Carl Honoré es escritor y periodista, autor del exitoso libro “Elogio a la lentitud”, defensor de la filosofía “Slow”, en la cual sus seguidores intentan recuperar la calma perdida en las sociedades desarrolladas para saborear la vida de otra manera, es decir, vivir sin prisas.
Honoré ha publicado recientemente su nuevo libro “Under pressure”, una reflexión muy adecuada en estos tiempos donde los padres ejercemos un hipercontrol sobre los hijos. En el cual un regaño justo traumatiza, un dibujo animado deforma la mente, comer un chupa chups les condena a la obesidad, o que leer el cuento de la Caperucita roja no es adecuado a su desarrollo. Censuramos cosas que nosotros hicimos en nuestra infancia, y como si fuera poco les exigimos que sean los más inteligentes, los más responsables y brillantes.
Según sus propias palabras el libro define como la niñez ha sido secuestrada por los adultos de un modo nunca visto antes en la historia e investiga la forma en que el instinto natural de amar a nuestros hijos se ha convertido en querer que sean mejores que los demás niños y mejores en todas las cosas, aspecto que está haciendo daño a los niños, a los padres y a la sociedad.
Pero el libro no es todo sombrío -advierte Honoré-. Por el contrario, traza las maneras en que podemos empezar a rescatar a la niñez de los excesos de los principios de siglo XXI. El libro fundamentado a través de las últimas investigaciones científicas, entrevistas de expertos y familias de todo el mundo, muestra que la crianza de los hijos no tiene que ser una mezcla entre un deporte de competición y el proceso de fabricación de un producto semejante al adiestramiento de ratas de laboratorio. La infancia –dice su autor- siempre es cambiante y ha sido definida por los adultos. Pero parece que se ha llegado a un punto en que se está deformando el concepto de infancia más que nunca por las fantasías de los adultos, sus temores, sus ansiedades y sus apretadas agendas. Cada uno de los aspectos de la infancia como educación, seguridad, disciplina, deportes, juegos etc. están ahora establecidos para adaptarse a los adultos en lugar de los niños. Estamos viviendo en una cultura que nos dice que la infancia es demasiada preciosa como para dejársela sólo a los niños.
Carl Honoré espera que el libro sirva de inspiración a los lectores a confiar en sus instintos naturales, a recordar que los hijos no son proyectos o animales domésticos, sino personas. Al igual que otros padres el autor quiere que sus hijos sean sanos, felices y exitosos, pero lo que realmente quiere es que sus hijos tengan una infancia digna de ese nombre. Con este abreboca ya estoy deseando que salga la edición en español, pues es una temática que siempre me ha inquietado y que seguramente nos hará reflexionar acerca de la manera de criar a nuestros hijos, recordar nuestra propia infancia cuando la crianza no estaba tan "intelectualizada" y dejarnos llevar más por los dictámenes de la lógica del corazón.
Vía | Weblog Carl Honoré En bebésy más | Padres excesivamente implicados | Niños estresados | "Los chavales de hoy en día son los que menos afecto reciben de toda la historia" por Carlos González
