Siete etiquetas y prejuicios más frecuentes en la adolescencia que son falsos y debemos desterrar

"Vagos", "descarados", "asociales", "conflictivos", "caprichosos", "rebeldes"... las etiquetas y prejuicios que pesan sobre los adolescentes y jóvenes son extensas, y nadie merece ser etiquetado de esa forma.

Las etiquetas son dañinas, merman la autoestima de la persona, generan inseguridad e incluso llevan a actuar en base a ese calificativo impuesto.

Por eso, cuando hablamos de adolescencia es importante no generalizar ni pensar que "todos los adolescentes son iguales", porque como en cualquier etapa de la vida, cada persona es única y merece ser tratada con respeto y confianza.

Hoy repasamos las principales etiquetas impuestas a los adolescentes y damos la vuelta a esos estereotipos injustos. Porque si miramos la adolescencia con otros ojos podremos descubrir una etapa potencialmente maravillosa.

"No se comprometen"

A menudo se dice de los adolescentes que "van a su rollo", que nada les interesa y que tienen una absoluta falta de compromiso con la sociedad. Pero esta afirmación es completamente falsa, y una buena muestra de ello son las numerosas historias inspiradoras de adolescentes que os hemos compartido en Bebés y Más.

¡Y es que cada vez son más los jóvenes que están cambiando el mundo!

Adolescentes comprometidos con la paz, con la pobreza y con mejorar la sociedad en la que vivimos. Adolescentes concienciados con la igualdad de género, cuyas protestas se han viralizado en redes. Y sobre todo, adolescentes y jóvenes especialmente comprometidos con nuestro planeta, que no dudan en reclamar ante la ONU o realizar huelgas mundiales por el cambio climático.

"Siempre están de fiesta"

Otro tópico injusto es el que liga la adolescencia a estar continuamente de fiesta y discotecas. Pero a juzgar por el último estudio, "Jóvenes, ocio y TIC. Una mirada a la estructura vital de la juventud desde los referentes del tiempo libre y las tecnologías", realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, el ocio de los adolescentes va mucho más allá.

No en vano, entre las preferencias de los jóvenes está chatear con los amigos, pasar un rato con ellos sin necesidad de hacer nada más, jugar a los videojuegos, salir a comer fuera de casa, hacer deporte o leer.

En definitiva, el panorama actual parece mostrar un ocio adolescente cada vez más relacional y mediado por la tecnología, así como más casero, en detrimento de las salidas nocturnas, el alcohol y las discotecas.

"Son unos vagos"

Es normal que a cierta edad los adolescentes aún no tengan claro lo que quieren estudiar, lo que lleva a muchas personas a creer que son unos vagos, sin motivación ni intereses.

Pero de nuevo se trata de un tópico totalmente injusto, pues esto no significa que los adolescentes no estén comprometidos con sus estudios, su futuro y su formación extracurricular. Incluso hay adolescentes que trabajan mientras estudian para pagar sus aficiones o sus gastos, dándonos un gran ejemplo de emprendimiento, sacrificio y lucha.

"Son independientes y conflictivos"

Se tiene la creencia de que la pubertad y adolescencia son momentos de la vida muy complicados, en donde los cambios físicos y emocionales por los que pasan los chicos y chicas les llevan a desarrollar un carácter difícil, distante, independiente e incluso a veces conflictivo.

Pero lo que sucede realmente es que los adolescentes están desarrollando su propia personalidad; es decir, están averiguando quienes son, lo que les lleva a marcar sus propios límites y a tomar decisiones de manera independiente, sin que esto signifique que no nos necesitan.

"Son asociales"

También se suele pensar que los adolescentes son asociales, es decir, que no les gusta relacionarse con otras personas ni disfrutan de la compañía de los demás. Pero nada más lejos de la realidad.

De hecho, la adolescencia es la etapa de la vida en la que la amistad y la relación con los iguales cobran más importancia y sentido que nunca, llegando a sufrir especialmente cuando su parcela social se ve comprometida.

Del mismo modo, y aunque podamos creer que hay un abismo entre nosotros y nuestros hijos adolescentes, lo cierto es que disfrutar de la compañía mutua no solo es posible, sino muy enriquecedor y gratificante.

"No hay quien los entienda"

¡Evidentemente! Los adolescentes manejan una jerga, visten una moda o escuchan una música que puede distar mucho de lo que los adultos conocemos.

Pero en ningún caso esto debe ser visto como una crítica, sino como una manifestación de su personalidad, además de una estupenda oportunidad de conectar con ellos si somos capaces de olvidar nuestros prejuicios y adentrarnos en su mundo.

"Intensa inestabilidad emocional"

Los adolescentes están en plena transición entre la infancia y la vida adulta, y eso significa construir y descubrir quiénes son en realidad. En ese proceso van a aparecer dudas, miedos e incertidumbre, van a recurrir a sus iguales en busca de aceptación y apoyo, se van a sentir vulnerables y van a quedar, en muchas ocasiones, expuestos a las opiniones y presiones externas.

Así que no es de extrañar que este viaje a la vida adulta aparezcan inseguridades y emociones desbordadas que lejos de estigmatizar o etiquetar, merecen todo nuestro respeto y acompañamiento.

Fotos | Portada (Pressfoto - Freepik) ; foto 1 (Markus Spiske en Pexels); Foto 2, 3, 4 y 6 (iStock); Foto 5 (Halayalex - freepik)

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