Congestión mamaria o ingurgitación: ¿qué hacer cuando hay edema y dolor en el pecho?

Hacia el segundo o tercer día postparto tiene lugar la subida de la leche (en otros países se llama bajada de la leche). El pecho aumenta de tamaño y de consistencia y puede resultar molesto, aunque cede en unos días. Sin embargo, en algunos casos se acumula líquido en exceso, lo que conocemos como edema; hablamos entonces de ingurgitación o congestión mamaria. Sucede con mayor frecuencia entre el tercer y quinto día postparto.

El pecho se pone duro, lleno y doloroso. A veces esto dificulta que el bebé se enganche y le cuesta mucho extraer la leche, lo que agrava el problema.

Además de resultar doloroso para la madre, la ingurgitación puede afectar al lactante, que se frustra porque no puede engancharse adecuadamente y no vaciar el pecho como debería. Este enganche inadecuado puede ocasionar también grietas y dolor en el pezón. Y lo que es más, sufrir una ingurgitación parece aumentar la probabilidad de un destete precoz.

No se conoce su incidencia con exactitud, pero es bastante frecuente. Algunos estudios apuntan a que un tercio de las mujeres sufre ingurgitación en las primeras semanas postparto; otros estudios indican que la ingurgitación afecta hasta a dos tercios de las madres lactantes.

¿Qué hacer si sufro una ingurgitación?

Dada la alta frecuencia de este problema, se han probado muchos tratamientos y remedios con mayor o menor éxito. Aunque algunos sí parecen funcionar, la evidencia científica es aún baja y es necesario hacer nuevos estudios de buena calidad. A continuación vamos a repasar algunos de los remedios más empleados.

Hojas de col

Hay varios estudios que analizan el efecto de colocar hojas de col sobre el pecho de la madre. Se ha estudiado el efecto de ponerlas congeladas, frías o a temperatura ambiente y no parece haber diferencias. Aunque en algunos estudios sí hay mejoría de los síntomas (disminuye el dolor, se ablanda el pecho e incluso se aumenta la duración de la lactancia), no hay todavía suficiente evidencia. Sin embargo, es un remedio barato, es poco probable que sea dañino y puede resultar relajante para las madres. Podemos colocar las hojas de col enteras tras haber retirado el tallo central o en trozos. Las colocamos sobre el pecho, dentro del sujetador y las vamos cambiando cuando se marchiten o se calienten.

Compresas de frío o calor

Varios estudios analizan el efecto de aplicar compresas frías y calientes antes de las tomas o compresas frías tras las mismas y parece que podrían ser tan eficaces como otros tratamientos. Sin embargo, en la ingurgitación hay inflamación por lo que aplicar calor puede resultar contraproducente; en caso de hacerlo, y según recomendación de la Guía de Práctica Clínica sobre la lactancia materna, puede darse una ducha caliente o aplicar compresas calientes justo antes de la toma para favorecer el flujo de la leche.  Aplicar frío (por ejemplo en forma de packs térmicos), sí parece disminuir el dolor y la ingurgitación.

Presión inversa suavizante

Esta técnica se basa en desplazar el edema hacia atrás, hacia el interior del pecho. Se ha demostrado que ablanda la zona de la areola y facilita el agarre del bebé. Podemos llevarla a cabo de varias maneras, todas consistentes en presionar durante unos minutos (suele ser suficiente entre 1 y 3) la zona de la areola que rodea al pezón. Aquí explicamos en detalle cómo hacerla y diferentes métodos.

Masaje mamario

Hay varios estudios que comparan diferentes tipos de masaje mamario para tratar la ingurgitación y sí parecen mejorar el dolor y la congestión mamaria. La Guía de Práctica Clínica de la lactancia materna recomienda masajear el pecho antes de la toma para favorecer la salida de la leche y el enganche del bebé.

Extracción manual o con sacaleches

Cuando el lactante no puede agarrarse bien al pecho, la Academy of Breastfeeding Medicine recomienda la extracción de leche durante unos minutos para que el bebé pueda ablandar el pecho y que el bebé pueda engancharse posteriormente.

En esta etapa, no es recomendable introducir el sacaleches de manera innecesaria y todas las madres lactantes deberían recibir formación para realizar la extracción de leche de manera manual.

Cuando existe ingurgitación, el sacaleches, especialmente si lo usamos con una presión muy alta, puede resultar contraproducente, pues puede aumentar el edema en la zona de la areola y dificultar aún más la salida de la leche.

Medicamentos

Las madres lactantes pueden tomar paracetamol e ibuprofeno como analgésicos para disminuir el dolor; el ibuprofeno además tiene la ventaja de ser antiinflamatorio. Ambos fármacos son seguros durante la lactancia. Para comprobar la compatibilidad de otros medicamentos con la lactancia puede consultarse la web www.e-lactancia.org

Otras opciones

También se han  realizado estudios con plantas medicinales, oxitocina, ultrasonidos, acupuntura... con pocos datos respecto a su eficacia.

¿Se puede prevenir?

Hemos comentado que la ingurgitación es muy problema muy frecuente y muy doloroso para la madre; por ello, lo ideal sería poder evitar su aparición. Aunque hacen falta más estudios, hay ciertos factores de riesgo que parecen predisponer a mayor ingurgitación, así como algunas medidas que podrían evitarla o disminuirla.

- Las mujeres multíparas tienen antes la subida de la leche y estas molestias, así como la ingurgitación, si aparece, tienden a resolverse antes.

- La administración de grandes cantidades de líquidos intravenosos durante el parto se asocia a mayores niveles de edema así como a una percepción más temprana y más prolongada de plenitud e hipersensibilidad mamaria.

- También parece que las mujeres que sufren hipersensibilidad y congestión mamaria premenstruales tienen mayores posibilidades de sufrir ingurgitación mamaria más intensa en el postparto.

- En cambio, la congestión mamaria es menor frecuente cuando los lactantes maman más veces en las primeras 48 horas de vida y si la madre y el bebé comparten habitación.

- Por otro lado, vaciar una mama en cada toma y alternar las mamas que se ofrecen en primer lugar sí parece funcionar para disminuir o evitar la ingurgitación.

Resumiendo...

Un vaciamiento precoz y frecuente parece prevenir o minimizar la ingurgitación. Así que, esta es una razón más para ofrecer el pecho a demanda y frecuentemente tras el parto (los recién nacidos deben realizar entre 8 y 12 tomas al día).

En el caso de sufrir una ingurgitación, podemos aplicar presión inversa suavizante inmediatamente antes de la toma para favorecer el enganche del bebé. Para tratar el dolor, podemos tomar paracetamol e ibuprofeno (este último además tiene efecto antiinflamatorio). Aplicar hojas de col y/o frío también parece disminuir los síntomas de la ingurgitación.

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