Que levante la mano quien no se haya sentado con sus hijos más de una vez a ayudarles a hacer las tareas del colegio. Yo al menos me confieso culpable.
Ayer todavía “discutí” con mi hijo (tuvimos opiniones encontradas) porque quería que le ayudara a hacer una poesía (o más bien que se la hiciera) ya que defendía que nadie le había enseñado a escribir poemas. Le pasé un libro de Gloria Fuertes, le pedí que lo leyera y luego escribiera su poesía.
Tengo que reconocer que el resultado no fue muy inspirador pero me niego a hacer los deberes por él. ¿Me he equivocado? Óscar González, profesor de Primaria, asesor educativo y fundador de Alianza Educativa y de Escuela de Padres con Talento, me responde que no, porque “hay que ayudar a los niños con sus deberes, pero con matices”.
Los deberes, en clase
Lo primero que deberíamos aclarar, comenta Óscar González, es qué deben ser los deberes:
"Me gusta que mis alumnos comiencen las tareas en clase e incluso que las terminen. Así yo les puedo ayudar si tienen alguna duda y compruebo cómo resuelven las preguntas y así sé si han entendido o no las explicaciones".
Aunque no quiere entrar en la discusión de 'deberes sí o no', contempla la necesidad de que exista equilibrio entre las horas de estudio y de ocio, para no saturar a los niños y que acaben aborreciendo aprender.
Apuesta por no mandar deberes a casa antes de 5º de Primaria. A partir del tercer ciclo sí como anticipo de lo que van a encontrarse en la ESO, pero de forma moderada:
“En quinto y sexto los profesores debemos coordinarnos para no poner todos tareas para casa el mismo día. No es bueno salir de clase a las cinco de la tarde y después estar horas haciendo deberes”.
No deben ser una carga para los padres
Afirma el fundador de Alianza Educativa que los profesores deben adaptarse a las diferentes velocidades del niño:
“Unos terminan un ejercicio en dos minutos mientras que otros necesitan más tiempo. Se pueden buscar soluciones en clase para que no se queden rezagados y no tengan que llevar tareas a casa: que puedan escribir en el libro, que no copien los enunciados…".
Y lo mismo pasa con las tareas para casa: Algunos niños sí necesitan un refuerzo específico de los padres, explica este profesor de Primaria, pero “su papel no debe ser el de sentarse con ellos, sino darles autonomía para que vayan haciéndolos solos”.
Eso no significa que nos desentendamos de su día a día en el colegio, señala el experto en educación: podemos supervisar sus agendas para comprobar que copian los ejercicios que tienen que hacer, pero no sentarnos con ellos a hacerlos.
“A menudo escucho a padres que comentan en el parque: 'nos vamos a casa que tenemos que hacer los deberes'. Y esa frase me chirría. El que tiene deberes o examen es el niño. Es su responsabilidad y sin embargo sabe como transferirla a sus padres”.
Todos sabemos de casos en los que los progenitores hacen los deberes a sus hijos. Y, en este sentido, el director de Alianza Educativa advierte que no hay que hacerlo: “Demasiada sobreprotección no es buena”.
También explica que en las tutorías los padres le comentan preocupados: "No puedo con él. Le explico cómo hacer el ejercicio y me dice que en el cole no se lo han enseñado así". Y precisamente es mejor que sus dudas las resuelvan con el profesor porque "por querer ayudarles podemos confundirlos más e ir en contra del sistema educativo del centro”.
¿Cuándo ayudarles?
Si no entienden algo, claro que podemos explicárselo, pero siempre que sea de manera puntual. Porque si no entienden nada, señala el profesor, es que algo falla y buscan un atajo:
“No es lo mismo ayudar, dar una pista, que resolverlo. No hay que hacerles los deberes porque entonces no aprenden nada. Es mejor que lo hagan mal y se equivoquen que corregírselo para que lo lleven bien al colegio”.
Explica Óscar González que si los niños llevan a clase siempre los ejercicios perfectos, es difícil detectar cuándo no saben hacer algo y necesitan que los profesores se lo expliquen de nuevo. Es preferible detectar los fallos para reforzarles.
"Pero si no le ayudo, suspende"
Es cierto que hay niños que necesitan que les dediquemos más tiempo con los estudios, "pero tengo dudas en afirmar que si los adultos no están encima, no vayan a aprobar".
Así lo percibe el asesor de educación que señala que los que necesitan es adquirir un hábito de estudio que solo se logra con el tiempo:
"Si empezamos a apoyarles porque son pequeños, llegará un momento en que si no nos sentamos con ellos a hacer los deberes o estudiar, no lo harán".
Y sigue explicando que los padres no podemos cometer el error de no permitir hacer al niño aquello para lo que está preparado, dándole autonomía para responsabilizarse de sus cosas:
"Debe ser nuestro hijo quien estudie, memorice, aunque nosotros podamos preguntarle la lección para darle seguridad (solo si nos lo pide), pero no estudiar con él".
Y añade que tampoco debemos tirar del grupo de Whatsapp para pedir los deberes "porque no se acuerdan". Su obligación es apuntarlos en la libreta o la agenda. Podemos hacerlo un día como excepción, pero no somos su memoria.
Si no empezamos en primero de Primaria a hacerles responsables, en sexto va a ser muy difícil que estudie solo. Explica Óscar Gonzalez:
"Le exiges y se derrumba, porque cree que no puede solo, que no sabe, porque en casa siempre le hemos dado a entender que necesitaba ayuda".
Problemas de conciliación
Los días entre semana, durante el curso, a veces tengo la sensación de que la única relación que tengo con mis hijos es la de recordarles las tareas que tienen que hacer y andar de taxista de una extraescolar a otra.
Y según afirma nuestro experto en educación, no soy la única madre que se siente así. Asegura que el problema de nuestro sistema educativo no está solo en que los niños tengan muchos o pocos deberes, sino en la conciliación:
“Necesitamos más tiempo con ellos, porque el poco que tenemos debemos invertirlo en obligarles a hacer los deberes, estudiar y llegamos a enfadarnos con ellos y siempre nos ven de mal humor porque estamos cansados”.
Añade que hay muchos padres que incluso no pueden ir a las tutorías porque en el trabajo no les dan permiso para asistir, aunque sí para ir al médico:
“La educación de nuestros hijos parece que no es considerada importante y hay que cambiar de actitud”.
También asegura que los colegios permiten poca participación de los padres, por lo que terminan desmotivándose:
Con esta conclusión me quedo porque para mí la educación sí es fundamental para nuestros hijos y no solo aprenden en el colegio, sino también de nosotros, de las personas que les rodean. Por eso debemos dedicar a enseñarles 'otras asignaturas' como la responsabilidad. O esa es mi modesta opinión de madre.
Así que si eres de la mías y alguno de tus hijos solicita tu ayuda constante para hacer sus tareas del cole, piénsalo bien. Yo, al menos, lo haré.
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