La que vemos podría ser una foto de familia como la de cualquier pareja con su bebé. Sin embargo, no lo es. Cuesta muchísimo distinguirlo, pero el bebé no es real, es un muñeco reborn. Hoy os traemos la curiosa historia de una pareja británica que, ante la imposibilidad de tener hijos, encontraron una solución a sus deseos de ser padres en el tierno y a la vez inquietante mundo de los bebés reborn.
Al ver descartada la posibilidad de concebir sus propios hijos, Crystal y Terry Duke encargaron un muñeco reborn creado con sus rasgos, por el que pagaron más de 350 euros, y al que tratan y cuidan como si fuera su propio bebé nacido de un parto natural. Viven la experiencia como una paternidad real, haciendo lo mismo que hacen los padres con sus bebés: lo bañan, lo alimentan, lo sacan a pasear, le leen cuentos, y hasta se despiertan por las noches para darle el biberón. Incluso están pensando en darle una hermanita.
Ella está afectada por una rara condición que impide que sus ovarios produzcan óvulos, por tanto perdieron toda esperanza de concebir por vía natural. Tenían todo planeado para ser padres, por eso cuando recibieron la noticia del diagnóstico de Crystal se sintieron devastados. Tampoco tenían posibilidades económicas para la adopción, por lo que su sueño de ser padres se veía incierto.
Ella incluso entró en depresión hasta que su médico le habló de estos muñecos. Les pareció una idea bastante extraña, pero empezaron a averiguar y vieron que eran adquiridos por muchas mujeres que no podían tener hijos. Se les ocurrió entonces encargar un bebé reborn que fue diseñado a imagen y semejanza a partir de una foto de los dos "padres". Aseguran que tiene los ojos de ella y la nariz de él. Exactamente como imaginaron que sería su bebé.
Como no hubo ecografía para dar a conocer la noticia a familiares y amigos, compartieron en las redes una foto del muñeco mientras estaba en proceso de fabricación para anunciar que venía en camino. Pensaron un nombre para él (lo llamaron George), y prepararon una fiesta para recibirlo en casa. A partir de ese momento "me convertí en madre", confiesa ella.
No sólo le brindan los cuidados que recibe un bebé recién nacido, sino que también lo consienten y miman. Tanto es así que en Navidad se gastaron más de 250 euros en regalos para él y lo llevaron en coche a visitar a Papá Noel.
Tampoco se salvan de los despertares nocturnos. Se ponen una alarma para preparar los biberones y dárselos por la noche, para que la experiencia sea aún más realista.
¿Qué son los "bebés reborn"?
Son muñecos hiperrealistas fabricados en silicona que reproducen, casi a la perfección, un bebé recién nacido. Pestañas, pelo, venitas, manchas, uñas, arrugas en la piel y hasta el peso es similar al de un bebé recién nacido. Incluso se les puede añadir características personalizadas, así como mecanismos de respiración o el latido del corazón. Parecen bebés reales. No les falta detalle y cada cual tiene sus propios rasgos característicos.
No son simples juguetes. Pueden cumplir esta función pero también son considerados esculturas, piezas de colección o pueden tener fines terapéuticos para personas que han perdido a sus bebés, residencias de ancianos, terapias para niños con autismo o como la pareja británica, personas que no pueden tener hijos.
Para darle más realismo al asunto, los bebés reborn no se compran, sino que se "adoptan" y son entregados con acta de nacimiento. Los precios varían entre los 200 y 6.000 euros, dependiendo del artista que los confeccione, los materiales utilizados y la calidad final del producto.
Vía | Mirror
Fotos | Ian Vogler Sunday People
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