Las recomendaciones de dar leche materna exclusiva a los bebés hasta los seis meses parece que ya la va teniendo clara todo el mundo, madres, padres, familiares y profesionales de la salud (o eso espero). La recomendación de, una vez el bebé tiene seis meses, seguir mamando, parece que también se va extendiendo, y pronto quedarán lejos aquellos años en que a las madres se les decía que dejaran de amamantar porque lo que les salía era aguachirri y que empezaran a dar leche artificial.
Los motivos de seguir dando el pecho una vez el bebé tiene seis meses son diversos, ya sabéis, las células inmunitarias de la leche materna que pasan al bebé, es el alimento más nutritivo de cuantos puede tomar, contiene las sustancias que hacen que el cerebro del bebé se desarrolle correctamente y un largo etcétera, y un estudio reciente demuestra que además de todo ello, si se ofrecen nuevos alimentos cuando el bebé está tomando pecho es más difícil que se produzcan alergias.
Algo similar se vio ya con el gluten
Hace unos años se empezaba a ofrecer el gluten a partir de los 7-8 meses, pues se consideraba que así el riesgo de padecer celiaquía era menor. Sin embargo, nuevos estudios demostraron que lo ideal era precisamente lo contrario, ofrecerlo antes de los siete meses, en pocas cantidades cada día y hacerlo mientras el bebé aún mamaba. De este modo las probabilidades de ser celíaco más adelante se disminuyen hasta en un 60%.
Datos del estudio
El estudio que hoy os comento fue realizado con 41 niños de dos años que padecían alergias alimentarias. Los investigadores compararon su dieta con la de 82 niños de la misma edad sin alergia alguna.
Observaron que los niños con alergias a los alimentos habían empezado a comer sólidos hacia las 16 semanas de vida o incluso antes, mientras que los niños del grupo control lo habían hecho en una semana posterior a la 17. Además, los niños con alergias tomaban menos leche materna cuando se introdujeron alimentos que contenían cualquier forma de proteína de leche de vaca, que se encuentra en la leche artificial pero también en algunos alimentos procesados.
De este modo establecieron que un bebé menor de 17 semanas no debería probar ningún alimento que no fuera leche materna (obviamente, si toma leche artificial no hay más opción), que de hecho es algo que ya se suele hacer en nuestro país porque hasta los cuatro meses (17,14 semanas) nadie suele dar nada a los bebés. Esto, obviamente, no quiere decir que los bebés tengan que empezar a comer a esa edad. La recomendación de empezar a comer sólidos (y con sólidos me refiero a toda comida que no sea leche) es para todos los bebés igual: a partir de los seis meses.
El por qué la lactancia materna ayuda a proteger a los niños de padecer alergias alimentarias es algo que los investigadores no pueden explicar, pues aún no se sabe cuál es la relación entre una cosa y otra. Según comentan, es posible que los factores inmunológicos de la leche materna, las defensas que contiene, puedan ayudar a educar al sistema inmunitario del bebé en presencia de los nuevos alimentos, para que los acepte mejor y para que el cuerpo no reaccione contra ellos.
En palabras de Kate Grimshaw, autora del estudio y especialista en alergias de la Universidad de Southampton:
Mi teoría es que si los alérgenos de los alimentos, que son las cosas a los que los bebés en realidad se hacen alérgicos, no aparecen al mismo tiempo que la leche materna, la leche materna no puede educar al sistema inmunitario.
Recomendaciones finales
Las recomendaciones entonces no cambian ni un ápice: se recomienda alimentar a los bebés con leche materna de manera exclusiva hasta los seis meses de edad. En ese momento empezar a ofrecer nuevos alimentos a los bebés, lo que conocemos como alimentación complementaria, para que empiecen a probar nuevos sabores, nuevas texturas y nuevos alimentos y así se complemente su dieta. Mientras tanto continuar con la leche materna a demanda hasta el año de vida.
Cuando el bebé cumple un año la leche materna pasa a ser un alimento más, otorgando más importancia a ofrecer una dieta variada y equilibrada, la de los adultos, ya que a esa edad pueden comer prácticamente lo mismo que los mayores (quitando el marisco, por ser muy alergénico y todo lo que sea pequeño y duro por el riesgo de atragantamiento).
O sea, que en definitiva, el estudio no cambia nada de lo actual, pero es que ni falta que hace. Lo que ganamos es una causa más para explicar por qué el bebé debe seguir tomando pecho cuando tiene seis meses, edad en que muchos dejaban de hacerlo por recomendación médica.
Vía | Medline Plus, Estudio en Pubmed Foto | coatl28 en Flickr En Bebés y más | Los probióticos durante el embarazo y la lactancia reducirían el riesgo de eccema en el bebé, Introducir la leche de vaca de forma progresiva podría evitar la reacción alérgica, Alergias en los bebés: Alergias alimentarias (I) y (II)