Estos son los increíbles beneficios de cenar en familia, según Harvard, y así podemos fomentar este hábito saludable

Estos son los increíbles beneficios de cenar en familia, según Harvard, y así podemos fomentar este hábito saludable
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Compartir mesa en familia es mucho más importante de lo que creemos, pero la incompatibilidad horaria entre padres e hijos hace que no siempre sea posible. No en vano, según una encuesta realizada por la Fundación Mapfre, en 2022 creció el porcentaje de personas que comen solas y descendió el que lo hace en familia, especialmente entre semana.

La comida de mediodía suele ser la más problemática para hacerla en familia, pues muchos padres comen en sus puestos de trabajo y los niños en el comedor escolar. Por eso, deberíamos encontrar otro momento para compartir mesa con nuestros hijos, aunque nos de pereza, estemos cansados o tengamos que reajustar nuestro horario y cenar más temprano de lo acostumbrado.

Dedicamos poco tiempo a comer en familia

Según el estudio anteriormente mencionado, los españoles dedicamos al desayuno poco más de 15 minutos y además, solemos desayunar de pie. Para la comida y la cena empleamos entre 20 y 30 minutos, y muy habitualmente lo hacemos en solitario o mientras vemos la televisión o el móvil.

Compartir mesa en familia es una práctica que está perdiendo cada vez más protagonismo, pese a los innumerables beneficios y aprendizajes que aporta a los niños.

El motivo principal por el que padres e hijos desayunan, comen y cenan en solitario en lugar de hacerlo juntos suele ser la incompatibilidad horaria.

Por las mañanas nos invaden las prisas, y los niños apenas tienen tiempo de desayunar de forma tranquila y mucho menos de hacerlo en familia. Por su parte, la comida del mediodía es sin duda el momento más complicado de la jornada para hacer coincidir nuestros horarios y sentarnos a la mesa todos juntos.

Por eso, la cena se convierte en la mejor oportunidad para compartir tiempo de calidad con los hijos, pero desgraciadamente, cada vez es más frecuente que padres e hijos también cenen por separado. Además de los problemas de conciliación, se suma también el cansancio acumulado a lo largo del día y el deseo de cenar a solas o en pareja para desconectar.

Así que al final, por un motivo u otro, los desayunaos, comidas y cenas en familia acaban limitándose exclusivamente a los fines de semana.

Los beneficios para los niños de cenar en familia, según Harvard

cenar en familia

Según un artículo publicado por la Universidad de Harvard, tras más de 20 años de estudio se han constatado los increíbles beneficios para la salud física y mental de niños y adolescentes que aporta cenar regularmente en familia.

Así, la psicóloga e investigadora en Harvard, Anne Fishel, considera que este hábito mejora la salud cardiovascular en la adolescencia, favorece el rendimiento académico en la infancia y ayuda a adquirir hábitos nutricionales saludables, previniendo la obesidad

En cuanto a los beneficios para la salud mental de niños y adolescentes, destacan especialmente menores tasas de depresión, ansiedad, abuso de sustancias, trastornos alimentarios, consumo de tabaco, embarazo adolescente y tasas más altas de resiliencia y autoestima.

Pero además del impacto positivo que tiene para los niños cenar en familia, para los padres también es muy beneficioso, pues nos ayuda a conectar con los hijos, favoreciendo la comunicación y la confianza con ellos, y mejorando el clima de convivencia en el hogar.

Cómo fomentar este habito saludable

Dados los increíbles beneficios que aportan las cenas en familia, los padres debemos hacer todo cuanto esté en nuestras manos para propiciar este hábito tan saludable, no solo los fines de semana, sino también el resto de días.

Estas son algunas de las prácticas que podemos hacer para favorecer las cenas en familia:

Si no podemos cenar juntos, busquemos una alternativa. Los beneficios de compartir mesa en familia son extrapolables a cualquier otra comida del día, por lo que si no podemos cenar todos juntos debemos buscar otro momento que se adapte mejor a los horarios de todos los miembros de la familia.

No obstante, si por incompatibilidad horaria es imposible que toda la familia coma o cene junta, al menos los niños deberían compartir mesa con alguno de los progenitores o familiares al cargo.

Calidad en lugar de cantidad. Aunque lo ideal sería compartir mesa en familia de forma regular, es más importante atender a la calidad del tiempo que compartimos juntos.

Fomentar un ambiente agradable en la mesa. Para evitar que las comidas duren apenas unos minutos o que los niños o adolescentes estén deseando levantarse de la mesa para irse, es fundamental propiciar un ambiente agradable, comunicativo y de confianza durante el tiempo de la comida.

Comer sin pantallas. Los móviles, tabletas y televisión nos desconectan los unos de los otros, por lo que las comidas familiares deberían ser un espacio libre de pantallas.

Foto de portada | Freepik

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