Si ayer os explicamos la historia de una mujer que fue rociada con leche materna por pedir a una madre que diera el pecho en otro sitio hoy os traemos una historia más cómica de un hombre que se acercó a una mujer en la piscina para decirle lo mismo y cuya madre le reprendió que lo hiciera.
En medio de la discusión, y delante de la madre lactante, la señora mayor le confesó a su hijo que lo había amamantado durante 18 meses, y que se callara de una vez. Por eso el consejo de hoy es este: no olvides preguntar a tu madre cuánto tiempo te dio pecho antes de pedir a una mujer que amamante en otro sitio.
Esta historia la compartió hace unos días Amanda Tenwalde Kingry en su página de Facebook. Según leemos, una mujer estaba en la piscina dando pecho a su bebé con el fin de ayudarlo a echarse la siesta, y para evitar que se distrajera con las vistas de alrededor lo tapó con una toalla.
El niño estaba luchando para escapar de su cárcel de toalla cuando se le acercó un hombre de unos 40 años para decirle "Disculpa, ¿estás amamantando a tu bebé?". Ella respondió un "¿Sí?", como pidiendo que continuara con su argumentación, y él, serio, le dijo que pensaba que ese no era el lugar para hacer eso.
Estaba pensando cómo reaccionar, imaginándose ya en el gesto de ponerse de pie para darle una patada en los testículos cuando vio a la madre del susodicho, de unos 70 años, de pie detrás de él -una mujer pequeña y delgada- con gesto evidente de enfado.
Estaba en plan "¿QUÉ LE ACABAS DE DECIR A ESA MUJER, KEVIN?". Y cuando él se disponía a repetir su mensaje ella explotó: "¡¿Qué cojones, Kevin?! ¡No tenía ni idea de que te había educado así, Kevin! ¡No te voy a hablar hasta que te disculpes! ¡Te di el pecho hasta que tenías 18 jodidos meses, Kevin!"
Y él le respondió "¡Pero nunca me habías contado esto, mamá!" Y la madre explotó de nuevo: "¡¿Y por qué teníamos que haber hablado de ello? ¡Es jodidamente normal, Kevin!".
En ese momento Kevin se disculpó por su intromisión y volvió junto a su madre... Quince minutos después ella seguía sin hablarle, y la mamá lactante decidió compartir lo que acababa de vivir añadiendo, al final, que hasta se sentía mal por lo que le acababa de pasar a Kevin, entre risas y sorpresa.
Pregúntale a tu madre... o piensa que una vez, también fuiste un bebé
Pues eso, la moraleja de esta historia es que antes de meterte en los asuntos de los demás, antes de decirle a una mujer que ese no es el lugar adecuado para amamantar, antes de decirle a un bebé que no puede comer o calmarse allí donde lo necesite, le preguntes a tu madre por cuánto tiempo te amamantó. Porque quizás te sorprendas y veas que no tienes autoridad moral para decirle nada a nadie.
Y si no es el caso, si tu madre te dice que apenas te dio pecho, o que ni siquiera te lo dio, piensa entonces que hubo un tiempo en el que fuiste bebé. Una época de tu vida que no recuerdas en que llorabas si no tenías lo que necesitabas: si el biberón tardaba en llegar, si el chupete no estaba a tu alcance, si tus padres no podían cogerte en brazos porque estaban ocupados, o si no lo hacían porque alguien pensó que era buena idea explicarles que eso de coger a los niños que lloran no es buena idea.
Lloraste, sufriste, te sentiste solo en más de una ocasión y muy probablemente tu madre hizo lo posible y lo imposible por calmarte incluso cuando otras personas le decían que lo hiciera de otro modo. Piensa en ello, y no seas "esas otras personas". No seas Kevin.
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