Hemos hablado en varias ocasiones sobre el ombligo del bebé y cómo cuidarlo, sin embargo no hablamos del ombligo de la embarazada, que como el resto del cuerpo de la mujer, también sufre algunos cambios.
El ombligo abultado o salido es una característica que presenta la mayoría de la embarazadas hacia el final de la gestación, normalmente alrededor del tercer trimestre, cuando la tripa ha ganado volumen. Poco a poco, el útero va creciendo y expandiendo la pared abdominal haciendo que el ombligo se tense y termine por salirse hacia fuera.
Se puede ver aplanado, abultado, sobresalido, o dando la impresión de que su hubiese dado vuelta. A menudo se relaciona el ombligo como algo antiestético, pero no debemos olvidar el símbolo vital que representa ese botón en el medio de nuestra anatomía. A través de él le hemos suministrado a nuestro bebé la sangre, el oxígeno y los nutrientes necesarios para que se desarrollara dentro del útero.
Que el ombligo de la futura mamá salga, antes o después, no es motivo de preocupación, es una de las "marcas" del embarazo, al igual que la línea alba. En las mujeres que tienen los tejidos flácidos, el ombligo puede brotar antes, mientras que en otras puede pasar casi desapercibido.
En cualquier caso, después del parto, cuando el cordón umbilical ya ha cumplido su función y una vez que el útero retorna a su tamaño, el ombligo vuelve a tener su posición y aspecto originales, aunque hay mujeres que no recuperan el ombligo tal y como era antes del embarazo.
En ocasiones puede producirse una hernia umbilical en la madre debido a un sobre agotamiento de los músculos abdominales. Los síntomas más característicos son: presencia de un bulto blando o masa en el abdomen, dolor localizado o sensibilidad en la zona, puede haber vómitos, indigestión, estreñimiento u otros trastornos del sistema gastrointestinal, y es probable que se produzcan lesiones en la piel umbilical como dermatitis o infecciones producidas por la fricción con la ropa o el sudor.
Para corregir un ombligo que ha quedado demasiado sobresalido se hace una sencilla intervención en la que el cirujano quita el exceso de piel para reconstruir el ombligo.
Hernia umbilical en el embarazo
Durante el embarazo, la hernia más frecuente que se produce es la hernia umbilical, pero no debemos hablar de que la gestación sea una causa de aparición de la hernia, sino que ésta en realidad existe desde el nacimiento, pero es en este periodo cuando se manifiesta o diagnostica, sobretodo durante el segundo trimestre, como consecuencia del crecimiento del útero.
La hernia umbilical no requiere ningún tratamiento cuando no manifiesta síntomas. Si bien es cierto que existe la posibilidad que en ocasiones una hernia umbilical en embarazadas sí que necesite ser intervenida. En ese caso, la intervención se realizará cuando la madre haya dado a luz, nunca durante el embarazo, puesto que podría suponer un riesgo para el feto.
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