Recientemente hemos sabido que la firma de ropa H&M ha retirado de la sección infantil de sus tiendas, una chaqueta de punto de niña, por incumplir la normativa española para piezas pequeñas.
La chaqueta tenía bordadas en la parte delantera varias lentejuelas y este diseño, tan típico en muchas de las prendas infantiles, nos ha llevado a preguntarnos cuánta ropa de niños hay actualmente en el mercado incumpliendo esta normativa.
¿Estamos seguros de la ropa que compramos a nuestros hijos?
Si echamos un vistazo a la web de la Agencia española de consumo, seguridad alimentaria y nutrición (AECOSAN) nos sorprenderemos de ver la gran cantidad de prendas infantiles que se han retirado del mercado por suponer un riesgo para la salud de los más pequeños.
Ropa interior, calcetines, bañadores, chaquetas, abrigos, vestidos, camisas, peleles de bebé, disfraces...Se cuentan por cientos las prendas y calzado de niños de diferentes marcas que han sido retiradas del mercado y prohibida su comercialización.
Entre algunas de las lesiones que pueden provocar estas prendas estan:
Las ocasionadas por estrangulamiento debido a la presencia de cordones en el cuello, de extremos libres o de una mayor longitud de la permitida
El riesgo de asfixia que supone la presencia de botones, lentejuelas o cualquier otro elemento decorativo que el niño pueda desprender fácilmente y llevarse a la boca (este sería el caso de la chaqueta de H&M del que hablábamos al inicio)
Lesiones ocasionadas por cordeles, lazos o cinturones que incumplan la normativa
¿Qué requisitos debe cumplir una prenda infantil?
Llegados a este punto, no está de más repasar los requisitos que deberían cumplir las prendas infantiles para ser consideradas seguras. Según el Portal del Consumidor de la Comunidad de Madrid, la ropa destinada a vestir a los más pequeños:
No debe estar diseñada con cordeles ni cordones funcionales o decorativos en la capucha o en la zona del cuello, por el posible riesgo de estrangulamiento
Si se trata de un pantalón de chándal, debe tener asegurados los cordones, de forma que el niño no pueda extraerlos y enredarse con ellos. Por el mismo motivo, no deben exceder de una longitud máxima
La prenda no tiene que llevar adornos o elementos que puedan desprenderse y convertirse en piezas pequeñas que el niño podría llevarse a la boca produciéndole un atragantamiento
Si la prenda es para un bebé y lleva cremallera, ésta no debe rozar con el cuello o la barbilla del niño, pues podría lastimarle
Y en cuanto a la composición, tanto de las prendas de vestir como del calzado, deberá ajustarse siempre a la realidad, quedando prohibida la utilización de inscripciones, diseños o menciones que hagan pensar en una fibra determinada si el producto no contiene al menos un 85% de ese material.
¿Es segura la vestimenta que llevan? ¿Nos hemos parado alguna vez a comprobar si los botones o adornos que llevan pueden soltarse con facilidad? ¿Y las cuerdas y cordones están debidamente sujetos? A mí, desde luego, me ha dado mucho que pensar...