Los padres no necesitan que nadie les diga que un niño que acaba de cumplir cinco años es muy diferente desde el punto de vista del desarrollo que un niño que está a punto de cumplir seis años.
Pero retrasar la escolarización un año hasta que el pequeño madure y pueda ir con niños similares en desarrollo, es muy complicado de lograr, aunque estudios como este de la Facultad de Medicina de Harvard, demuestren que nacer a finales de año puede provocar que un niño sea diagnosticado erróneamente de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Falsos diagnósticos
El estudio "Déficit de Atención-Trastorno de Hiperactividad y mes de inscripción escolar", publicado en The New England Journal of Medicine, demuestra que los niños norteamericanos nacidos en agosto (en estados donde el corte de edad para el curso se establece el 1 de septiembre) tienen un 30 por ciento más probabilidades de recibir un diagnóstico de TDAH, en comparación con sus compañeros ligeramente mayores inscritos en la misma clase.
La tasa de diagnósticos de TDAH entre los niños ha aumentado drásticamente en los últimos 20 años, en todo el mundo. Los expertos creen que el aumento se debe a una combinación de factores, incluyendo reconocimiento mayor del trastorno, un aumento real en la incidencia de la afección y, en algunos casos, un diagnóstico inadecuado.
Los resultados de este nuevo estudio, según el equipo de investigación, destaca la idea de que, al menos en un subconjunto de estudiantes de primaria, el diagnóstico podría ser un factor de matriculación escolar más temprana.
"Nuestros hallazgos sugieren la posibilidad de que un gran número de niños están siendo sobrediagnosticados y sobretratados por TDAH porque son relativamente inmaduros en comparación con sus compañeros de clase mayores en los primeros años de Primaria".
Así lo señala Timothy Layton, autor del estudio y profesor en el Instituto Blavatnik de la Facultad de medicina de Harvard.
Los investigadores explican que lo que podría ser un comportamiento normal en un niño bullicioso de seis años podría parecer anormal en relación con el comportamiento de los compañeros mayores en el mismo aula.
Y esta dinámica es particularmente certera entre los niños más pequeños, dado que una diferencia de edad de once o doce meses podría conducir a diferencias significativas en el comportamiento.
"A medida que los niños crecen, las pequeñas diferencias de edad se igualan y se disipan con el tiempo, pero desde el punto de vista de la conducta, la diferencia entre un niño de seis y siete años podría ser bastante pronunciada".
Así lo asegura Anupam Jena, autor principal del estudio, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard y médico de medicina interna del Hospital General de Massachusetts. Y añade que:
Y no es la primera vez que se relaciona a los más pequeños de la clase con el diagnóstico de TDAH, aunque no con un seguimiento tan extensivo y un grupo de estudio tan grande que aporta resultados más concluyentes.
Hace dos años ya te hablamos de una investigación realizada con niños australianos, y publicada en The Medical Journal of Australia, y que llegaban a la conclusión de un mayor número de diagnóstico de Trastorno de Déficit de Atención entre los niños del mismo curso nacidos más tarde.
¿Cómo se realizó el estudio de Harvard?
Utilizando los registros de una gran base de datos de las compañías de seguros médicos, los investigadores compararon la diferencia en el diagnóstico del TDAH por mes de nacimiento entre más de 407.000 niños de escuela infantil nacidos entre 2007 y 2009, y les siguieron hasta finales de 2015.
Según el análisis, en los estados norteamericanos que usan el uno de septiembre como fecha límite para la inscripción escolar, los niños nacidos en agosto tenían un 30 por ciento más de probabilidades de un diagnóstico de TDAH que los niños nacidos en septiembre. No se observaron tales diferencias entre los niños nacidos en agosto y septiembre en estados con fechas límite distintas al uno de septiembre.
Por ejemplo, 85 de los 10.000 estudiantes nacidos en agosto fueron diagnosticados o tratados por TDAH, y solo 64 de los 10.000 de septiembre. Cuando los investigadores observaron solo el tratamiento para el TDAH, la diferencia también fue grande: 53 de 10.000 estudiantes nacidos en agosto recibieron medicamentos para el TDAH, en comparación con 40 de 10.000 para los nacidos en septiembre.
Un año de diferencia, las mismas exigencias
Las diferencias de desarrollo se viven en España entre los niños nacidos en diciembre y los nacidos en enero y que asisten a la misma clase. Y es que el curso escolar aquí se organiza según el año natural de nacimiento, de manera que conviven alumnos con diferente nivel madurativo
En 2009, el Ministerio de Educación publicó una evaluación general de la educación de los alumnos en cuarto curso de primaria (nueve y diez años). Los resultados arrojaron un rendimiento más elevado entre los alumnos nacidos en el primer trimestre del año.
Y, paralelo a esto, están las exigencias paternas: queremos que nuestros hijos sean los más listos, que aprendan a leer cada vez a edad más temprana y que pasen más tiempo en el colegio que nunca, y después en extraescolares para que hagan de todo, lleguen a todo lo que nosotros no pudimos.
Y si a esto se añade que también en clase se les exige que aprendan contenidos académicos a una edad temprana que puede estar muy por encima de su capacidad de desarrollo, el resultado es que el niño termina fracasando, y puede ser diagnosticado de problemas que no son ciertos al compararlos con niños casi un año mayor que ellos.
A los niños que leen más despacio que sus compañeros, se les etiqueta regularmente con un retraso en la lectura y se les prescribe 'apoyo escolar' para ayudarles a ponerse al día.
Porque parece que todos tienen que ser iguales en el colegio. Y si además no escuchan al maestro y pasan demasiado tiempo soñando despiertos o retorciéndose en sus asientos, los niños pequeños a menudo reciben una etiqueta de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU. informa que aproximadamente el 11 por ciento de los niños de entre cuatro y diecisiete años de edad han sido diagnosticados con TDAH, y ese número aumentó en 42 por ciento entre 2003-2004 y 2011-2012, y que la mayoría de los diagnosticados recibieron medicamentos. Quizás lo más preocupante es que un tercio de estos diagnósticos ocurren en niños menores de seis años.
No debería sorprendernos que 'colocar' a niños muy pequeños en entornos de aprendizaje artificiales, separados de su familia durante largos períodos de tiempo, sea una prueba demasiado dura para ellos. Y, además, esperamos que cumplan con un plan de estudios estandarizado y basado en pruebas...
¿Cuándo permitiremos que nuestros hijos se desarrollen a su ritmo, sin presiones, y que alcancen los conocimientos solo cuando estén preparados y no obligarles antes?
Te animo a que te hagas esta reflexión. Yo también estoy en ello.
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