Hay una frase que tengo grabada a fuego desde que soy madre: "Los niños ven, los niños hacen". Si quiero que mis hijas sean solidarias, que amen la lectura, que practiquen deporte, somos nosotros, los padres, quienes debemos saber educar con el ejemplo. Podemos explicarlas y exponer todos sus beneficios, pero sin duda la mejor forma de transmitir las enseñanzas es a través del ejemplo.
Si realmente quieres dejar una enseñanza valiosa en tus hijos, hay al menos once cosas que debes hacer para educar con el ejemplo. Y no sólo hablamos de buenos hábitos, sino también de valores como la honestidad o la forma en la que se relacionan con las demás personas. Porque si quiero que mi hijas sean buenas personas, yo también tengo que serlo, o al menos intentar ser mejor cada día.
Leer
¿Cómo queremos que el niño se convierta en un gran lector si nadie en casa lee? Imposible. El ejemplo en la lectura es fundamental desde que son muy pequeños, empezando por leerles todas las noches un cuento. Aunque todavía no puedan leer, estamos inculcándoles el amor por la lectura.
A medida que vayan creciendo, irán alimentando ese amor sólo si ven que vosotros también leéis. Tal vez haya que cambiar hábitos, apagar la tele y volver a la lectura antes de dormir o coger un libro antes que el móvil, pero sin duda es un cambio que todos acabarán agradeciendo.
Alimentarse saludablemente
Hay padres que no comparten con sus hijos ninguna comida del día, y esto influye negativamente en su salud, además de emocionalmente, claro. ¿Cómo vamos a inculcar buenos hábitos alimenticios si no comemos con ellos? Aquí entra en juego otra cuestión también muy importante: el tiempo que compartimos con ellos.
Compartir la mesa en familia y llevar una dieta sana son enseñanzas que debemos dar, más que nunca, a través del ejemplo. Está comprobado que aquellos niños cuyos padres llevan una dieta sana son tres veces más propensos a llevarla que aquellos cuyos padres comían alimentos poco saludables.
Hacer ejercicio
La práctica de ejercicio es un estilo de vida. No puede pretender que tu hijo sea un gran deportista si te pasas todo el día sentado en el sofá. Para que ellos se muevan y lo adopten como un hábito de vida, los padres también tienen que ponerse en movimiento. Cuando padres e hijos practican ejercicio juntos en familia, la tendencia es que los niños sean más activos, además de ser muy beneficioso para todos.
Ser solidario
¿Cómo pretendemos que un niño sea solidario si los padres no son capaces de mirar más allá de sus narices? No hacen falta grandes hazañas heroicas, basta con enseñarles pequeñas acciones que además de ayudar a los demás, les harán más fuertes como personas.
Hay muchas vías de hacerlo, pero puedes empezas con algunos gestos, desde ayudar a un anciano a cruzar la calle, donar la ropa que ya les queda pequeña o regalar los juguetes que ya no usan. La solidaridad bien aprendida, dura toda la vida.
Ser tolerante
Un valor que creo que los adultos estamos perdiendo y todavía estamos a tiempo de cambiarlo, por el bien de los que nos rodean y por el de nuestros hijos, que aprenden de nuestro ejemplo.
Respetar las opiniones de los demás es algo que deben aprender los niños prácticamente desde que empiezan a hablar, ¿y cómo se enseña a ser tolerante? Exacto. Siéndolo nosotros también, y no sólo de puertas hacia afuera, sino empezando por nuestros propios hijos.
Ser amable
¿Por qué hemos perdido la buena costumbre de decir frases como "buenos días", "buenas tardes", "buenas noches", "que tengas un buen día"? Parece una cosa del pasado, pero es más bien cuestión de buena educación. Responder de forma educada, aunque la pregunta no nos agrade en lo más mínimo, y enseñarles a discutir con altura, aunque no estemos de acuerdo son ejemplos que tendríamos que esforzarnos un poco más en darles.
Recuperemos la amabilidad y contagiémosla a nuestros hijos.
Amar la naturaleza y los animales
Mis hijas son "bicheras", y especialmente "perrunas", porque tanto a su padre como a mí nos gustan mucho los animales. Puede que venga marcado en el ADN, pero sobre todo viene a través del ejemplo.
Fomentar en los niños el amor por la naturaleza y los animales no es una enseñanza que pueda darse desde una pizarra, sino a través de la ejemplo. Enseñarles a observar la maravilla de la naturaleza, los cambios que se producen en ella, el comportamiento de los animales, respetarlos como seres vivos... Aunque no lo creas, los padres podemos ser grandes profesores de ciencias o geología.
Amarse a ellos mismos
Educarlos en el amor propio es esencial para que nuestros hijos sean personas felices y plenas, una enseñanza que no puede faltar en la infancia. ¿Y cómo enseñarles amor propio? Pues haciéndoles saber que creemos en ellos y en su capacidad, y que nadie tiene derecho a dañarlos. Por supuesto, y como los niños son pequeñas esponjas que absorben todo lo que viven y ven, primero tenemos que ponerlo en práctica con nosotros mismos. La idea sería: quiérete más a tí mismo para que tu hijo se quiera más a sí mismo.
Ser un buen consumidor
¿Eres despilfarrador? ¿Eres impulsivo? ¿Te lo piensas mil veces antes de comprar? Pues esos son comportamientos que los niños también imitan de los padres. ¿Cómo quieres que tu hijo no sea consumista si sucumbimos a todas las tentaciones que el mercado nos genera?
La responsabilidad de ser un buen consumidor es una enseñanza que agradecerán de por vida, y no sólo por el bolsillo, que también, sino por aquello de que "no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita".
Tener conciencia ecológica
No podemos pretender que los niños salven el planeta si como padres no somos capaces de enseñarles nociones básicas de educación ambiental. La conciencia ecológica se adquiere a través del ejemplo que ven en casa, en el colegio, en su barrio y en su entorno más cercano. Basta con gestos simples que podemos poner en marcha como reciclar (y no sólo hablo de la basura), controlar el consumo de agua y electricidad, cuidar los bosques, evitar el uso del coche siempre que sea posible... Una vez más, tenemos que empezar a hacerlo, si no lo hacemos todavía, para que nuestros hijo lo imiten.
Ser honesto
¿Cómo no van a decir mentiras si acabamos de mentirle a la vecina del cuarto o nos quedamos con dinero que hemos encontrado en la calle? Basta con ver las noticias para darnos cuenta que la honestidad es, evidentemente, un valor muy escaso en la actualidad.
Decir la verdad, ser decente, razonable y justo, es, sin ninguna duda una enseñanza que los padres deben transmitir a través del ejemplo cada día. Cuando nuestros hijos tiene una reacción honesta nos enorgullece que sean capaces de poner en práctica esa cualidad, pero claro, para que lo hagan, tenemos que hacerlo también nosotros.
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