Siete comportamientos de los padres que tienen un vínculo distante con sus hijos adultos. Lo hacen sin darse cuenta

La relación entre padres e hijos es una que va evolucionando conforme alcanzamos diversas etapas de la vida. Mientras que cuando somos niños nuestro mundo gira alrededor de nuestros padres, cuando somos adultos la relación suele ser más independiente.

Sin embargo, "independiente" no es lo mismo que "distante" o "ausente", y desafortunadamente hay dinámicas entre padres e hijos adultos que se convierten en lo segundo - y que es importante rectificar, si notamos que hemos caído en ello.

Estos son siete comportamientos de los padres que tienen un vínculo distante con sus hijos adultos, y que quizás algunos hacen sin darse cuenta.

1) Falta de disponibilidad emocional

Ser padres no solo es estar físicamente presentes, también es importante estarlo a nivel emocional. Esto incluye ser empático con la otra persona, así como escucharle atentamente y hacer lo posible por comprender sus emociones.

Cuando un padre o madre no tiene disponibilidad emocional hacia sus hijos adultos, se presenta una desconexión entre ambos y los hijos pueden sentir que no son escuchados por sus padres o que no pueden compartir con ellos sus sentimientos, pensamientos o problemas.

2) Intentar resolver o arreglarlo todo

Muchas veces, pensando que estamos ayudando a las personas que queremos, cometemos el error de intentar "rescatarles" o ayudarles al hacer las cosas por ellos. Algo similar a lo que comentábamos sobre los padres mayordomo, que intentan resolver todos los problemas de sus hijos.

Pero más que ayudar, esto no solamente no beneficia la autonomía de los hijos: también puede crear un distanciamiento emocional, pues en lugar de solo escucharle y apoyarle (que probablemente es lo que en realidad necesita), no les damos oportunidad de resolver las cosas por ellos mismos y minimizamos sus capacidades como adultos.

3) Sobrepasar los límites

Hay una línea delgada entre estar involucrado en la vida de los hijos cuando ya son mayores y sobrepasar los límites. A diferencia de la infancia, donde los hijos sí que necesitan que los padres se involucren en todo lo relacionado con su vida, cuando los hijos se vuelven adultos es necesario respetar su espacio.

Sin embargo, los padres emocionalmente distantes a menudo cruzan este límite sin darse cuenta, haciendo cosas como dando consejos no solicitados, entrometiéndose en su vida privada (personal, de pareja, con sus nietos...) y tomando decisiones por ellos en lugar de dejarles que lo hagan por ellos mismos.

Este tipo de intrusiones no solo puede afectar el crecimiento personal de los hijos adultos, sino que también tensa la relación entre padres e hijos. Tener límites saludables es esencial para una buena relación, especialmente ésta.

4) No reconocer sus logros

Ya hemos hablado de la importancia de reconocer los logros de los hijos en la infancia, pero esto no es algo que termine al llegar la vida adulta. Como hijos, las palabras de aliento y de reconocimiento por parte de los padres es algo que probablemente siempre necesitemos. ¿Quién no se siente bien cuando alguien reconoce lo que ha hecho?

En cambio, no tener esos reconocimientos por nuestros logros en la vida adulta -sea un ascenso en el trabajo o un hito personal- puede hacer que los hijos no se sientan valorados por sus padres. En consecuencia, los hijos dejan de compartir este tipo de cosas con ellos y, eventualmente, la relación se vuelve distante.

5) Aferrarse a errores del pasado

Foto | Freepik

Nadie es perfecto y todos cometemos errores: es parte de nuestro crecimiento como personas, pues es la manera en la que aprendemos y nos adaptamos a los retos que aparecen en nuestro camino. Así como cometimos errores siendo padres, los hijos también cometerán los suyos.

Pero además de apoyarles y estar para ellos si lo necesitan, es importante no aferrarse a sus errores y traerlos a colación - incluso si pensamos que los repetirán. Recordemos que nadie escarmienta en cabeza ajena, y remarcar las cosas del pasado puede hacer que los demás se sientan juzgados.

6) No expresar amor y afecto

Las expresiones de cariño son esenciales en cualquier relación, y el hecho de que los hijos crezcan no significa que dejen de necesitar esas muestras de amor y afecto por parte de los padres.

Aunque es evidente que no se deja de amar a los hijos al crecer, no expresar ese amor que se tiene por ellos puede hacer que se sientan alejados o poco valorados. Porque aunque ya no sean bebés, aún necesitan de los abrazos de sus padres y madres.

7) No escuchar activamente

Finalmente, un tema del que ya hemos hablado antes: la escucha activa. Aunque hemos hablado principalmente de su importancia para los niños, escuchar activamente a los demás es algo esencial en una buena relación, y la relación entre padres e hijos adultos no es la excepción.

En el caso de los hijos adultos, escucharles de forma activa implica más que solo oír lo que dicen: también es necesario comprender y responderles, demostrando que lo que están diciendo es valorado, escuchado y respetado. De lo contrario, los hijos adultos pueden quedarse con la impresión de que sus sentimientos y pensamientos no son importantes.

Foto de portada | Padres e hijo en Freepik

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