Probablemente hayáis visto en la televisión el anuncio del verano, el de una marca de refresco que nos dice que quien no tiene un pueblo lo echa de menos, hay un sentimiento que te atrapa en los pueblos. Eso es lo que les pasa a los niños en un pequeño pueblo, ellos también quieren ese "way of life".
Están en pueblos que no tienen nada de lo que abunda en las ciudades y a lo que ellos están acostumbrados: ni hamburgueserías, ni cines, ni centro comerciales, ni altos edificios, ni semáforos y si no fuera por el teléfono móvil, estaríamos casi desconectados del mundo exterior.
¿Qué es eso que tanto les atrae del pueblo? Pues como dice el anuncio, que los niños juegan en la plaza, "no con los padres, no", remarca la voz en off: en la plaza. Pueden jugar tranquilos y cuando vuelven a su entorno están felizmente "asilvestrados". Sin duda los pueblos son más amigos de los niños que las ciudades, en ocasiones tan hostiles para ellos.
El sentirse libres, estar jugando en la calle hasta altas horas de la noche (¡por un día no pasa nada!), la tranquilidad que les trasmitimos los padres de que no existen esos peligros que tanto nos asustan en una ciudad...
También les encanta el contacto con la naturaleza, el descubrir a cada momento una cosa nueva, una planta, un animal, un lugar lleno de pinos o una explanada verde. Se les iluminan las caras al ver o tocar por primera vez un conejo o una gallina (vivos), un rebaño de ovejas...
Es especial también el trato de los lugareños, que saludan a todos los que se les cruzan, que les hablan sin conocerlos y de los que parecen fiarse por instinto, como si fueran uno más de la familia y pueden fiarse de ellos.
Los niños en los pueblos corren por las calles adoquinadas, con las bicicletas cuesta arriba y cuesta abajo, con los codos y las rodillas llenas de heridas, pero sin dejar de sonreír. Como nuestros veranos. Así que, como en el anuncio, os recomiendo que si no tenéis un pueblo lo adoptéis, a los niños les encantará.
Foto | Jen SFO-BCN en Flickr-CC En Bebés y más | Verano con niños en la montaña: todo un mundo de diversión, Viajar con niños: playa, ciudad, campo y montaña, Francesco Tonucci: "Los niños deben ir solos a la escuela desde los 6 años"