Investigaciones realizadas a lo largo de muchos años y en muchas culturas diferentes han descubierto que cerca de un 35-40% de las personas afirman sentirse inseguras en sus relaciones adultas, mientras que cerca de un 60-65% experimentan [relaciones seguras, afectuosas y satisfactorias][1].
El nivel de seguridad que sentimos hacia nuestra pareja romántica depende en parte de los vínculos que establecemos con nuestros padres a una edad temprana. Desde el día que nacemos nos dirigimos a nuestros padres (o cuidadores) en busca de amor, confort y seguridad, especialmente en los momentos más difíciles. Es por eso que los llamamos "[figuras de apego][2]".
Cuando esas figuras de apego responden a nuestra angustia satisfaciendo nuestras necesidades nos sentimos reconfortados y apoyados, se reduce nuestro sufrimiento y aprendemos que podemos contar con las figuras de apego en momentos difíciles.
Pero si los padres le suelen restar importancia a las emociones del niño cuando se encuentra mal, ignorando sus súplicas de ayuda o haciendo que se sienta tonto, aprenderá a no confiar en sus figuras de apego cuando necesite ayuda y a suprimir sus preocupaciones y emociones, así como a lidiar con ellas por su cuenta. Las estrategias basadas en restarle importancia a las cosas se denominan "[estrategias de desactivación del apego][1]".
Para otros, los padres responden al malestar del niño con un apoyo inconsistente o inadecuado. Puede que a veces reconozcan que el niño lo está pasando mal; otras veces no lo hagan o incluso les preocupe más cómo les está afectando _a ellos_ ese malestar del niño en vez de ayudarle a controlar sus emociones.
También hay padres que pueden estar ahí para el niño, pero no de la forma necesaria. Por ejemplo, puede que un niño necesite ánimos a la hora de enfrentarse a un reto y los padres intenten ser comprensivos y entiendan que el niño no puede afrontarlo.
Si el niño se acostumbra a este tipo de trato por sus padres puede que se preocupe demasiado, especialmente en momentos de estrés y tenga que realizar grandes esfuerzos para sentirse más cerca de sus figuras de apego. Este tipo de estrategias en las que el nivel de preocupación aumenta y se busca una cercanía excesiva se denominan "[estrategias de hiperactividad][1]".
![][4] Si una figura parental ignora el malestar de un niño, el niño crecerá aprendiendo que no puede confiar en sus figuras de apego cuando necesite ayuda.
¿Qué son los tipos de apego?
Estas estrategias, en combinación con las opiniones y las emociones de la gente sobre las relaciones, forman la base del tipo de apego de una persona durante la edad adulta.
Nuestro propio tipo de apego es el resultado de la ponderación de dos factores: la ansiedad del apego y la evitación del apego. La ansiedad del apego puede ser baja o alta y aquellas personas con un nivel alto de ansiedad del apego muestran una gran necesidad de aprobación, un deseo intenso de sentirse física y emocionalmente cercanas a otras personas (sobre todo a sus parejas sentimentales) y dificultades a la hora de contener el malestar y las emociones en sus relaciones.
La evitación del apego también puede ser baja o alta y las personas con un nivel alto de evitación del apego muestran desconfianza hacia otras personas, incomodidad a la hora de tener un contacto íntimo y emocional hacia otras personas, autosuficiencia y una tendencia a reprimir sus preocupaciones y emociones.
Aquellas personas que cuentan con bajos niveles ansiedad y evitación del apego tienen un apego de seguridad: confían en otras personas, se sienten cómodas a la hora de compartir sus emociones y son cercanas, y tienden a no reprimir o exagerar su malestar. También se sienten seguras ante los retos a la hora de resolver problemas y ante los factores estresantes, así como a la hora de acudir a otras personas en busca de apoyo.
¿Pueden cambiar con el tiempo?
Se cree que nuestros tipos de apego se mantienen moderadamente estables a lo largo de la vida, aunque algunas personas son capaces de cambiar de un tipo de apego inseguro a uno seguro. Sin embargo, no es algo que simplemente ocurra y requiere mucho esfuerzo.
La ciencia sugiere que, aunque puede que los tipos de apego sean más difíciles de cambiar con la edad, las circunstancias y las experiencias que hacen que cuestionemos nuestra creencias establecidas sobre las relaciones pueden provocar cambios en nuestro tipo de apego.
Se ha descubierto que casarse y desarrollar objetivos en común que refuercen sentimientos de amor y de compromiso hacia otra persona reducen las inseguridades en el apego. Sin embargo, aquellas circunstancias que plantean una amenaza a una relación o la pérdida de conexión (como puede ser experimentar el rechazo de nuestra pareja) pueden aumentar las inseguridades en el apego.
Cuando se refuerzan los sentimientos de amor y de compromiso, como puede ser a través del matrimonio, un tipo de apego de inseguridad puede cambiar a un tipo de apego de seguridad. Foto de www.shutterstock.com
¿Cómo afectan a nuestras relaciones sentimentales?
Se ha descubierto que los tipos de apego repercuten en forma en la que iniciamos, mantenemos y acabamos una relación.
No resulta sorprendente que aquellas personas con un tipo de apego de seguridad tiendan a tener mejores relaciones sentimentales. Este tipo de personas afirma tener un buen nivel de satisfacción en sus relaciones, tienden a lidiar con situaciones de conflicto a través de comportamientos constructivos, escuchan la opinión de su pareja y no tienen problemas a la hora de controlar sus emociones. Estas personas también son capaces de apoyar a sus parejas tanto en épocas difíciles como en momentos de éxito.
Cuando se trata de comenzar una relación, estas personas tienden a interactuar con las posibles parejas con mayor confianza y también son capaces de compartir cosas sobre sí mismas. Cuando terminan una relación tienden a experimentar menos emociones negativas, son menos rencorosas y suelen acudir a otras personas en busca de apoyo. También demuestran más capacidad a la hora de aceptar la pérdida y vuelven a tener citas más pronto que aquellas personas con un tipo de apego de inseguridad.
Aquellas personas con un tipo de apego de inseguridad suelen presentar menos satisfacción en sus relaciones y las que sufren de un nivel alto de ansiedad del apego tienden a ser conflictivas de una forma destructiva, recurriendo a la crítica, a la culpa e intentando hacer que la otra persona se sienta culpable.
Cuando deciden apoyar a otra persona, su ayuda puede ser abrumadora y ser percibida como asfixiante o sobrecogedora. A la hora de comenzar una relación, estas personas pueden parecer demasiado amistosas y simpáticas, pero pueden revelar demasiadas cosas sobre sí mismas al principio de la relación y pueden intentar hacer que la relación vaya demasiado rápido.
Cuando se trata de romper les puede resultar difícil pasar página, experimentan altos niveles de angustia e intentan diferentes tácticas para volver con su pareja.
Aquellas personas que cuentan con un alto nivel de evitación del apego tienen a evitar el conflicto distanciándose de sus parejas, cerrándose emocionalmente y evitando discutir los problemas cuando surgen. También les resulta muy difícil dar apoyo y si se ven obligadas a ayudar a su pareja lo hacen de una forma retraída y desvinculada.
Aquellas personas con un apego de seguridad son propensas a volver a tener citas más pronto. Foto de www.shutterstock.com
A la hora de iniciar una relación, aquellas personas con alta evitación del apego resultan distantes e indiferentes a nivel emocional al principio, pudiendo intentar presentar una imagen exagerada de sí mismas.
En cuanto a la ruptura de pareja, las personas con alta evitación del apego tienden a experimentar bajos niveles de malestar y no intentan volver con sus exparejas. Si una ruptura es inminente, tienden a hacerlo con rodeos para evitar decir abiertamente que quieren terminar con la relación y así evitar el conflicto y las discusiones incómodas.
Las diferencias en la forma en la que las personas con un apego de seguridad o de inseguridad se comportan en sus relaciones sentimentales son más evidentes cuando lo pasan mal. Muchos estudios han demostrado que el estrés aumenta el riesgo de malos resultados para las personas inseguras: menos satisfacción de pareja y más comportamiento conflictivo-destructivo.
¿Cómo puedes aumentar tu seguridad?
Aumentar la sensación de seguridad de una persona se puede hacer de varias maneras. Una de estas maneras supone exponerse a palabras o imágenes que evoquen sentimientos de amor, confort y conexión personal (como puede ser mostrarle a alguien una foto de una madre con un bebé en brazos, de una pareja abrazándose o palabras como "abrazo" y "amor"). Otra forma es hacer que recuerden acontecimientos del pasado cuando una persona les reconfortó.
Otra línea de investigación ha estudiado cuál es la mejor forma en la que las parejas se pueden apoyar mutuamente, ya sea para reducir o minimizar las inseguridades en el apego. Los estudios preliminares señalan que hacer que una persona se sienta segura y mejorar su autoestima es una buena estrategia para aquellas personas que sufren de altos niveles de ansiedad del apego.
Para aquellas personas con un alto nivel de evitación del apego, la mejor forma sería intentar ser menos agresivas y críticas en situaciones de conflicto o a la hora de lidiar con los problemas emocionales.
En el ámbito de la terapia de pareja, existe un método conocido como Terapia de Pareja Centrada en las Emociones (TPCE, o _EFCT_ en inglés de _Emotionally Focused Couples Therapy_) que ha sido desarrollado para abordar el impacto negativo de las inseguridades en el apego en las parejas sentimentales y que ha resultado ser efectivo.
Este tipo de terapia se centra en eliminar los trastornos de interacciones negativas en las parejas, haciendo que ambas partes hagan frente a los miedos y preocupaciones de su pareja en cuanto al apego, como pueden ser los sentimientos de rechazo y abandono. Posteriormente las parejas aprenden a través de un terapeuta a comunicar sus necesidades de apego en cuanto a afecto, confort y seguridad de una forma más efectiva.
La búsqueda de conexiones humanas de seguridad y afecto es todo un reto para algunas personas, pero las futuras experiencias de pareja positivas pueden ayudar a las personas a pasar de una posición de inseguridad a otra en la que pueden encontrar el afecto, la aceptación y el confort.
Autor: Gery Karantzas. Profesor asociado en Psicología Social/Ciencias de la Relación, Universidad de Deakin.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí
Traducido por Silvestre Urbón
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