodo de muchos cambios que pueden llegar a ser muy abrumadores, y ante los cuales, muchas veces no sabemos cómo actuar.
Aquí abordaremos uno de los temas que más preocupación causa a los padres de los adolescentes: por qué mi hijo adolescente está todo el día encerrado en la habitación y cómo ayudarle.
“Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar para nuestros hijos. Uno de estos son raíces, el otro, alas.”
-Hodding Carter-
¿Por qué mi hijo adolescente solo quiere estar en su habitación?
Son muchas las razones por las cuales los adolescentes solo quieren estar en su habitación, pero ten presente que esto no necesariamente se trata de algo negativo, de hecho es una conducta esperada teniendo en cuenta la etapa en la que están, y perfectamente normal, así que no te preocupes.
Algunas de las razones por las que hacen esto son:
Tiene necesidad de diferenciarse
Cuando son pequeños nuestros hijos suelen sentirse muy parecidos a sus padres, con muchas similitudes, e incluso llegan a verbalizar querer ser como nosotros cuando sean mayores, pero esto cambia drásticamente con la llegada de la adolescencia.
Es preciso que comprendas que no se trata de algo malo, de rebeldía o de que tu hijo haya dejado de quererte, es simplemente el proceso natural de desarrollo que los lleva a buscar diferenciarse de sus padres para encontrar y comprender quienes son ellos como individuos.
Necesita marcar sus límites
En la adolescencia los jóvenes quieren y necesitan marcar límites. Límites que los identifican a ellos como personas completas, complejas y diferentes a nosotros como padres.
Estar en su habitación es una manera de, físicamente, expresar lo que sucede en su mente, distanciándose de todos para poder tener la libertad de encontrarse consigo mismos.
Busca su propia independencia
Estar solos les permite tener que resolver las situaciones que se les presentan con los recursos que tienen, y esto ayuda a fomentar su independencia y capacidad para la resolución de conflictos.
Además, permite un espacio creativo para poder afrontar lo que está viviendo. La soledad les permite poder pensar y plantearse preguntas trascendentales para su vida sin tener que ser interrumpidos constantemente por otras personas de la familia.
Intimidad y sexualidad
La adolescencia es la etapa cumbre del descubrimiento y la exploración de la sexualidad. Contar con privacidad en esta etapa es muy importante para que este proceso pueda darse sin tabúes ni miedos.
Aunque los niños en una etapa más temprana comienzan la autoexploración, no es sino hasta la adolescencia en donde la sexualidad se experimenta en mayor medida.
Este tema puede ser un poco complejo para algunos padres, pero es importante que entiendas que no es algo malo, es perfectamente normal y sano.
Redes sociales, internet, videojuegos...
El uso de las redes sociales, los videojuegos, el móvil, internet en general... es algo cada vez más extendido entre los adolescentes. El problema es la intensidad de estas preferencias y la cantidad de horas que pasan frente a las pantallas.
Y es que hay muchos que "prefieren" pasar el tiempo en la habitación conectados a internet o a los videojuegos a interactuar de forma real con sus amigos o su familia.
Si crees que esta podría ser la causa de este "encierro" en la habitación, es importante que lo hables con tu hijo, y en caso de ser necesario, pidas ayuda profesional, como comentamos al final del artículo.
Mi hijo adolescente solo quiere estar en su habitación: ¿qué hacer?
Si no te sientes muy cómodo con la idea de que tu hijo adolescente esté todo el día encerrado en su habitación, procura realizar algunos ajustes a la rutina para mejorar la situación, como por ejemplo:
- Establecer límites y horarios para estar solos en la habitación.
- Limitar el tiempo de uso de equipos electrónicos.
- Indagar en las causas de ese "encierro" (primordial).
- Fomentar una comunicación abierta con tu hijo.
- Planear actividades en familia, algo que permita compartir más tiempo con ellos.
Así, no se trata sólo de establecer límites como padres; si queremos que nuestro hijo no esté siempre solo en su habitación, debemos aprender a dialogar con él y a llegar a ciertos acuerdos como permitir que sus amigos lo visiten, o inscribirlo en alguna actividad que sea de su agrado y que le permita compartir con otras personas sus mismos intereses.
Recuerda que durante esta etapa las preocupaciones son constantes debido a tantos cambios; ofrécele a tus hijos un espacio seguro en el que puedan hablar de sus temores sin ser juzgados ni reprendidos.
Si esto te resulta muy incómodo a ti o a tus hijos, siempre puedes acudir a la ayuda de un tercero.
Puedes apoyarte en alguien de la familia, como los tíos o primos mayores en quienes confíes y confíen y que sepas que van a ofrecer una buena orientación. También puedes darles la opción de hablar con un terapeuta, si eso le resulta más cómodo.
¿Debo preocuparme?
Querer estar solo es perfectamente normal en la etapa de la adolescencia, por lo que no debe ser un motivo de preocupación para los padres.
Sin embargo, si notas que hay otros indicadores que pueden denotar la presencia de patologías como ansiedad, depresión, o adicción a las nuevas tecnologías (videojuegos, internet, etc.), por ejemplo, es importante buscar ayuda profesional.
También es importante estar alerta a posibles señales de que tu hijo esté sufriendo una situación de bullying, y por eso pase tantas horas en la habitación (si se aísla en exceso, si llega a casa y no quiere hablar, sobre todo de la escuela o el instituto, etc.).
Esto puede ser un poco complejo, pues la adolescencia guarda en sí tantos cambios que para determinar si se trata de indicadores de algo más en muchos casos es preciso el apoyo terapéutico. Si tienes dudas al respecto, por favor, consulta con un especialista en salud mental.
Pero recuerda que querer estar solo en su habitación no es un indicativo inequívoco de que algo esté mal en tu hijo, es algo común durante la adolescencia. Eso sí, siempre está bien observar, estar atentos y mostrarnos disponibles para todo lo que puedan necesitar nuestros hijos.
“No hay tal cosa como un padre perfecto. Así que solo sé uno real.”
-Sue Atkins-
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