Una de las piedras filosofales para mantener una buena salud es seguir una dieta balanceada. Sin embargo, cuando nos interesa ganar masa muscular a través de la práctica de deporte, es fundamental prestar atención al consumo de proteínas.
Además de las fuentes más conocidas (especialmente de origen animal), existen muchas otras a las que es muy fácil acceder gracias a supermercados como Mercadona. Pensando en los buenos propósitos para este Año Nuevo, os contamos cuáles son los que tienen mejor relación entre cantidad de proteínas, calorías y valoración Nutriscore que podemos encontrar en su lineal.
Los mejores productos de Mercadona altos en proteína
Para nadie es un secreto que Mercadona se ha convertido en un supermercado que marca tendencia en lo que a alimentación se refiere: ha pasado de copiar formatos a través de su marca blanca, "Hacendado", a crear productos para todos los gustos y necesidades, incluyendo aquellos muy específicos que consume un cierto público focalizado.
El caso de los alimentos ricos en proteína no es la excepción. Aquellos productos que se encontraban de forma exclusiva en tiendas gourmet, ya se encuentran en sus lineales fijos, tal como la soja texturizada o el seitán.
Precisamente hablando de este tema, hemos encontrado un análisis muy interesante hecho por @victorianoi sobre los alimentos de este supermecado con mejor relación de proteínas, menos calóricos y más sanos:
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De este análisis ha obtenido una lista de productos con Nutriscore A con más cantidad de proteínas por cada 100 gr, en el que también incluye la cantidad de calorías por esa misma proporción:
La soja texturizada se corona así como el producto con más cantidad de proteínas y menos calorías, doblando por ejemplo los valores positivos de las lentejas y manteniendo las kcal.
Para quienes no estéis familiarizados con este producto, se elabora con la harina de soja que se obtiene del residuo sólido que queda después de desgrasar las habas. Esta se somete a un proceso de extrusión, es decir, una serie de procesos, alta temperatura, presión, texturización y deshidratación, que dan como resultado un producto de aspecto y textura similar a trozos de pan seco, con el cual se pueden elaborar una gran cantidad de recetas deliciosas, y obviamente, ricas en proteína.
Estos resultados también muestran que alimentos que consumimos con normalidad como el pollo, pavo, lentejas, los cacahuetes y otros frutos secos tienen una mejor relación proteínas/kcalorías, aunque es importante tener en cuenta las calorías que contienen cuando se trata de productos procesados (como es el caso de la crema de cacahuete).
Otra lectura interesante de este ejercicio es que al tener en cuenta la variable Nutriscore, hay productos que se quedan por fuera a pesar de tener una muy buena relación entre proteína y calorías, como es el caso del jamón serrano (que Nutriscore califica con una D por su alto contenido en sal):
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Ese es uno de los motivos por los cuales es importante aprender a leer etiquetas, ya que Nutriscore es un método "incompleto" para saber en realidad cuál es el valor nutricional de un alimento, tal y como apunta el nutricionista Juan Revenga.
¿Cuanta proteína debemos consumir a diario?
Segun un estudio realizado publicado en el Journal of the International Society of Sports Nutrition, para desarrollar masa muscular y mantenerla, es suficiente una ingesta diaria total de proteínas de 1,4 a 2,0 g por kg de peso corporal/día (g/kg/d) para la mayoría de las personas que hacen ejercicio, e incluso afirman que existen evidencias que sugieren que una mayor ingesta de proteínas (>3,0 g/kg/d) puede tener efectos positivos sobre la composición corporal en individuos entrenados en resistencia (es decir, que su consumo promueve la pérdida de masa grasa).
Incluso para quienes no somos deportistas, es importante mantener un balance entre el entrenamiento de fuerza y consumir un nivel apropiado de proteínas, ya que esto tiene muchos beneficios no solo a nivel muscular, sino también para mantener los huesos fuertes.
No cabe duda que este tipo de análisis nos ayudan a entender como podemos tener una alimentación más saludable, a elegir mejor cuando hacemos la compra e incluso a tener un punto de vista más crítico ante los reclamos publicitarios.
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