Dar el pecho no debe doler: qué hacer si duele

Todos deberíamos tener claro que dar el pecho no debe doler. Sin embargo, está muy normalizado que los primeros días de lactancia son duros, que las grietas son casi inevitables y que el dolor durante las tomas es un camino intermedio hasta “que se hace callo”.

A lo largo de este post vamos a ver por qué la lactancia no debe doler y cuáles son las causas más frecuentes de dolor durante las tomas, pues la mayoría de ellas son corregibles.

¿Por qué dar el pecho no debe doler?

La lactancia materna no debe doler. La lactancia materna es la forma natural que tiene nuestra especie de alimentar a nuestros bebés durante los primeros meses de vida; ¿habríamos llegado hasta aquí si fuese doloroso? Es cierto que, al principio, el pezón puede estar más sensible y, al tratarse de una sensación nueva, puede resultar algo molesto; pero no debe de pasar de ahí. Estas molestias desaparecerán a lo largo de los primeros días de vida. Si amamantar duele, así como si aparecen grietas o heridas en el pezón, es indicativo de que algo no funciona.

La mayoría de los recién nacidos tienen la anatomía perfecta para mamar y si la relación entre su boca, su lengua y el pezón materna es la correcta, no debería haber dolor ni aparecer lesiones en el pezón de la madre. Como vemos en el siguiente vídeo, el bebé debe realizar un agarre profundo, introduciendo el pezón y gran parte de la areola en la boca. El pezón quedará pegado a la parte posterior del paladar y la lengua del bebé realizará movimientos ondulantes sobre la areola, bombeando así la leche.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de dolor al amamantar?

El dolor al dar de mamar nos indica que hay algo que está fallando. Sin duda, la causa más frecuente es un mal enganche. Puede deberse a que la posición y/o la postura del bebé no sea la correcta o a que exista alguna alteración anatómica que no permita un buen agarre del bebé al pecho, como un frenillo lingual corto o una micrognativa y/o retrognatia (mandíbula inferior más pequeña y/o hacia atrás).

Cuando el bebé comienza a mamar, se libera una hormona llamada oxitocina (que también puede liberarse por otros estímulos) y que produce el reflejo de eyección, que ayuda a la salida de la leche. Este reflejo puede resultar doloroso para algunas mujeres, pero el dolor dura apenas unos segundos o unos pocos minutos.

La ingurgitación mamaria, las mastitis, el absceso mamario o la obstrucción de algún conducto también pueden causar dolor al amamantar.

Las alteraciones en la piel del pezón (como una dermatitis o un eccema) y el fenómeno de Raynaud son otras causas, menos frecuentes, en las que la lactancia resulta dolorosa. Por último, puede existir dolor por causas no orgánicas, como depresión postparto y otras dificultades psicológicas.

La importancia de un buen enganche

Como hemos dicho, un enganche incorrecto del bebé al pecho es una de las causas más frecuentes de dolor durante las tomas, así como de aparición de grietas y heridas en el pezón. Muchas madres me preguntan cómo saber si el enganche del bebé es correcto. un dato importante es que no duela. Además, existen otros signos que indican que el enganche y la posición son correctas:

  • El cuerpo del bebé debe estar alineado: oreja, hombro y cadera deben formar una línea. Algunos problemas, como una tortícolis en u bebé, pueden dificultar esto.

  • Aunque antiguamente se decía que los bebés debían estar pegados ombligo con ombligo con la mamá, esto parece no ser necesario ni beneficioso. hay pezones más altos y otros que apuntan más hacia abajo; lo importante es que el pezón quede perpendicular a la boca del bebé. es decir, si nuestro pezón mira un poco hacia abajo, el bebé deberá mamar mirando un poco hacia arriba.

  • Los labios del bebé deben estar evertidos (especialmente el inferior) y muy abiertos, formando un ángulo amplio (mayor de 90º). La barbilla del bebé (y generalmente también su nariz) estarán pegados al pecho de la madre. Las mejillas permanecen rellenas (no se forma hoyuelo durante la succión). Veremos que cuando mama, el bebé mueve la mandíbula inferior llegando incluso a mover la oreja. Gran parte de la areola debe estar dentro de la boca del bebé, siendo preferible un enganche asimétrico (el bebé coge más cantidad de areola en la parte inferior que en la superior).

Muchos bebés son capaces de engancharse al pecho de manera correcta ellos solos. Esto es más probable si sucede en la primera hora tras el parto haciendo piel con piel con la madre. En otros casos, el enganche debe ser dirigido; es importante que para ello contemos con la ayuda de un profesional formado en lactancia materna.

La anquiologlosia

Anquiloglosia significa lengua anclada. Esto sucede en los bebés que tienen un frenillo lingual corto: una especie de “telilla” que une la lengua al suelo de la boca y dificulta su movilidad, siendo causa posible de un mal enganche del bebé al pecho. Además de ocasionar dolor a la madre mientras maman, suelen aparecer grietas y los bebés pueden no ser capaces de extraer bien toda la leche, realizando tomas muy largas y no teniendo una adecuada ganancia de peso. Los bebés con frenillo corto maman mejor en algunas posiciones, como a caballito. En algunos casos puede ser necesario cortar el frenillo (frenotomía).

Problemas en el pecho materno que pueden generar dolor al amamantar

Como hemos visto antes, la ingurgitación mamaria, las mastitis, los abscesos mamarios o las obstrucción de un conducto pueden generar dolor.

•La “subida de la leche” suele producirse hacia el tercer día postparto. Si se produce un acúmulo excesivo de líquidos (edema) hablamos de ingurgitación mamaria. Los pechos están muy llenos, indurados y suele ser doloroso.

•La mastitis es una inflamación del pecho. Una zona aparece roja y caliente, suele aparecer fiebre y malestar general. Son más frecuentes en las primeras semanas tras el parto

•El absceso mamario es una colección de pus dentro de la mama. Suele aparecer como complicación de una mastitis. Por suerte, es poco frecuente. Notaremos un bulto en el pecho doloroso que se mueve cuando lo tocamos, la zona estará enrojecida o amoratada, brillante y "a tensión". No siempre hay fiebre.

•La obstrucción de un conducto es un problema bastante frecuente. Notaremos un bulto doloroso en alguna zona de la mama; no hay fiebre ni malestar y la zona no suele estar enrojecida. Las obstrucciones pueden deberse a un vaciado incorrecto de alguna zona, a la presión (dormir apoyada sobre esa zona, llevar ropa apretada) o a un destete brusco.

•El fenómeno de Raynaud aparece cuando los vasos más pequeños que llevan la sangre a algunas partes del cuerpo se estrechan dificultando el paso de sangre. la zona se pone blanca y a los pocos minutos morada y fría. Cuando la sangre vuelve a circular con normalidad, se pone roja. Esto sucede en los dedos de las manos y de los pies y puede aparecer también en el pezón. Se desencadena por frío, estrés, emociones o por la toma de algunos medicamentos.

Causas no orgánicas de dolor al amamantar

En algunos casos, la causa del dolor no es orgánica/física, sino psicológica. Entre ellas estaría la depresión postparto. Además, las madres con dolor y dificultades en la lactancia tienen más predisposición a la depresión.

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