Alimentación complementaria: los cereales

La Organización Mundial de la Salud recomienda no comenzar con la alimentación complementaria hasta los seis meses. Aunque no hay normas fijas respecto al orden de introducción de los alimentos y estas varían según cada país y hasta cada pediatra, uno de los primeros alimentos que se suele dar a los bebés son los cereales.

Los cereales proporcionan muchos de los nutrientes que va necesitando el niño y deben darse como complemento al alimento principal, que debe seguir siendo la leche. Pero, ¿qué cerales comprar? Hay tantas marcas y tantas variedades que terminamos hechos un lio.

Todos queremos que sean lo mejor para el niño, y movidos por eso adquirimos cereales industriales preparados expresamente para ellos, algunos complementados con vitaminas o con una teórica mejora sobre el cereal normal. Pero no hacen falta.


Pueden resultar cómodos porque mezclados con leche se preparan en un instante, pero son caros y no son necesarios, mucho menos a diario como base de la alimentación. Los cereales los niños los pueden tomar sin modificarlos, y sin añadirles azucar .

Se debe comenzar, según vaya recomendando el pediatra, por cereales sin gluten. En cualquier comercio se puede comprar sémola de arroz, de maíz o tapioca. O sencillamente arroz normal y corriente. La cocción es rápida y podemos tener la tranquilidad de ofrecer un alimento natural, que siguen siendo los más baratos y son muy sanos.

Más adelante, cuando puedan tomar gluten, tampoco hace falta comprar esas fórmulas multicereales enriquecidas. Los niños pueden tomar una sopita de sémola de trigo o un trozo de pan para ir mordisqueando cuando ya puedan hacerlo. Son cereales, sanos y baratos.

Un paquete de cereales preparados cuesta unos tres euros y aproximadamente podemos hacer también 20 platos de 250 gramos. Un paquete de 100 gramos de tapioca cuesta 85 céntimos. Podemos hacer con él unos 20 platos de 250 gramos. Si en vez de tapioca nos decantamos por sémola de arroz, maiz o trigo o por un plato de arroz blanco cocido el coste es mínimo, pues los precios no llegan al euro por un paquete de cuarto de kilo, con el que se pueden preparar más de 40 platos. Además, la racionalización de la compra y la cocina es mucho mas sencilla si preparamos comida que toda la familia puede tomar.

En resúmen, con productos sencillos podemos cubrir perfectamente las necesidades nutricionales sin gastar en un producto innecesario dinero o tiempo, aunque la publicidad nos diga que es estupendo.

En Bebés y más | Cereales, entre los cuatro y los seis meses

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