Vamos a hablar de amor y relaciones. Imagina que, después de veinte años de relación de pareja, una mujer de 45 años ha acumulado una gran sabiduría sobre lo que hace que una relación funcione y lo que no.
A lo largo de estas dos décadas, ella y su pareja han enfrentado situaciones difíciles, pero también han disfrutado de momentos de alegría, lo que les ha permitido entenderse y crecer juntos.
Este artículo recoge las lecciones más importantes que ha aprendido sobre el amor y la convivencia, desde la perspectiva de alguien que ha vivido y reflexionado sobre su experiencia.
1) Cuidar la comunicación: hablaros desde el amor
La comunicación es clave en cualquier relación, pero después de veinte años, se vuelve evidente que no se trata solo de hablar, sino de cómo se habla. Es importante crear un espacio seguro donde ambos podáis expresar vuestros pensamientos y sentimientos sin miedo a sentiros juzgados.
Esto significa escuchar activamente, sin interrumpir, y validar las emociones del otro. La comunicación no violenta, que se centra en expresar necesidades y sentimientos en lugar de acusar o criticar, puede transformar la manera en que las parejas gestionan los conflictos.
2) Respetar la individualidad y el espacio del otro: no sóis un pack
Uno de los mayores errores que las parejas pueden cometer es perderse a sí mismos en la relación. Mantener una identidad propia y respetar la del otro es vital. Esto implica apoyar los intereses, hobbies y amistades individuales de cada uno. No hace falta que vayáis juntos a todos lados.
Y es que dar espacio para que ambos crezcáis como personas fortalece la relación, ya que se evita la sensación de asfixia y se fomenta un entorno de apoyo mutuo.
3) Comprometeros y sed flexibles
El compromiso es una palabra clave en una relación duradera. Sin embargo, este compromiso debe ser equilibrado con la flexibilidad. Es esencial estar dispuesto a hacer concesiones y adaptarse a las circunstancias cambiantes.
La rigidez puede llevar a la frustración y el resentimiento, mientras que la capacidad de ceder y encontrar soluciones mutuamente satisfactorias puede mantener la relación sana y dinámica.
4) Afrontar y resolver los conflictos de forma sana
Los conflictos son inevitables, pero la manera en que se gestionan puede determinar el destino de la relación. Así, es importante aprender a resolver desacuerdos de manera constructiva, sin recurrir a ataques personales o a comportamientos destructivos.
Otros tips que pueden ayudaros; establecer reglas básicas para las discusiones, como evitar los insultos, y centrarse en el problema y no en la persona.
5) No olvidéis el tiempo de calidad
La vida moderna puede ser agitada y estresante, pero encontrar tiempo para la pareja es indispensable. Y no se trata de la cantidad de tiempo, sino de la calidad.
Momentos sencillos como una cena tranquila, un paseo juntos, o simplemente hablar antes de dormir, pueden hacer más fuerte el vínculo. Estos momentos de conexión ayudan a recordar por qué os elegisteis el uno al otro y a mantener viva la chispa del amor.
6) Sed agradecidos y expresarlo
Con el tiempo, es fácil dar por sentado al otro y olvidar expresar aprecio. Sin embargo, reconocer y agradecer los esfuerzos y cualidades de la pareja puede reforzar la relación.
Gestos simples como decir "gracias" o hacer un cumplido pueden tener un gran impacto. La gratitud crea un ambiente positivo y os puede ayudar a ambos a sentiros valorados y amados.
7) Cuidar la intimidad y la conexión
La intimidad física es una parte importante de una relación romántica. Mantener una conexión física, ya sea a través de abrazos, besos o momentos íntimos, ayuda a mantener la cercanía emocional. Y recuerda que la intimidad no solo se refiere a lo sexual, sino también a pequeños gestos de afecto que demuestran cariño y atención.
8) Apoyaros en momentos difíciles
La vida está llena de situaciones no siempre fáciles, y tener a alguien en quien confiar puede marcar la diferencia. Apoyarse mutuamente en tiempos difíciles, ya sea durante una enfermedad, problemas laborales o pérdidas personales, fortalece el vínculo.
Saber que se tiene a alguien que estará ahí, sin importar las circunstancias, crea una base sólida de confianza y seguridad.
9) Abriros a la nueva versión del otro
Finalmente, debéis aceptar que los dos evolucionaréis con el tiempo y que estáis dispuestos a crecer juntos. La relación debe ser un espacio donde ambos podáis desarrollaros y cambiar, adaptándoos a las nuevas versiones de vosotros mismos.
¿Qué implica esto? Por ejemplo, estar abiertos a nuevas experiencias y retos, y trabajar juntos para construir una vida en común que refleje las aspiraciones y valores compartidos.
Foto | Portada (Película Nuestra última aventura, 2017)