Cuando los bebés cumplen seis meses pueden empezar a comer otras cosas además de leche como fruta, cereales, verdura, carne,... Dentro de las frutas, las que se ofrecen de manera más habitual son la naranja, la manzana, la pera y el plátano. Las tres últimas pueden chafarse o triturarse, sin embargo la naranja, por su textura, es difícil que pueda darse a los bebés en una forma diferente al zumo.
Para esas edades no hay mucho problema, básicamente porque como digo la opción más simple y casi única es el zumo. Sin embargo cuando ya son capaces de masticar y de comer cosas más sólidas se les puede dar la naranja troceada para que la coman directamente. Entonces llega la duda: la naranja, ¿entera o exprimida?
Y digo llega la duda porque no es lo mismo ofrecerla de una manera que de otra, ya que los azúcares, las calorías y la sensación de saciedad que producen varían según se tomen enteras o en zumo.
Muchas madres, ante la impaciencia de ver que los niños tardan comiendo la fruta o que les cuesta masticarla tienden a simplificar ofreciendo zumos que, básicamente, es más rápido. Sin embargo no es lo mismo una presentación que la otra y por eso se recomienda alternar ambas presentaciones, limitando la cantidad de zumo diario a medio vaso (120 ml) como máximo.
Cantidad de fruta ingerida según presentaciones
La cantidad de naranja que un bebé o niño puede tomar según sea la presentación es muy diferente. Una naranja de tamaño medio pesa alrededor de 200 gramos que al ser pelada se quedan en unos 150 gramos. Esto aporta cerca de 55 kcal, que equivale a unas 37 kcal por cada 100 gramos de naranja.
El zumo de naranja, sin embargo, aporta más calorías, porque son necesarias más una naranja para obtener 150 ml de zumo. Si un niño bebiera 150 ml de zumo estaría tomando unas 67 kcal, que equivalen a cerca de 45 kcal por cada 100 ml.
No es que sea mucho más en comparación, pero sí lo es si tenemos en cuenta que los niños, normalmente, no se comen una naranja entera, por lo que toman menos kcal y sin embargo sí son capaces de tomarse un vaso entero de zumo (240 ml), que les aporta cerca de 130 kcal, que en una dieta infantil son muchas si tenemos en cuenta que la mayoría del zumo son azúcares y por lo tanto tienen poco contenido nutritivo y que eliminan un hambre que podría ir muy bien para tomar otros tipos de alimentos.
Cantidad de fibra según la fruta esté exprimida o no
La fibra de las frutas se localiza básicamente en la piel y en la pulpa. En el caso de la naranja, la piel blanca que queda entre la cáscara y la pulpa es parte de la fibra, por lo que se aconseja dejar dicha piel para eliminar la menor cantidad posible de fibra (otra cosa es que a los niños les guste el sabor o la textura de esa capa blanca).
Si en lugar de comer la naranja se exprime y además de la piel blanquecina se cuela la pulpa la fibra que queda en el zumo es poquísima en comparación a la naranja entera.
En datos, la naranja fresca aporta una media de 1,7 gramos de fibra por cada 100 gramos, mientras que en el zumo encontramos 0,1 gramos por cada 100 ml (gramos).
A los niños se les suele colar la pulpa para que no quede nada flotando y esto hace, como decimos, que haya aún menos fibra. Lo recomendable es no hacerlo y dejarla dentro del zumo. Yo recuerdo que mi madre no nos los colaba nunca y aunque al principio daba cosilla, nos acostumbramos todos a tomar zumo de naranja con pulpa (tampoco toda la pulpa, por supuesto, sino la que el exprimidor permitía caer).
Saciedad
El poder de saciedad de un vaso de zumo de naranja es menor que si se consume la fruta entera. Esto es debido al contenido en fibra, que entre otras funciones ayuda a retrasar el hambre.
En niños que van bien de peso puede no ser demasiado problema, sin embargo en aquellos con sobrepeso u obesos puede serlo, porque si además de tomar muchas calorías la saciedad es poca, pronto querrán tomar otras cosas.
Cómo se absorben los azúcares de la fruta según su presentación
La fibra ayuda a que los azúcares de los alimentos se absorban más despacio. En ausencia de ella, en los zumos, los azúcares se absorben antes y por este motivo la saciedad es menor. Normalmente es mejor que tarde más en absorberse para que la energía vaya llegando al cuerpo poco a poco.
Resumiendo
La naranja, igual que el resto de frutas, tiene más propiedades si se consume entera que en zumo. De ese modo además se consume menos cantidad y por lo tanto menos calorías, dato muy útil para aquellas familias con hijos obesos. Para el resto de niños, considerar que el zumo es una alternativa útil, siendo recomendable colarlo poco para que quede pulpa en suspensión y haya por lo tanto un mayor aporte de fibra.
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