Los piercings o perforaciones para pendientes son cada vez más habituales en nuestra sociedad, aunque se trate de ua costumbre antiquísima. Orejas, cejas, labios, nariz, ombligos y otros lugares menos visibles son los lugares escogidos para ellos. Pero, ¿qué pasa con un piercing en el ombligo de la embarazada?
Ya vimos que la barriga durante el embarazo puede tener mucha formas, pero lo que es común a todas las tripas es que aumentan de tamaño. Ese crecimiento hace que la piel se estire, y si el piercing es pequeño puede tirar de la piel.
Probablemente por la propia incomodidad que la mujer sienta al notar tirante la piel, decida quitarse el piercing. Cambiarlo por otro más grande, o utilizar sistemas específicos de piercings para embarazadas con extensores, podría ser una solución. No podemos pretender llevar un piercing de un centímetro en el ombligo cuando éste se ha agrandado y mide dos.
No obstante, hay que tener en cuenta otras consideraciones acerca de los piercings en el ombligo durante el embarazo.
Y es que además, como el ombligo es una zona especialmente delicada en cuanto que es un orificio con pliegues en el que se pueden depositar células muertas y microorganismos, hay que llevar una buena higiene del mismo. Tener un piercing en el ombligo durante el embarazo requiere de mucho cuidado higiénico para evitar los riesgos de una infección.
Por lo tanto, la mujer embaraza con piercing debe mantener una buena rutina de limpieza del ombligo y ante el primer síntoma de irritación visitar al dermatólogo y si es necesario retirarse el piercing. Hay que evitar en la medida de lo posible que el piercing roce con la ropa, lo cual es bastante complicado cuando la tripa ya tiene un volumen considerable, para evitar tirones inesperados o deslizamientos y roces fuertes.
Si a medida que la barriga va creciendo salen estrías en la piel de la tripa por el estiramiento de la zona se recomienda retirar el arete, ya que la cicatriz puede producir un queloide, una cicatriz engrandecida o estrías más marcadas justo en los orificios del piercing.
¿Y si se cierra el orificio del piercing?
Estoy segura de que alguien que se ha hecho un agujero en el ombligo para llevar un piercing no tendrá inconvenientes en volver a hacérselo más adelante. Y más porque en teoría será menos doloroso, al ya haber hecho una perforación anteriormente en el mismo sitio.
Si el piercing es reciente, puede que no haya cicatrizado y entonces se cerrará con facilidad al quitárselo, pero si ya ha pasado un año desde que lo llevamos, entonces es más difícil que se cierre en unos pocos meses (dependerá de las características concretas de cada persona, puede cicatrizar mucho antes, pero se suele señalar este tiempo como habitual para la buena cicatrización del piercing de ombligo).
Aunque parezca que el agujero donde llevabas el adorno se haya cerrado, puede que cuando pruebes a recolocártelo tras haber dado a luz compruebes que no es así. Hazlo con cuidado, de todas formas, incluso acudiendo a los profesionales que te lo hicieron para que prueben a volverlo a poner sin necesidad de tener que perforar de nuevo.
No obstante, no nos engañemos, es probable que querramos darle un tiempo a la tripa y a la piel para que recobre algo de firmeza tras el parto.
Yo no soy muy amante de los piercings aparte de los típicos que llevo en las orejas, y creo que un piercing en mi ombligo durante los embarazos me hubiera dado la impresión de que deseaba escaparse y salir disparado de la tripa gigante y apretada, con un ombligo casi desaparecido. Vamos, que me lo hubiera quitado nada más que fuera por no verlo tan tirante.
Otros mitos relacionados con el piercing en el ombligo de la embarazada, como que puede dañar al bebé, perforar el útero o hacer que el cordón umbilical se enganche en él son evidentemente falsos.
Fotos | A. Pagliaricci ◄◄ y Kaderyn en Flickr
En Bebés y más | Los 10 mitos más comunes del embarazo, El ombligo de la embarazada, Piercings para embarazadas, La forma de la barriga durante el embarazo