Según la Organización Mundial de la Salud, la carga mundial de depresión y de otros trastornos mentales está en aumento. Los niños no están excluidos en este aumento generalizado de la depresión, un trastorno resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.
Aunque existen programas de prevención reducen la depresión, no siempre es fácil prevenirla, ni detectarla. A una corta edad ya se producen ciertos desafíos como cambios de colegio, preparar exámenes, hacer nuevos amigos, mudanzas... Nosotros, como padres, hemos de estar atentos a las señales que nos dan nuestros hijos. ¿Afrontan estos cambios de una manera positiva? ¿O tienen dificultades? ¿Qué hacer si creo que mi hijo está deprimido?
Muchos niños afrontan esos desafíos y cambios sin problemas. Sin embargo, para otros la adaptación es más difícil y esto les provoca estrés e incluso depresión. Las experiencias traumáticas son especialmente peligrosas para que se produzca un episodio de ansiedad o depresión.
La depresión es una enfermedad que se caracteriza por determinados signos que deben ponernos sobre alerta. Los signos y síntomas de depresión durante la infancia son: tristeza persistente, pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas.
Otros síntomas son el retraimiento, la irritabilidad, el llanto excesivo, la dificultad para concentrarse en la escuela, cambios en el apetito o dormir más o menos de lo normal. Los niños más pequeños pueden perder el interés por jugar. Los niños de mayor edad pueden correr riesgos que normalmente no asumirían.
Cómo prevenir la depresión de los niños
La Organización Mundial de la Salud nos da estas pautas para prevenir y detectar la depresión infantil, sobre todo si tenemos sospechas de que ha habido cambios en el niño últimamente, lo vemos más estresado o triste...:
- Hablar con el niño sobre las cosas que suceden en el hogar, en la escuela y fuera de la escuela. Intentar averiguar si hay algo que le preocupa.
- Hablar con personas de confianza que conozcan a tu hijo.
- Pedir consejo a un profesional sanitario.
- Proteger al niño frente a un estrés excesivo, el maltrato y la violencia.
- Prestar especial atención al bienestar de su hijo durante cambios vitales como un cambio de escuela o la pubertad.
- Animar a tu hijo a dormir suficientes horas, a comer regularmente, a tener actividad física y a hacer cosas que le gusten.
- Pasar tiempo con tu hijo es una de las mejores maneras de reforzar su autoestima, vital para prevenir problemas psicológicos.
- Si el niño piensa en hacerse daño a sí mismo o ya lo ha hecho, hay que pedir ayuda inmediatamente a un profesional capacitado.
Como vemos, las claves para prevenir la depresión infantil están en los pilares de nuestra relación con el niño o niña y su autoestima, así como en una buena comunicación. Por ello siempre hemos de estar atentos a los signos que nos muestren y no dejar pasar las sospechas de que existe algún problema.
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Vía | OMS
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