Hace unos días paseaba por el Corte Inglés cuando vi dos carros de la compra repletos de juguetes aproximándose hacia mí. No había nadie que los empujara así que me aparté para salvar mi vida de un atropello y posterior aplastamiento. Fue curioso ver que estaba equivocado, dos mujeres empujaban los carros y pensé: “esto no me va a pasar jamás”.
Dejando de un lado mi actual inquietud con respecto a los Reyes y con la intención de contrarrestar la impresionante presión comercial a la que se ven sometidos nuestros hijos he recopilado algunos truquillos para que los niños no pidan tanto, o al menos que pidan de una manera más consciente:
- Los Reyes Magos traen juguetes adaptados a cada edad: A menudo los niños piden juguetes poco adecuados para su edad, o que nosotros, los padres, preferimos no comprarles por las razones que sea. Decirles que es posible que no lleguen porque adaptan los juguetes a la edad de los niños es una opción.
- Los Reyes Magos tienen juguetes limitados: Hay muchos niños en el mundo y los juguetes hay que repartirlos entre todos. No sería justo que unos niños se quedaran sin juguetes porque otros hayan pedido muchos.
- Redactar la carta con ellos o repasarla juntos una vez la hayan hecho: Nosotros somos el primer filtro y podemos ejercer como tal sentándonos a repasar lo que han pedido. A menudo piden juguetes muy parecidos a otros que ya tienen y con los que no juegan, o juguetes que pueden ser peligrosos para ellos o incluso para hermanos más pequeños. El diálogo no debe perderse nunca y este es un buen momento para dar nuestra opinión.
- Limitar a tres juguetes por niño (o a dos o a uno, según quiera cada familia): A partir de la misma premisa de que hay muchos niños en el mundo se puede limitar diciendo que los Reyes sólo traerán tres juguetes a cada niño, por lo que es importante que prioricen. En casa de otros familiares se puede limitar a un juguete por casa e incluso, si no hace falta, decir que ese año la abuela ha preferido pedir cosas para ella, pues las necesitaba.
- Escribir la carta en un papel Din A-5 y no limitarnos a hacer una lista, sino hacer un poco de redacción: “Este año me gustaría… seguramente os iremos a ver a la cabalgata… prepararemos algo de comida… os deseo una Feliz Navidad…”. Así la hoja es realmente una carta de Reyes y no un listado de la compra.
- No traerles siempre todo lo que piden: En caso de que no limitemos en número los juguetes la idea es la misma, que escriban los juguetes por orden de importancia y los Reyes Magos harán lo que puedan para traer los más importantes. La esencia de los Reyes Magos debe ser esa, tres personas con muchas ganas de hacer felices a los niños que necesitan alguna pista para saber qué es lo que más les gusta (“te quiero regalar algo, pero no exactamente lo que me pidas”). Si desde pequeños ven que los reyes no traen todo lo de la lista entenderán que el proceder es ese.
- Que los Reyes envíen cartas unos días antes: Este puede ser también un estupendo filtro. Unos días antes los reyes magos pueden enviar una carta de respuesta que diga que “este año no podremos traerte ese juguete porque lo han pedido muchos niños y ha sido imposible traerlo a todos” o “este año han nacido muchos niños y hemos tenido que repartir los juguetes entre más niños”.
- Que los Reyes traigan alguna cosa que no hayan pedido: De esta manera verán que traen algunas cosas que se les piden pero también algunas cosas que no porque los Reyes consideren que les pueden gustar o que las pueden necesitar. Así además aumenta el grado de incertidumbre, sorpresa e ilusión.
- Que los Reyes dejen cartas el mismo día: No sólo pueden comerse los mazapanes y polvorones, sino que es una buena idea dejar cartas explicando el final del proceso con frases como “este no lo hemos encontrado”, “este hemos creído que te gustaría aunque no lo hayas pedido”, etc.
- Compartir la carta de los reyes con el resto de la familia: De esta manera nos evitamos juguetes horrorosos o inadecuados con los que el niño no jugará nunca o aquellos cuyo volumen es excesivo y que precisan de una “mini-mudanza” para jugar con ellos.
- Evitar, en la medida de lo posible, los catálogos interminables de juguetes con el “me lo pido” junto a cada uno de los juguetes: Es un engorro para los padres buscar las X junto a los juguetes y tantas posibilidades de elección pueden hacer creer al niño que realmente puede pedir unos cuantos.
Espero que sirvan de ayuda, al menos un poquito, y que si os ocurren otros trucos los comentéis. La Navidad es una época preciosa que no debería camuflarse por un excesivo consumo.
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