Tomamos decisiones cada día, constantemente. Desde decisiones cotidianas, sencillas, hasta decisiones más trascendentales. A veces, dudamos, y es normal. Y otras veces, la presión y el miedo a equivocarnos pueden paralizarnos, impidiéndonos avanzar. ¿Estaré tomando la decisión correcta? Pero... ¿Cuál es la decisión 'correcta'?
Hay una técnica sencilla que nos puede ayudar a tomar decisiones de forma más clara y consciente, y es el método 10-10-10. Te contamos en qué consiste a través de ejemplos prácticos y cómo aplicarla eficazmente para escoger la mejor opción.
¿Qué es el método 10-10-10?
El método 10-10-10, desarrollado por la autora y empresaria Suzy Welch, es una técnica sencilla que te ayuda a evaluar las consecuencias de tus decisiones en tres marcos temporales diferentes: 10 minutos, 10 meses y 10 años.
La idea es considerar cómo te sentirás con la decisión a corto, medio y largo plazo. Este enfoque te permite despejar la niebla emocional del momento y obtener una perspectiva más equilibrada y objetiva. Vayamos con un ejemplo práctico para ver mejor cómo funciona.
Ejemplo práctico
Imagina que estás considerando cambiar de trabajo. La oferta es tentadora, y te motiva, pero también te da miedo dejar tu puesto actual, salir de la zona de confort, enfrentar un nuevo reto... Utilizando el método 10-10-10, te preguntarías:
- ¿Cómo me sentiré con esta decisión en 10 minutos?
- ¿Cómo me sentiré con esta decisión en 10 meses?
- ¿Cómo me sentiré con esta decisión en 10 años?
Se trata de visualizar, con el mayor detalle posible, estos tres escenarios temporales, y ver cómo nos sentimos en cada uno de ellos. Y valorar hacia dónde nos llevan esos sentimientos, ¿hacia qué decisión?
¿Cómo funciona el método 10-10-10?
Paso 1: Identifica la decisión
El primer paso es identificar claramente la decisión que necesitas tomar (de la forma más concreta posible). Puede ser cualquier cosa, desde una gran decisión de vida como cambiar de carrera, hasta decisiones más cotidianas como si debes aceptar una invitación social.
Paso 2: Considera el impacto a corto plazo (10 minutos)
Ahora, piensa en cómo te sentirás inmediatamente después de tomar la decisión. Este es el impacto emocional inicial, que a menudo está lleno de ansiedad, emoción o alivio. Es importante reconocer estos sentimientos, identificarlos, pero no dejar que dominen toda tu evaluación.
- Ejemplo
Siguiendo con el ejemplo planteado anteriormente, si decides aceptar la nueva oferta de trabajo, en los primeros 10 minutos podrías sentir una mezcla de emoción y nerviosismo. La emoción por la oportunidad y el nerviosismo por los cambios que vendrán.
Paso 3: Considera el impacto a medio plazo (10 meses)
Reflexiona sobre cómo te afectará esta decisión dentro de los próximos 10 meses. Aquí, estás evaluando las implicaciones a medio plazo, como la adaptación a nuevos entornos, el desarrollo de nuevas habilidades o los cambios en tu rutina diaria.
- Ejemplo
Después de 10 meses en el nuevo trabajo, podrías haberte adaptado a la nueva cultura laboral, haber aprendido nuevas habilidades y posiblemente estar disfrutando de un mejor salario o más responsabilidades. Sin embargo, también podrías estar lidiando con el estrés de un entorno desconocido y las demandas del nuevo puesto.
Paso 4: Considera el impacto a largo plazo (10 años)
Finalmente, piensa en cómo te afectará esta decisión dentro de 10 años. Esta perspectiva a largo plazo te ayuda a considerar si la decisión está alineada con tus valores y metas a largo plazo. Pregúntate si esta decisión contribuirá a tu crecimiento personal y profesional y si estarás satisfecho con ella en el futuro.
- Ejemplo
Dentro de 10 años, ese cambio de trabajo podría haberte llevado a nuevas oportunidades, una mayor estabilidad económica y un crecimiento profesional importante. O, por otro lado, podrías darte cuenta de que esa decisión te alejó de tus verdaderos intereses o valores personales.
Aplicando el método 10-10-10 en la vida cotidiana
Recuerda que el método 10-10-10 no se limita a decisiones importantes; también puede ser útil en situaciones cotidianas. Por ejemplo, imagina que estás decidiendo si debes empezar una nueva rutina de ejercicios:
- 10 minutos: Podrías sentirte cansado y desmotivado justo después de un entrenamiento.
- 10 meses: Después de 10 meses, podrías estar en mejor forma, tener más energía y sentirte orgulloso de tu constancia.
- 10 años: Dentro de 10 años, podrías tener una mejor salud general, menos riesgo de enfermedades y una rutina de ejercicio bien establecida.
Otro ejemplo podría ser decidir si debes mudarte a una nueva ciudad:
- 10 minutos: Podrías sentirte ansioso y agobiado por la mudanza.
- 10 meses: Podrías haber hecho nuevos amigos, descubierto nuevos lugares y haberte adaptado a tu nuevo entorno.
- 10 años: Podrías haber encontrado una comunidad con la que te sientes identificado, una vida que encaja con tus valores, estabilidad y nuevas oportunidades de trabajo.
Foto | Portada (Película Estoy pensando en dejarlo, 2020)