Uno de los principales problemas con los que tienen que lidiar las madres primerizas a la hora de iniciar la alimentación complementaria de sus bebés es la ausencia de variedad. Los peques se aburren de tomar los mismos sabores y texturas todos los días. Te damos ideas para hacer sus comidas mucho más divertidas y sabrosas.
Purés de verdura: ponles un toque diferente
Tras las papillas de cereales y fruta, la verdura es el primer grupo de alimentos que introducimos en la dieta de nuestros bebés cuando cumplen los 6 meses. Sin embargo, muchas veces la lista de alimentos aconsejables para esta primera etapa no es muy extensa y nuestros hijos, aunque sean pequeños, pueden cansarse de tomar día tras día las mismas comidas.
Pon en práctica los siguientes trucos para que la alimentación de tus hijos sea más variada y entretenida:
- Con quesito. Hay muchos quesitos desgrasados, sin lactosa y pasteurizados, incluso quesitos para bebés hechos con leche de fórmula que darán un toque diferente a sus purés de verdura. El quesito va genial con los purés de patata, zanahoria, calabacín y calabaza. Además, su textura cremosa despertará la curiosidad y el interés del bebé.
- El puerro, un sabroso aliado. A la mayor parte de los bebés no les agrada el sabor del ajo ni de la cebolla, sin embargo el puerro es una sabrosa hortaliza que añade una dosis extra de sabor a cualquier crema.
- La batata, una alternativa original. Tiene cualidades similares a la patata, pero su sabor es más dulce y su textura más cremosa. Modifica la receta del clásico puré de patatas de tu hijo y verás cómo te lo agradece.
- Más apio, más intensidad. Además de tener un sabor muy característico, el apio complementa e intensifica el sabor de cualquier ingrediente culinario.
- Hidratos de carbono. Si tu hijo ya ha probado los cereales, puedes incorporar el arroz a sus cremitas de verdura para añadir una dosis extra de energía y una textura mucho más consistente.
- Sopa de tomate. El tomate es una de las primeras hortalizas que se ofrecen a los bebés. Es sabroso y consistente. ¿Por qué no darle más protagonismo y preparárselo a modo de sopa junto con otras verduras?
- Jardinera de verduras. A partir de los 7 meses, el peque empezará a comer carne y entonces le podrás ofrecer una jardinera de verduras, un completo puré de judías verdes con patata o una sabrosa crema de zanahorias con jamón de York.
- Huevo escalfado. Cuando ya hayas introducido el huevo en la dieta de tu bebé, puedes escalfarlo y ofrecérselo en sopas o espolvorear la yema cocida por encima de su puré.
- Remolacha. ¡Su sabor dulce encanta a los peques! Es una verdura muy sana, rica en hierro, vitamina C y fibras. Perfecta para sus primeros purés. ¡Y además, está muy de moda!
Cuando el pediatra os vaya permitiendo introducir más verduras, frutas, carne o pescado, podréis hacer purés todavía más completos y originales.
Los primeros tropezones
Muchos bebés disfrutan encontrándose tropezones en la comida. Si tu peque comienza a masticar, puedes echar a sus purés trocitos de alimentos blandos para favorecer la masticación del peque. Incluso aunque todavía no tenga dientes, sus encías son lo bastante fuertes para masticarlos. Toma nota de las siguientes ideas:
Tropezones de verdura. Deja trocitos enteros de zanahoria cocida o echa guisantes enteros en su puré para que el peque comience a experimentar nuevas texturas.
Taquitos de bacon, pavo o jamón de York. Las carnes ahumadas dan un intenso sabor a cada bocado y tu peque disfrutará masticándolas. Son ideales para "alegrar" los purés de verdura.
Picatostes. En trozos muy chiquititos darán una textura crujiente a cada cucharada.
Pescado. A los 12 meses, el pescado será un alimento habitual en sus menús. Prepárale un puré de verduras con trocitos de pescado blanco para que empiece a masticar.
Los macarrones, un éxito asegurado. A los niños les encanta la pasta, trocea 3 ó 4 macarrones y viértelos en el puré para que tome una dosis de hidratos de carbono. Su textura es perfecta para primeros masticadores.
Arroz sí, pero entero. Ya no es necesario que tritures el cereal para incorporarlo a sus cremas. Echa una cucharada sopera de arroz blanco en la comida triturada de tu hijo para que se divierta masticándolo.
Croquetas. Las croquetas son una estupenda forma de ofrecerle a tu peque el alimento. Son blanditas y admiten cualquier ingrediente (carne, pescado, verduras, etc.). ¡Su textura y sabor hará las delicias de tu peque!
Una sopita. Otra fantástica alternativa de ofrecerle un menú variado, es preparar una nutritiva sopa con algunos tropezones de verdura o patata cocida.
Pautas de higiene en la preparación de la comida de los bebés
En la preparación de la comida de los bebés, es importante mantener unas reglas básicas de higiene para mantener a raya a los gérmenes, las bacterias, los hongos y los virus nocivos.
Lávate y sécate bien las manos antes de manipular los alimentos que le prepararás. Limpia y desinfecta la encimera y los utensilios de cocina que vayas a utilizar. No te limites a pasar sólo un paño con jabón, utiliza un producto con lejía y detergente, como Estrella 2en1, para eliminar las bacterias. Separa siempre los alimentos crudos de los cocinados y cocina los alimentos por encima de los 70 grados para eliminar todas las bacterias nocivas que pudiese haber en carnes rojas y de ave, pescados y huevos. También es importante mantener siempre limpio el frigorífico y asegúrate de que conservas en él los alimentos a temperaturas inferiores a 5°C. Por último, asegúrate de que tu lavavajillas está siempre limpio y desinfectado para evitar la aparición de hongos y otros agentes nocivos. Con estas sencillas pautas, evitarás la contaminación cruzada.
En cuanto a la higiene del peque, lo normal es que los bebés se manchen cuando comen. Están experimentando y parte de su disfrute por la comida consiste en familiarizarse con las texturas. No te preocupes por ello, sé paciente y deja que el peque disfrute. Después, limpiar su trona y los restos de comida del suelo, puedes utilizar un detergente con lejía como Estrella 2en1.
Deja a remojo las manchas más persistentes de sus baberos, muselinas o ropita. Siempre que sean blancas, bastarán 20 minutos y agua con un poquito de Neutrex con lejía para que puedas aclararlas y lavarla en la lavadora. Si la etiqueta especifica que la prenda no admite lejía, puedes utilizar productos específicos para quitar las manchas como Neutrex Oxy5 Color.
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