Las personas con alta sensibilidad (PAS) son aquellas que como su nombre lo dice, tienen alta sensibilidad, un rasgo de la personalidad, que de acuerdo con la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE), está presente en dos de cada diez personas. Hace algunos meses te hablábamos de este rasgo en los niños, que suelen presentar una intensa emocionalidad en determinadas situaciones.
Pero la alta sensibilidad no es algo que aparezca únicamente en la infancia, sino que es un rasgo permanente en la personalidad de cada quién. Por ello ahora hemos reunido los testimonios de 11 mujeres que son PAS y también mamás, quienes nos comparten cómo se vive la maternidad cuando eres altamente sensible.
Soy mamá y tengo alta sensibilidad
Comenzaré compartiendo un poco de mi experiencia personal con la alta sensibilidad. Durante toda mi vida fui una persona tímida y reservada, pero muy perceptiva. Siempre notaba cosas o detalles que otros parecían ignorar, a veces me molestan las multitudes y los sonidos fuertes me ponen ansiosa.
Pero una característica de mi personalidad, es que soy muy emocional. Lloro cuando estoy feliz, cuando estoy triste y también he llorado cuando siento coraje. Lloro al escuchar una pieza de música que me toca el alma y también cuando me identifico con el personaje de alguna película o serie y le veo sufrir. Básicamente, soy lo que muchas personas llaman en México "llorona".
Cuando era niña, mi madre me pedía que no llorara tanto, "te vas a lastimar tus ojitos", me decía. Con el tiempo y al ir creciendo, me di cuenta que no todas las personas eran como yo y sentía que los demás pensaban que yo era demasiado dramática e intensa. Hace poco tiempo, me encontré por primera vez con todo este asunto de la alta sensibilidad, donde descubrí que se caracterizaba por cuatro cosas:
- Percepción sensorial intensa acompañada de una capacidad para captar gran cantidad de matices y detalles del entorno.
- Un exceso de información sensorial que puede producir una saturación física o emocional.
- Procesamiento y pensamiento profundo con tendencia a la reflexión.
- Emocionalidad y empatía.
Básicamente, una persona con alta sensibilidad tiene un sistema neuro-sensorial más desarrollado y perceptivo, por lo que recibe mucha más información sensorial simultánea, en comparación con una persona con sensibilidad media.
Habiendo descubierto todo esto y tratando de entender un poco más sobre este rasgo, ingresé a varios grupos en Facebook de PAS, donde encontré personas que pasaban por las mismas situaciones que yo. Como madre y bloguera, me dio mucha curiosidad saber si otras madres PAS también sentían algunas cosas de la maternidad como yo, por lo que busqué quienes quisieran compartir un poco de su experiencia. Así que ahora te comparto los testimonios de 11 madres que también son personas altamente sensibles.
El descubrimiento de ser PAS
Ahora con el uso de las redes sociales, es más fácil acceder a la información y conocer sobre cualquier tema, pero en el caso de la mayoría de las madres entrevistadas, el descubrimiento de ser PAS llegó tras haber tenido hijos o incluso, tras descubrir que sus hijos lo eran.
Así fue el caso de Cristina, de 38 años y con una hija de seis años:
Lo descubrí gracias a mi hija, el verano pasado ella tenía 5 años y un día comiendo se atragantó un poco con la comida. Ese día decidió dejar de comer, le daba pánico y lo poco que comía era líquido o ayudándose con mucha agua. Decidimos llevarla a una psicóloga infantil para ver qué pautas nos podía dar ya que pasaban los días y seguía igual.
La psicóloga en un momento dado me preguntó si ella era muy sensible, le dije que sí y entonces me dijo: "Los niños altamente sensibles sienten más las emociones y los miedos y se bloquean, necesita su tiempo y superarlo por ella misma", así que al llegar a casa empecé a investigar sobre el tema de la alta sensibilidad. Gracias a ella descubrí que yo también soy PAS.
Por su parte, Aida, también de 38 años y con dos hijos de 6 y 3 años, nos explica que fueron todas las emociones vividas por la maternidad lo que hizo que descubriera este rasgo en ella:
Descubrí que era PAS porque la maternidad revivió en mí esa forma de ser que tenía guardada en mi interior, como una coraza frente al entorno donde las emociones no son tan valoradas como la capacidad cognitiva. En mis hijos veía rasgos muy parecidos a mí y no quería que pasaran por todo lo que he pasado yo y me puse a investigar y a rumiar todo cuanto sentía.
Para Aida, descubrir que era altamente sensible fue "como encontrar un bote salvavidas", pues al igual que muchos PAS, ella desde muy pequeña se sentía diferente a lo que se supone es "normal", notando emociones y sensaciones que no veía en otras personas.
De acuerdo con un estudio de 2014 en el que participó Elaine Aron, la creadora del término "alta sensibilidad" y que comenzó a estudiar este rasgo desde principio de la década de los años noventa, la sensibilidad es algo que podría estar en los genes, por lo que es probable que las mujeres que somos altamente sensibles, tengamos hijos que también lo sean.
La maternidad, un verdadero reto que llega a sobrepasarnos
Algo que ocurre con las personas altamente sensibles, es que ante ciertas situaciones o estímulos del entorno pueden sentirse sobrepasadas y tener la necesidad urgente de aislarse para tratar de recuperar la calma. Nuestra percepción sensorial es tan intensa, que llega a saturarnos de forma física y emocional.
El postparto por ejemplo, una etapa en la que todas las mujeres pasamos por una serie de cambios y adaptaciones enormes, suele ser realmente difícil para las mujeres con alta sensibilidad.
Chiara, de 35 años y con una hija de 8 meses, cuenta que en el postparto lo único que deseaba era estar sola:
Sin duda me he sentido muchas veces sobrepasada y sobrestimulada por las demandas que conlleva tener hijos y muchas veces he sentido la necesidad de aislarme y buscar momentos a solas. Me lo he pasado fatal aguantando las visitas de la familia en las semanas después del parto cuando lo único que quería era estar sola con mi bebé.
En el caso de Ana, de 39 años y madre de dos hijos, su experiencia con el primer niño fue muy gratificante, pero con la llegada del segundo todo se complicó:
Atender a dos demandantes era estresante, iba agotada y no tenía tiempo ni de pensar. Me metía al baño sin prisa para poder respirar un poco y desconectar aunque fueran 5 o 10 min.
Ya no era tan fácil ir a comprar, salir de viaje, visitar a la familia... estar pendiente de dos fierecillas que no se escapen, que no se hagan daño, que no se peleen, que nadie los coja (hay que sumar las paranoias de madre PAS) mucho estrés aunque por suerte con la edad va menguando un pelín.
Cuando hay conflictos entre ellos me baja el nivel de energía a tope como un móvil y tengo que irme a tumbar, o caminar por el césped, escuchar música... desconectar y recuperarme.
Por su parte, Jessica, de 31 años y con una bebé de 21 meses, cuenta que todo el rol de mamá-ama de casa la sobrepasa:
Me he sentido sobrestimulada y a la vez en otros momentos sobrepasada, ya no tanto por las demandas de mi hija, si no por la sobrecarga del rol mamá-ama de casa. He sentido la necesidad de aislarme no por mi bebé sino por mi pareja, ya que aunque me sabe mal decirlo así, pero es como tener dos hijos, una pequeña y uno grande que no razona. La verdad es que no me he sentido cuidada en el post parto, ni valorada como mamá-ama de casa, por los típicos micromachismos.
Las personas con alta sensibilidad muchas veces no son comprendidas y en ocasiones suelen recibir comentarios de otras personas, que sin saber acerca de su emocionalidad, minimizan su sentir, lo que hace aún más difícil todo.
Desde este punto, el ser madre PAS y tener hijos que también lo sean, puede ser algo complicado de entender para otros, como nos cuenta Aida:
Al ser niñas PAS también, tengo que gestionarlas desde la empatía y eso en esta sociedad donde está normalizado el castigo es muy difícil. Te sientes sola en intentar ayudarles a gestionar sus emociones desde otro ángulo, claro que luego acabo agotada. Hay días que necesito estar leyendo un libro o relajándome mientras otro familiar está con ellas. Es lo que llamamos en casa tiempo fuera positivo, además procuramos aplicar pedagogías respetuosas.
Las madres PAS necesitan más tiempo a solas
En otras ocasiones he hablado acerca del tiempo para mamá, un espacio que considero todas las madres debemos darnos para relajarnos y desconectar del estrés y cansancio que vivimos día con día. Pero en el caso de las madres PAS, este tiempo a solas es una verdadera necesidad, y sin él, podemos sentirnos drenadas y sobrepasadas.
Las personas altamente sensibles necesitan tener periódicamente momentos de aislamiento, paz y silencio, algo que no suele ser frecuente cuando tienes niños en casa. Livier, de 39 años y con tres hijos de 14, 12 y 7 años nos habla un poco sobre esto:
Tengo 3 hijos y hasta en las cosas más simples me siento sobreestimulada. Cuando juegan, gritan y hacen mucho ruido me siento abrumada y tengo que alejarme. Me voy a mi cuarto y me encierro, o a veces con las tareas de ellos, más el trabajo, los quehaceres de la casa y tantas cosas me siento totalmente bloqueada.
El tema de los gritos puede ser particularmente difícil para las madres PAS. La infancia es una etapa en la que no faltan esos grititos y mucho ruido de nuestros hijos al momento de jugar, y aunque podamos comprender que es normal en un niño, puede convertirse en algo realmente molesto para una persona altamente sensible, como le sucede a Belén, de 41 años y con dos hijos de 12 y 6 años:
¡No soporto los gritos! Esto me pasa desde hace tres años, mis oídos son extremadamente sensibles y me molesta que la gente hable alto. Como madre pido silencio a cada rato, imagínate.
Ser madres PAS es también estar constantemente preocupadas
Otro rasgo de las personas con alta sensibilidad, es el procesamiento y pensamiento profundo, lo que en muchas ocasiones nos hace analizar demasiado las cosas y tener dificultades para tomar una decisión, pues contemplamos todos los posibles escenarios que podrían presentarse.
Fabi, de 51 años y con un hijo de 16, nos cuenta que a veces intenta evitar sobreanalizar las cosas:
Me considero muy profunda, siempre reflexionando y buscando más allá de donde la generalidad de las personas busca. Supongo que muchas veces para mi hijo eso es desesperante, porque siempre hay una lección que aprender en cualquier momento y situación.
Por lo que, me ha pasado que trato de ser diferente y no entrar a fondo, pero haciendo eso, dejo de ser yo misma. Y lo más que quiero en este mundo, es que mi hijo sea el mismo y se acepte tal cual es.
Pero además de analizar demasiado cada situación, también vivimos muchas angustias, pues nuestras emociones son muy profundas y tenemos tendencia a ver más el lado negativo de las cosas, en lugar del positivo. Silvia, de 46 años, y madre de dos hijas de 26 y 22 años nos da un ejemplo:
Yo sufro por todo, me quita el sueño pensar en mis hijas, aunque ahora he madurado y me controlo más, pero aún así no puedo remediar.
Cristina nos explica también un poco sobre este rasgo, en el que además de analizar todo, la empatía que sentimos por otros nos hace pasar también momentos angustiantes:
Me preocupo demasiado, estoy muy pendiente de si está bien o está mal, si es feliz o no, si en el colegio los compañeros la quieren y la aceptan o no, si encaja en el cole, etcétera. Cuándo quiere hacer algo que a mi me da miedo como nadar sin manguitos o subirse a una atracción de feria sola, intento poner la mente en blanco y meditar para no agobiarme con lo que pueda pasar. Cuándo la veo sufrir lo paso muy mal, quiero que siempre esté bien y feliz.
Pero ser una madre PAS también tiene muchos beneficios
Quizás al leer todas estas características, podría pensarse que el ser una persona altamente sensible la maternidad es una odisea o todo nos resulta más difícil que a otras personas. Pero ser PAS también es algo que nos aporta muchas cosas positivas.
Por un lado, la emocionalidad y empatía que manejamos, nos ayuda a tener mejores relaciones con nuestros hijos e incluso podemos comprenderlos mejor, sin necesidad de que ellos nos digan algo, como lo es el caso de Johanna, de 37 años y con cuatro hijos de 18, 15, 9 y 5 años:
Soy tan perceptiva que logro saber si algo les incomoda, incluso sin que ellos logren darse cuenta. Siento que el hecho de ser PAS nos ayuda mejor a estar conectada con nuestros hijos, yo por lo menos siento que con mis hijos tengo una conexión muy especial, de hecho hay veces que ni siquiera necesitamos hablarnos, nos entendemos solo con miradas.
Por su parte, Mara, de 44 años y con un hijo de 20, nos comenta lo siguiente:
Me identifico más con la característica de emocionalidad y empatía. Me dicen que soy demasiado sobreprotectora, pero los amigos de mi hijo se sienten muy cómodos conmigo porque soy muy comprensiva.
La alta sensibilidad no es algo negativo
Ese rasgo de la personalidad puede ser difícil de manejar y complicado de entender cuando no se sabe que se tiene. Es común sentirse raros o distintos a otros, pero eso no tiene que ser algo necesariamente negativo.
Cuando se conoce acerca del tema, es mucho más fácil manejarlo y entender por qué nos sentimos de cierta manera en situaciones específicas. Y si bien puede traernos momentos de angustia, también nos hace vivir con mayor intensidad las emociones positivas y las buenas noticias.
Ser mamá y no saber que se es PAS puede hacer de la maternidad algo realmente complicado y estresante. Es común que aparezcan sentimientos negativos por pensar que somos demasiado exageradas o que no somos capaces de hacer bien las cosas como otras mujeres. El entender, aceptar y manejar este rasgo, nos ayuda a vivir una maternidad más rica y feliz.
Si al leer los testimonios de estas madres o las características de la alta personalidad te has sentido identificada, quizás también seas PAS. Puedes hacer un test en el sitio de la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España haciendo click aquí.
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