El panorama europeo está revuelto. Por un lado, en España se elimina el cheque bebé, en el Reino Unido también se cancelan las ayudas por nacimiento o adopción, mientras que en Italia se otorga una ayuda a las embarazadas que deciden no abortar.
Es una ayuda de 4.500 euros, a cobrar 250 euros durante 18 meses, para que las mujeres de la región lombarda que pretenden abortar no lo hagan.
El plan ha sido lanzado por el partido conservador que gobierna la región con el objetivo de reducir las tasas de aborto entre las mujeres, pero ¿dar dinero a cambio de renunciar al aborto es la solución?
No lo creo. Si bien me parece acertado que se le plantee a la embarazada una alternativa para que siga adelante con su embarazo en lugar de abortar, hay muchas otras cosas detrás que también deberían tenerse en cuenta.
La cifra es una ayuda, pero desde luego no soluciona la vida del niño. Por otra parte, la decisión de abortar no sólo es cuestión de dinero. Desde luego, es una situación muy personal, que cada cual evaluará y sopesará si el dinero realmente le convence o no para renunciar al aborto.
Las futuras mamás que quieran beneficiarse de esta ayuda tendrán que presentar una solicitud de aborto motivado por problemas económicos en un hospital o un consultorio familiar. Los trabajadores de estos centros entrevistarán a la solicitante y serán los encargados de presentarle la nueva ayuda.
Surge a raíz de esto otra cuestión que desvirtúa el objetivo principal. Cómo diferenciar quiénes realmente deciden seguir adelante con el embarazo y cuáles fingen para cobrar la ayuda.
Y tú, ¿qué opinas sobre estas ayudas en Italia para las embarazadas que deciden no abortar?
Vía | La Razón
Foto | © PhotoXpress.com, reproducida con autorización.
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