Seguro que se quedará sorprendido y habrá un montón de preguntas sobre los orígenes de su familia y pasaremos unos buenos ratos con ellos. La importancia de enseñar a nuestros hijos de dónde provienen.
Está claro que durante los dos o tres primeros años de vida, a nuestro hijo le va a dar lo mismo si es de Cuenca, Holandés o Filipino, para él su mundo son sus padres y hermanos si los hubiera, el resto es algo que va o viene dependiendo del día. No digo que no sea importante, muchas veces esas personas que navegan a nuestro alrededor dejan en nosotros una profunda marca, pero en estos primeros meses quien de verdad le importa al bebé son sus cuidadores y tener sus necesidades cubiertas.
Es a más avanzada edad cuando un niño puede hacerse preguntas de por qué hacemos las cosas de una manera determinada y sobre todo, por qué hacemos las cosas de forma diferente a como las hacen los demás.
Los orígenes
No podemos esperar que un niño de cuatro o cinco años sienta con la misma pasión que nosotros las raíces familiares, sobre todo cuando en muchos casos no son las mismas que las suyas, aunque esto no se va a hacer notar hasta una edad más avanzada en que se sienta de aquí o de allá.
Para él, en estos momentos, ser de Madrid o de Barcelona es lo mismo que ser del Madrid o del Barça, lo será porque aquellos a quien quiere lo son y porque una camiseta o un plato le gusta más que otro, pero nada más.
Algo que si va a darle importancia son sus apellidos. Para él eso le está definiendo y diferenciando del resto de sus amigos. Mi hijo, al igual que sus amigos, juegan a cambiarse los nombres "papá, hoy me llamo Luis o león", pero no admite que se apellide de otra forma. Sus apellidos no son modificables, ni siquiera jugando.
Los abuelos
Que mejor para hablar de nuestros orígenes que aquellos que más atrás se remontan en ellos. Quiénes mejor que ellos para cantarles canciones de vuestra tierra a sus nietos, los que les pueden enseñar cómo se jugaba cuando nada llevaba ni una mísera pila.
Los abuelos son pequeñas enciclopedias con la historia de vuestra vida. Podéis ver las fotos de vuestra infancia, pero son ellos, los que se saben la historia que hay detrás.
Las famosas "batallitas del abuelo" son un magnífico entretenimiento para vuestros hijos y para vosotros, pues recordando vuestra infancia seguro os acercáis más a la de vuestros ojos y quizás encontréis muchos de los "por qués" de las cosas que hacen vuestros hijos. Es sorprendente cuando tu le reprochas a tu hijo que haga una cosa determinada y tu madre salta detrás de ti "pues tu lo estabas haciendo todo el tiempo, así que tiene a quien salir"
Los platos típicos de la familia
Vivimos en un país lleno de matices culturales, a veces regiones separadas por muy pocos kilómetros son como la noche y el día, culturamente hablando. Un plato como el cocido o la ensaladilla es muy diferente en Madrid, Barcelona, Lugo o Salamanca y dentro de cada zona, cada familia tiene su propia receta que incluso puede cambiar de padres a hijos.
Así que qué mejor forma para enseñarle a tu hijo de dónde viene su familia que mostrarle sus platos típicos. También es importante para mantener esa conexión con nuestro pasado, porque sobre todo si eres inmigrante y estás en un país de cultura muy diferente a la tuya, es posible que tu hijo pierda ese gusto por las raíces que tanto nos diferencia y a la vez que tanto nos hace ver que aunque seamos diferentes nos parecemos más de lo que creemos.
La música
Las canciones típicas de una zona es un rasgo que nos caracteriza y diferencia respecto al resto. A mi por ejemplo, que no me gusta nada el flamenco o la copla, se me va el oído, y los pies, cuando en un país extranjero oyes alguna canción popular española. O cuando nos juntamos en las reuniones familiares y alguien empieza algún compás de esos himnos de juventud de tu tierra.
En mi caso, las abuelas de los mis hijos cantan repertorios de nanas completamente diferentes a sus nietos, haciendo una lista común que ni con Spotify conseguiríamos.
Crear un árbol familiar
Un momento genial para pasar una tarde construyendo nuestro propio árbol familiar. Para los más pequeños seguro que es muy entretenido pasar una tarde en familia haciendo manualidades y para nosotros será una grata experiencia poder ver físicamente los lazos de unión de los diferentes miembros de la familia.
Visitar la ciudad donde nacimos o donde nacieron nuestros padres
Aunque ya no tengamos a nadie allí, seguro que puede ser un viaje interesante para todos el volver a la ciudad donde creciste, enseñarles a tus hijos dónde jugabas, la casa donde vivías, el colegio donde estudiabas, la tienda de chuches (si aún existe), etc. Veréis como para vuestros hijos es muy emocionante y habrá un montón de preguntas.
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En Bebés y Más | MyHeritage, crea el árbol genealógico familiar, Los niños que crecen cerca de sus abuelos son más felices