"Necesito 30 segundos de vuestra atención. Este es mi hermano Alejandro y esta es su realidad. Todos los años sufre reiterados ataques ansiedad debido a los petardos, estamos intentando concienciar sobre el daño que producen en personas que padecen TEA."
Estas son las palabras de Irene Cabrera cuando sube, en su cuenta de Twitter, un vídeo donde aparece entre sollozos su hermano Alejandro, con un trastorno del espectro del autismo, donde se muestra muy agobiado e inquieto por el ruido de los petardos que se escuchan durante estas fechas navideñas.
Un vídeo para concienciar sobre el autismo
En el vídeo se ve cómo la familia intenta calmar a Alejandro, mientras come, a través de las palabras, de darle agua... pero él lo pasa relamente mal.
Irene sube el vídeo con el objetivo de concienciar a la gente sobre el daño que produce el ruido de los petardos para los niños con TEA, y visibilizar todo lo mal que lo pasan debido a su hipersensibilidad sensorial.
Así lo explica Irene:
"Muchas de las personas con TEA presentan una característica llamada hipersensibilidad sensorial, esto deriva a que no perciban los estímulos auditivos como nosotros, provocando este tipo de reacción ante ruidos de alto impacto."
Hipersensibilidad sensorial en el TEA
La hipersensibilidad sensorial en el TEA es una característica que tienen algunos de estos niños (y adultos) y que significa que algunas de estas personas perciben de forma especial los estímulos sensoriales del entorno.
Según el Diario de Sevilla, cerca del 40% de los niños con autismo tiene alguna anormalidad de sensibilidad sensorial.
Esto hace que perciban los estímulos de forma mucho más intensa a lo que son realmente, causándoles una respuesta adversa como agobio, miedo, malestar, nerviosismo... (aunque en ocasiones también pueden ser respuestas de excesivo interés en oler o tocar, fascinación visual por las luces o los objetos que giran, etc.).
Esta hipersensibilidad se aplica a cualquier tipo de estímulo sensorial (auditivo, como los ruidos; visual, como las luces de colores; táctil, como los tejidos de la ropa sobre el cuerpo, etc.).
Sin embargo, también pueden presentar la característica opuesta, que es la hiposensibilidad sensorial (sentir o percibir con menos intensidad los estímulos). Por ejemplo, indiferencia aparente al dolor o a la temperatura.
¿Qué podemos hacer ante los petardos o ruidos fuertes?
Tal vez lo ideal sería que la gente tuviera más respeto por estas personas y se prohibieran los petardos, pero esto es difícil que ocurra. Por ello, podemos intentar aplicar algunas estrategias con los niños con TEA e hipersensibilidad a los ruidos fuertes u otros estímulos, como por ejemplo:
- Anticiparles de forma visual y verbal (los pictogramas y las imágenes pueden ayudar) las situaciones a las que se van a enfrentar a lo largo del día en el que se tirarán petardos.
- Ofrecerles cascos o tapones para salir a la calle (o estar en casa) con ellos puestos; esto reducirá en gran medida la intensidad a ciertos estímulos auditivos como los petardos.
- Mostrarnos disponibles para calmarlos, darles afecto y seguridad y distraerlos.
- Utilizar recursos que les tranquilicen y relajen; exercicios o juegos de respiración, juguetes anti-estrés, un peluche, etc.
- Ponerles algún vídeo de sonidos de petardos o similares con el volumen bajo e irlo aumentando progresivamente, siempre que ellos se muestren tranquilos, para favorecer la habituación sensorial.
- Vestirlos con prendas interiores ajustadas para que les proporcionen cierta presión corporal, lo que les puede ayudar a bajar su nivel de estrés.
Foto portada | Twitter @ireecabreraa