Cuando estamos amamantando a nuestro bebé pueden surgirnos dudas sobre la conveniencia de tomar determinados medicamentos o someternos a algún tratamiento, pues tememos que puedan estar contraindicados con la lactancia y hagan daño a nuestro hijo. Así mismo, si la madre tiene que recibir alguna vacuna es probable que también se pregunte acerca de su seguridad, o tema que afecte de algún modo a la calidad de su leche.
Pero el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) lo deja claro: no hay razón para demorar o suspender ninguna vacuna durante el periodo de lactancia, tanto si es la madre quien va a recibir la vacunación, como si es el bebé.
La madre puede vacunarse durante la lactancia
Ya sea porque correspondan por edad o por determinadas circunstancias personales, puede haber vacunas que la mujer necesite ponerse durante el periodo de lactancia. Y ante esta situación es frecuente preguntarse: ¿las vacunas que recibe la madre son seguras para el bebé amamantado, o pueden afectar a la calidad de su leche?
Por otro lado, ciertas circunstancias como el nacimiento de un bebé prematuro, requieren de la protección indirecta de todas las personas que conviven con él. De ahí la importancia de que la madre (con independencia de si da el pecho o no) tenga su calendario vacunal al día, además de recibir la vacuna contra la gripe estacional.
Pero conviene mencionar un par de vacunas que requieren de una especial atención:
- Por un lado, estaría la vacuna de la fiebre amarilla, que debe administrarse cuando se viaja a regiones del mundo donde la enfermedad está presente. Esta vacuna contiene virus vivos que se transmiten a través de la leche, por lo que en líneas generales sería conveniente evitarla durante la lactancia.
Sin embargo, los expertos matizan que si la madre no puede evitar viajar a zonas endémicas, la vacunación debe ser llevada a cabo, pues el riesgo para el bebé de exponerse a este virus vacunal es menor que el que asumiría la madre al exponerse a la enfermedad.
Otra opción a barajar si el bebé tiene menos de nueve medes de edad, sería sacarse la leche y desecharla durante los 14 días posteriores a la vacunación, que es el tiempo que dura la eliminación viral.
- Y la otra vacuna a controlar sería la de la varicela, pues en raras ocasiones se asocia con la presencia de un exantema contagioso en la zona del pinchazo. Si esto ocurre, bastaría con cubrir la erupción con un apósito o con ropa para evitar el contacto directo con el bebé.
En cualquier caso, si tienes que recibir alguna vacuna mientras estás dando el pecho a su bebé y tienes alguna duda al respecto, es recomendable que hables con tu médico o eches un vistazo a la web de consultas e-lactancia, creada por profesionales.
¿Cómo afectan las vacunas que recibe la madre a la leche que produce para su bebé?
Cuando una mujer que está amamantando es vacunada, la carga antígena que recibe no pasa a la leche, pues su sistema inmunitario se encarga de transformarla. En cualquier caso, los expertos advierten que aunque estos antígenos llegaran a colarse en el torrente de la leche materna, no representarían ningún riesgo para la salud de su bebé.
Como respuesta a la vacunación, el cuerpo de la madre fabrica anticuerpos que sí podrían pasar a la leche, pero al ser un producto natural de origen materno, no sólo no harían daño al bebé sino que podrían aportarle una protección adicional, aunque no significativa (de ahí la importancia de cumplir con el calendario vacunal del bebé con independencia del materno).
La lactancia materna, primera vacuna del bebé
Según destacó UNICEF en una campaña realizada hace dos años, la lactancia materna puede considerarse como la primera vacuna que recibe un bebé tras su nacimiento, pues no sólo contiene nutrientes, sino también anticuerpos que le protegen frente a graves enfermedades.
Pero el CAV recalca que la lactancia materna no es un sustituta de la vacunación del lactante, sino que ambas se complementan y son necesarias. Además, recuerda que ninguna vacuna está contraindicada en el bebé mientras toma pecho, incluídas aquellas administradas de manera oral como la del Rotavirus.
Y ya por último cabe mencionar el efecto analgésico de la lactancia materna frente al pinchazo de la vacuna ("tetanalgesia"), algo de lo que incluso se ha hecho eco la OMS. Y es que dar el pecho al bebé mientras le están vacunando le ayudaría a reducir los niveles de ansiedad y estrés, y por consiguiente a sentir menos dolor.
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