La presión social por ser madre: ¿cómo nos afecta a las mujeres?

La maternidad es uno de los temas más complejos al que muchas mujeres, que no todas, se enfrentan alguna vez en su vida. Y es que parece ser que existe una imposición social por aceptar la maternidad, que puede llegar a ser sumamente abrumador para muchas mujeres.

Sin embargo, se trata de un tema delicado que incumbe única y exclusivamente a la mujer, y en dado caso, a su pareja, pero que aparentemente la sociedad no termina de comprender.

Una sociedad que se empeña en opinar sobre este tema, cuestionar e incluso juzgar a las mujeres por sus elecciones de vida en torno al hecho de ser madres o no.

Así, resulta evidente que existe una clara presión social para que las mujeres sean madres (que no existe, o si está, es mucho menos pronunciada, en el caso de los hombres); pero, ¿cómo nos afecta esto? Y ¿cómo podemos aprender sobre estos temas, como sociedad?

La presión social por ser madre: ¿cómo nos afecta a las mujeres?

Ser cuestionadas constantemente por nuestras personas cercanas puede ser una enorme presión para las mujeres, tanto así que incluso puede llegar a ser determinante para muchas a la hora de decidir si tener hijos o no.

Una elección que, en algunos casos, puede llegar a hacerse más presionadas por el entorno y por el mandato social imperante de ser madre, que por lo que una realmente siente.

Lógicamente, al final cada mujer decide lo que cree que quiere y necesita como adulta que es, valorando pros y contras de cada situación; sin embargo, lo que queremos decir aquí es que existe una presión social innegable, que impacta en nuestras decisiones.

Y esta presión puede llegar a ser muy abrumadora, llegando a generar mucho estrés y elevados niveles de ansiedad que pueden llegar a afectar seriamente la salud tanto mental como física de las mujeres.

Y es por esto que resulta apremiante saber hacerle frente a esta presión, y tratar de distinguir entre nuestros deseos reales de ser madres y los mandatos sociales, una tarea no siempre fácil.

Aprender a respetar el "no"

Hay muchas razones por las cuales una mujer puede decidir no ser madre, y son motivos que deben respetarse en todo momento, sin cuestionamiento alguno. Y si tenemos alguna opinión al respecto, es importante reservarla si no se nos ha solicitado.

No ser madre se puede deber a diversas razones, y todas son igual de válidas y merecen un trato delicado.

Hay mujeres que eligen no ser madres porque no tienen ese deseo, otras que priorizan otros aspectos de su vida, otras que no se ven preparadas, otras que quieren una pareja con quien formar una familia y no la tienen... y otras, que simplemente no pueden por motivos de infertilidad o por motivos económicos o de estabilidad.

Así, las razones para escoger no ser madre son múltiples, y lo más sano en cualquier caso es no ceder ante la presión social, sino respetarse a una misma.

Como sociedad: debemos respetar

Además, hemos de tener en cuenta lo siguiente; cuando el hecho de no ser madre se debe a circunstancias ajenas a la voluntad de la mujer, como poca estabilidad económica o algunos problemas relacionados con la salud (física y/o mental), esto puede ser muy duro.

Y como sociedad, debemos evitar preguntas entrometidas del tipo: "¿para cuándo los bebés?", "¿por qué no queréis tener hijos?", etc. Utilicemos la empatía y el respeto hacia el otro.

El deseo de querer o no hijos, o de poder o no tenerlos: un tema delicado

Cuestionar a una mujer por no ser madre "aún", puede ser muy doloroso e hiriente, y más cuando viene de personas cercanas que nos importan. Las razones por las cuales no se es madre pueden ser muchas, y algunas de ellas se escapan de las manos de la persona.

Tal es el caso de los problemas de infertilidad o pérdidas de embarazos, y abordar estos temas puede ser muy doloroso. Además es muy importante que si hemos atravesado por una experiencia compleja y dolorosa, como por ejemplo un aborto, podamos sanar y nos demos tiempo para volver a conectar, o no, con el deseo de la maternidad.

Esto nos permitirá poder escoger de forma más libre, consciente y serena, escuchando nuestro cuerpo y nuestras ganas pero también nuestro corazón.

La importancia de tomar una decisión libre

Sentirse presionada constantemente no es algo fácil, pero es importante que cuentes con estrategias que te permitan saber lo que deseas y no tomar decisiones marcadas por los comentarios de terceros.

Así pues, resulta fundamental conocerte a ti misma, saber lo que quieres y lo que no.

Si tienes dudas al respecto hay algunas cosas que te pueden ayudar a determinar si deseas enfrentarte a la maternidad, como por ejemplo hacer una lista de cosas buenas de ser y no ser madre, y otra donde escribas las cosas que deberías dejar de hacer si decides tener un hijo. Simplemente, a modo de reflexión.

Pensar en cómo te puede cambiar la vida, en lo que valoras de tu presente, en cómo te proyectas en un futuro, en por qué quieres ser madre realmente, etc.

Y, sobre todo, si tienes muchas dudas, siempre puedes buscar ayuda profesional de parte de especialistas en el área de la psicología. Recuerda que no hay nada de malo en ser ayudadas, y más cuando nos enfrentamos a situaciones que nos sobrepasan.

Aprende a poner límites

Es importante aprender a ponerle límites claros a las personas que nos rodean con respecto a qué opiniones pueden dar o no en relación con nuestra vida.

No pasa nada si ocasionalmente nos hacen preguntas no invasivas o nos sugieren tener hijos de forma no insistente.

Pero es necesario siempre establecer reglas claras acerca de los temas que pueden ser tratados o no por los demás. No se trata de ser groseras o irrespetuosas; se trata de pedir respeto hacia nuestra privacidad, vida y elecciones (el mismo respeto que ofrecemos al otro).

Protégete de comentarios o consejos no pedidos

Así, te animamos a indicar, cuando sea necesario, que el tema de ser madre o no es un asunto que solo te compete a ti (y en dado caso, a tu pareja), y que por favor se abstengan de preguntar o hacer comentarios no solicitados. No temas alejarte de conversaciones en las que no se te respete esta decisión.

Nadie tiene derecho a decirte cuándo y cómo ser madre, ni si debes serlo. Si te enfrentas a esta situación y sientes que te sobrepasa, apóyate en tu entorno y busca apoyo de un terapeuta. Mereces estar tranquila y feliz con tus decisiones, sean las que sean.

Fotos | Portada (Freepik)

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