Adolescentes adictos a las apuestas online: cómo prevenir la ludopatía digital

Las apuestas (sobre todo las apuestas deportivas), tanto presenciales como online, son cada vez más frecuentes entre los más jóvenes, y es un tema delicado que conviene prevenir y abordar.

En 2021, el 41,2% de los chicos entre 14 y 18 años jugó dinero de manera presencial, en los últimos 12 meses, a apuestas deportivas (vs. un 11,8% de las chicas). Por otro lado, el 9,4% jugó dinero online en general, según la encuesta ESTUDES del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones.

En este artículo hablamos de un factor que propicia este tipo de conductas, reflexionamos sobre estas cifras y el riesgo de empezar con este tipo de conductas tan jóvenes y ofrecemos algunas pautas para trabajar este tema con nuestros hijos.

Tipsters o pronosticadores de apuestas deportivas

Entre las apuestas online, una de las más extendidas son las apuestas deportivas. Apuestas que, además, se han puesto de moda de la mano de jóvenes llamados "tipsters", que se hacen llamar expertos en la pronosticación de apuestas deportivas, y que se dedican a predecir los resultados de las competiciones.

Los tipsters (que suelen tener muchos seguidores) crean canales a través de Telegram u otras vías para que los jóvenes (cada vez más jóvenes) se apunten, mediante una cuota mensual, y sigan sus pronósticos deportivos para ganar dinero. Conviene decir que, muchos de estos "influencers deportivos" están vinculados con las casas de apuestas.

Los tipsters crean canales a través de Telegram u otras vías para que los jóvenes (cada vez más jóvenes) se apunten, mediante una cuota mensual, y sigan sus pronósticos deportivos para ganar dinero.

Es muy importante detectarlos y evitar que nuestros hijos se involucren en este tipo de "negocios" y de personas que les prometen dinero fácil y rápido (porque, además, nada más lejos de la realidad).

Los juegos en los que invierten más horas los jóvenes (online y presencial)

Pero los jóvenes no realizan solo apuestas deportivas. Además, apuestan tanto presencialmente como de forma online. Como decíamos en la introducción, en 2021, el 9,4% de los jóvenes entre 14 y 18 años jugó dinero online (en general). La mayoría son chicos (15% vs. un 3,8% de las chicas).

Según el mismo informe, los juegos online preferidos por los estudiantes siguen siendo, como otros años, los videojuegos, las apuestas deportivas y los deportes electrónicos (eSports), tanto en chicos como en chicas.

Por otro lado, a nivel presencial, en 2021 el 41,2% de los chicos entre 14 y 18 años jugó dinero de manera presencial, en los últimos 12 meses, a apuestas deportivas (vs. un 11,8% de las chicas), siendo el segundo tipo de juego más jugado por los chicos (el primero son las loterías, primitivas y bonoloto). En el caso de las chicas, también juegan más a las loterías (58,5%), pero en segundo lugar al bingo (un 44,3%).

En 2021, el 41,2% de los chicos entre 14 y 18 años jugó dinero de manera presencial, en los últimos 12 meses, a apuestas deportivas (vs. un 11,8% de las chicas).

El riesgo de seguir jugando: el juego patológico

Con este tipo de conductas sin supervisión, los jóvenes caen en el riesgo de desarrollar un juego patológico o ludopatía, que es aquella dificultad para controlar los impulsos de seguir jugando y apostando, a pesar de los daños y las pérdidas producidas.

De hecho, según el citado informe, el 3,4% de los alumnos de 14 a 18 años serían candidatos en presentar un posible juego problemático. Otro estudio del 2021, realizado con chicos más mayores (universitarios), encontró que un 4,3% de los participantes eran jugadores patológicos; un 3,9% eran jugadores problema y un 21,8% jugadores sociales o de riesgo medio.

Y es que los juegos de azar y las apuestas pueden promover este tipo de adicción al juego, ya que, aunque tengan un riesgo inherente, también conllevan una posible recompensa. La adicción se basa en ese refuerzo intermitente que tanto engancha.

Este patrón de refuerzo se basa en lo siguiente: a veces (la mayoría) el juego hace perder al jugador, y otras, le hace ganar. Pero la posibilidad de ganar es lo que engancha, ese esperar a que ocurra.

  • Otros riesgos de seguir jugando

Sin embargo, el juego patológico no es el único riesgo que conlleva este tipo de conductas. A este se le suman; irritabilidad, problemas de sueño, depresión, ansiedad, malestar, aislamiento, problemas con el dinero, mentir a los padres, problemas en casa...

Cómo actuar como padres

Es muy importante ayudar a nuestros hijos a desarrollar un sentido crítico de las cosas para evitar caer en este tipo de comportamientos adictivos (y sus posibles consecuencias). Es normal que tengan curiosidad por probar cosas nuevas, pero hay un montón de actividades más sanas y nutritivas que las apuestas.

Conviene actuar poniéndonos en su piel y entendiendo esta necesidad de buscar sensaciones nuevas, pero ayudándoles a ser críticos y a escoger actividades potencialmente menos adictivas (y sobre todo, más saludables y que no impliquen ese juego con el dinero).

Por otro lado, no olvidemos observar y supervisar el uso que hacen del teléfono móvil e internet, atendiendo a posibles señales de alerta a una adicción a las nuevas tecnologías.

Finalmente, fomentar la confianza mutua nos puede acercar a tener conversaciones con ellos basadas en el diálogo; un diálogo que les permita hablar sin tabúes sobre este tema y resolver sus dudas en caso de tenerlas.

Foto | Portada (Freepik)


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