Los niños con baja autoestima tienen estos tres comportamientos que son señales de alerta

La autoestima es el pilar sobre el cual se construye la salud emocional de cualquier persona, especialmente en la infancia. Un niño con una autoestima sana tiene la capacidad de enfrentarse a los retos de la vida con resiliencia y optimismo.

No obstante, cuando la autoestima está dañada o es baja, los niños pueden mostrar ciertos comportamientos que revelan una intensa lucha interna. Descubre aquí tres comportamientos específicos que son señales de alarma y cómo puedes abordarlos para acompañar a los niños con respeto y empatía, a través de ejemplos.

1) Evitan nuevas experiencias o 'exponerse'

Mariana, una niña de ocho años, siempre ha sido tímida en clase. Cada vez que el profesor propone una nueva actividad, se esconde detrás de su escritorio o finge estar enferma para evitar participar.

Este comportamiento puede ser una señal clara de baja autoestima. Los niños con baja autoestima a menudo temen el fracaso y la crítica, por lo que prefieren evitar situaciones donde se sientan expuestos.

  • Ejemplo: Piensa en cómo los deportes pueden ser un área de alto estrés para estos niños. En una clase de educación física, mientras otros niños se emocionan por jugar un partido de fútbol, un niño con baja autoestima puede buscar excusas para no participar, temiendo ser el último en ser elegido o fallar delante de sus compañeros.

¿Cómo actuar?

Fomentar un ambiente seguro y de apoyo es clave. Anima a los niños a probar cosas nuevas sin la presión de tener que ser perfectos. Por otro lado, celebrar y reconocer los pequeños logros y el esfuerzo, más que el resultado final, puede ayudarles a construir su confianza. Por ejemplo, si un niño muestra interés en la música, permitirle explorar diferentes instrumentos sin expectativas de que 'sea un crack' o destaque, puede ser positivo.

2) Son muy duros consigo mismos

Tomás, un niño de nueve años, rompe en llanto después de recibir una corrección mínima en sus deberes. Se llama a sí mismo "tonto" e "inútil", a pesar de que sus errores son menores que todas aquellas cosas que se le dan bien.

Este nivel de autocrítica desproporcionada es otro signo alarmante de baja autoestima. Además, los niños que se critican duramente a sí mismos tienden a tener una visión distorsionada de sus habilidades y valor personal.

  • Ejemplo: Imagina a un niño que, tras perder en un juego de mesa, se enfada consigo mismo y dice que es inútil en todo. Este comportamiento afecta su momento presente y va consolidando una percepción negativa que influirá en su vida futura.

¿Cómo actuar?

Es vital ayudar a los niños a desarrollar una voz interna más compasiva, justa y objetiva. Por ello, utiliza el lenguaje positivo y refuerza la idea de que los errores son oportunidades de aprendizaje.

En lugar de simplemente corregir los errores, ayuda a los niños a entender qué pueden aprender de ellos. Practicar la autocompasión junto a ellos, como decirse a sí mismos "estoy aprendiendo" o "lo hice lo mejor que pude", puede ser clave.

3) Buscan siempre la aprobación y validación del entorno

Pedro, un niño de siete años, muestra sus dibujos a sus padres cada vez que termina uno, esperando ansiosamente sus elogios. Si no recibe la respuesta que espera, se siente decepcionado y duda de su habilidad artística.

Aunque es perfectamente natural y humano buscar la aprobación ajena (lo hacemos también de adultos), y esto también nutre nuestra autoestima, hacerlo de forma constante y rígida también puede ser un signo de baja autoestima, ya que en este caso no se confía en el propio juicio y la persona depende totalmente de la validación externa para sentirse valiosa.

  • Ejemplo: Durante una actividad grupal en clase, un niño con baja autoestima puede constantemente preguntar a su profesor si está haciendo las cosas bien, incluso en tareas sencillas. Este niño necesita una aprobación externa continua para sentir que está en el camino correcto.

¿Cómo actuar?

Ayuda a los niños a desarrollar una autovaloración positiva y a confiar en su propio juicio. Promueve la auto-reflexión preguntándoles cómo se sienten respecto a su trabajo o qué piensan de sus logros.

Por ejemplo, si un niño te muestra un dibujo, en lugar de simplemente decir "¡Qué bonito!", puedes decir "¿Qué es lo que más te gusta de tu dibujo?". Esto fomenta que el niño aprenda a valorar sus propios esfuerzos y logros, independientemente de la opinión externa.

Foto | Portada (Película Pequeña miss sunshine, 2006)

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